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Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Al Sisi quiere la reelección

El mandatario egipcio convoca unas elecciones sin garantías para perpetuarse en el poder

El mariscal Al Sisi, de civil, pasa revista a sus tropas en la ciudad de Suez.
El mariscal Al Sisi, de civil, pasa revista a sus tropas en la ciudad de Suez.AP

El mariscal Abdelfatá al Sisi ha convocado elecciones presidenciales en Egipto para los próximos 26, 27 y 28 de marzo. Al Sisi, que llegó al poder tras perpetrar un golpe de Estado en julio de 2013, se presenta a su segunda —y en teoría última— elección tras vencer en los comicios de 2014 en un proceso plagado de irregularidades. Las elecciones que se van a celebrar ahora no tienen el más mínimo viso de igualdad de condiciones para los contendientes.

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Para allanar aún más el camino a Al Sisi, el ex primer ministro Ahmed Shafiq anunció el domingo su decisión de no concurrir a la contienda. Shafiq era considerado un candidato si no con posibilidades de victoria —algo completamente descartado por el entramado electoral organizado por el Gobierno— sí al menos con un importante tirón popular que permitiría calentar la campaña hasta el último momento y, eventualmente, servir de argumento para protestas tras el recuento. A principios de diciembre, cuando Shafiq anunció su candidatura, fue objeto de una abrupta deportación desde Emiratos Árabes Unidos y estuvo 24 horas desaparecido tras su llegada a El Cairo mientras la prensa oficialista le acusaba de vínculos con los Hermanos Musulmanes. Finalmente el candidato reapareció, pero se ha mantenido en liza apenas un mes.

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En cualquier caso, Shafiq ya no será un problema y Al Sisi —que ha renovado por tres meses el estado de emergencia en el país— acudirá a las urnas sin rivales de relevancia. Además, ha decretado que los colegios electorales permanezcan abiertos durante tres días. El exmilitar necesita perentoriamente un mínimo respaldo electoral para esgrimirlo y legitimar su mandato. En 2014, ampliando sobre la marcha el periodo de votación, apenas logró superar el 40% de participación. Un buen indicativo de la verdadera opinión sobre las elecciones que convoca el mariscal golpista.

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