_
_
_
_
Porque lo digo yo
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Primero de poeta

Lo malo es que las buenas intenciones tienen poderosos enemigos que estas fiestas van cargados con armas de destrucción masiva.

Reunión familiar en las fiestas navideñas.
Reunión familiar en las fiestas navideñas.Getty
Maite Nieto

Un año tras otro la historia se repite. Nos revolvemos rebeldes contra el almíbar prenavideño y sucumbimos como niños a él al calor de las luces, la gente celebrando en la calle, los niños esforzándose frente a la carta a los Reyes Magos y los currados mensajes de Whatsapp dispuestos a convertirse en la felicitación del año.

Lo malo es que las buenas intenciones tienen poderosos enemigos que estas fiestas van cargados con armas de destrucción masiva. Si las reuniones de seres diversos, sean familia natural o amigos adoptados como tal, siempre tienen posibilidades de situarse al borde del acantilado, este año el equilibrismo llega a categoría de número de circo de riesgo extremo, con doble tirabuzón y sin red.

Alrededor del pavo, el besugo o l'escudella i carn d'olla, desfilarán los que no soportan al presidente del flequillo rubio porque nos ha vuelto a situar en la Guerra Fría y quienes le defienden porque el ruso, exagente del KGB, es un ladino que se mueve con el sigilo de una serpiente letal. Aquellos que ven en el 155 la salvación de España y los que pensarán que un tal Carles y sus adláteres son la única solución para lo suyo. Los que estarán celebrando la victoria en el Clásico y los que aún tendrán la bilis atragantada por la derrota. Los que interpretan que un oso hambriento es un signo de cambio climático y quienes lo atribuyen a interesadas conspiraciones de investigadores paranoicos.

Somos así. Locos, contradictorios, peleones..., también tiernos y solidarios. No sé cómo acabará la cena, pero sí el regalo que nos vendría bien a todos: una inscripción para primero de poetas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Maite Nieto
Redactora que cubre información en la sección de Sociedad. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local de Madrid, subjefa en 'El País Semanal' y en la sección de Gente y Estilo donde formó parte del equipo de columnistas. Es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_