A Pamela Anderson le sobra acción a los 50
La actriz y 'sex symbol' no ejerce como actriz desde hace diez años, pero mantiene viva su popularidad como activista y acaba de lanzar una línea de lencería con su nombre
El año 2017 comenzó para Pamela Anderson (Ladysmith, Canada, 1967) convertida en objeto de debate por su aspecto. La actriz aparecía en un acto por Haití organizado por Sean Penn e inmediatamente su rostro, casi irreconocible, se convertía en el protagonista. El año empezaba con decenas de artículos sobre su presunta adicción a la cirugía estética y está a punto de terminar con la actriz luciendo espectacular su propia línea de lencería para la firma Coco de Mer. Entre una imagen y otra la eterna protagonista de Los Vigilantes de la Playa ha cumplido 50 años, y aunque lleva casi diez sin actuar en ninguna película o serie, la que fuera icono sexual de los 90 no ha dejado de ser noticia.
Anderson sigue despertando interés porque lleva una intensa vida pública en la que ejerce de líder de opinión, aunque muchas veces su pasado condicione y no se la tome demasiado en serio. Escribe en medios importantes y usa las redes sociales para sus campañas en defensa de los derechos de los animales o de aquellos que considera sus amigos, como el activista y fundador de Wikileaks,Julian Assange. Lo mismo habla de la influencia del porno en los jóvenes que del escándalo de Harvey Weinstein o de la independencia de Cataluña. Mientras tanto, ejerce de madre de dos hijos. El mayor, de 19 años, quiere ser modelo y ambos aseguran que no han visto nunca la serie que catapultó a su madre a la fama ni tienen intención de hacerlo.
El tema más recurrente en torno a Pamela Anderson desde hace tiempo es su relación con Julian Assange. La actriz ha declarado en repetidas ocasiones lo maravilloso que le parece el australiano, e incluso le ha visitado varias veces en la embajada de Ecuador en Londres donde permanece detenido. Una admiración que la ha llevado a ser objeto de burlas en redes sociales por suscribir las mismas opiniones que Assange en temas como la independencia de Cataluña, y que incluso despertó los rumores de que podrían mantener una relación amorosa. Más recientemente se ha emparejado a la actriz con el futbolista francés Edil Rami, exjugador de equipos españoles como el Valencia o el Sevilla y actualmente parte de la plantilla del Marsella. El pasado septiembre Pamela fue dos veces al estadio a verle disputar un partido, pero en ningún momento se llegó a confirmar el romance aunque algunos medios aseguraron que ella estaba obsesionada con el defensa de 31 años.
Hace apenas dos semanas una de las chicas Playboy más famosas de la historia volvía a meterse en un lío por las opiniones sobre el caso Weinstein en una entrevista. Anderson manifestó que las mujeres acosadas por el productor “sabían dónde se metían”, y que era “un secreto a voces” que no había que quedarse a solas con él. Pese al riesgo de ser acusada de falta de solidaridad con las víctimas, Pamela insistió: “Es cuestión de sentido común. Jamás vayas a una prueba en una habitación de hotel sola, y si te abre alguien en albornoz, sal huyendo. Si las mandaban allí sus representantes, pues que las hubiesen acompañado. No es excusa”.
La actriz no se corta en las entrevistas, pero si hay un lugar donde da rienda suelta a sus opiniones es en las redes sociales. Hace unos días anunciaba un decálogo de “consejos para sobrevivir en Hollywood y publicaba el primero, que se resume en que en la meca del entretenimiento no se puede tener una opinión política que no sea la predominante, como “seguir a los Clinton y apoyar causas como el hambre infantil”, mientras que está prohibido “apoyar a revolucionarios como Wikileaks”. Aún faltan los otros nueve consejos.
En Instagram, donde tiene algo más de cuatrocientos mil seguidores, Pamela también apoya la carrera de modelo de su hijo mayor, Dylan Jagger Lee, fruto de su matrimonio con el rockero Tommy Lee, y promociona sus propios proyectos. El último, una línea de lencería para la firma Coco de Mer que presentó la semana pasada en Londres. La colección se titula Pamela Loves Coco de Mer y en sus imágenes promocionales, de aire pin-up de los cincuenta, aparece tan sexy como en sus años de icono en bañador y boya rojos. Esta colaboración rinde homenaje a estrellas de aquella época como Briggitte Bardot, aunque como no podía ser de otra forma, Pamela asegura que el objetivo es que las mujeres “acepten más su sexualidad”. Una nueva manifestación que hace patente que el activismo forma parte de su vida. Defender a los animales es su prioridad y este año envió a la primera dama estadounidense Melania Trump un abrigo de piel sintética “para concienciarla”. “Eso no significa que simpatice con Trump”, puntualizó y después añadió: “Le voy a enviar otro a Kim”, en referencia a la mayor de las Kardashian.
