Te gusto y lo sabes

A mí lo de Tinder me pilló con bicho.  Eso no quiere decir ni mucho menos que no hubiera podido tirar de ella si hubiera querido, pero reconozco que no me sedujo la idea de conocer a posibles amantes a través de una app. Pero presuponer que el sexo inunda solo las redes sociales en las que se cancanea es no tener ni idea.  En todas las redes sociales hay sexo en mayor o menor medida y hasta en las que supuestamente no esperas que sea utilizada para ligar, siempre haya quien lo intenta. Por mucho que quieras mantenerte impoluta, hasta en Linkedin se folla.

La última de las perversiones es el estado de WhatsApp. Esa imagen, texto, vídeo o GIF que durante 24 horas se usa como arma arrojadiza y se recoge como tal. En internet se ofertan estados y frases de WhatsApp para relacionarte y elegir qué quieres mostrar. Se allana el terreno para casi cualquier cosa que se pretenda, incluyendo, por supuesto, ligar y tener sexo. Estados graciosos, tristes, cortos, con canciones o de amor, son solo una muestra de la extensa oferta existente, algunas de dudoso gusto, incluso. Se trata de una exhibición contundente de cada uno que caduca al día siguiente y que también saca a pasear algún que otro cadáver.

Tensión Sexual No Resuelta formato whatsapp. #TSNR que escribiría una millennial.

Aparece un nombre ( "¡¿Tú?!" ) Y ese tú abarca desde excompañeros de trabajo que ojalá nunca más te cruces, hasta un posible amante que ni te imaginabas. (¡¿Tiene tu móvil?!) Nos hemos enganchado al estado de WhtasApp porque nos gusta mirar quién tiene tanto interés en nosotros. Y porque también muchos de los que nos cotillean nos ponen en alerta. "Me gusta cuando aparece el nombre de una mujer que me gusta en el listado de los que me han curioseado el estado de WhatsApp", confiesa Fermín, presente en Linkedin, Twitter y Facebook, pero no en las app de citas. También se incomoda cuando aparecen jefes. Desde que le ocurrió por primera vez, cuida más la información que da de sí mismo. "Jamás me planteé que el director general de mi empresa mirara mi WhatsApp. Nos intercambiamos los teléfonos por  una cuestión organizativa durante un congreso. Cuando vi que había visto mi foto con los amigos después una noche de juerga, me quedé helado". Y, si el director general de la empresa tiene curiosidad por saber lo que hace uno de sus empleados, imaginen lo que ese estado puede provocar en el resto. Mariana cree que su estado de WhatsApp provoca muchos encuentros que de otro modo no sucederían: "A mí me ha servido para rescatar examantes. Un buen día apareció el nombre de alguien con quien estuve hace años. No terminamos mal, simplemente dejamos de llamarnos. La primera vez que vi su nombre me hizo gracia, pero a partir de entonces, no dejó de cotillearme. Me dio la excusa perfecta para subir una foto de un lugar que solo reconocería él y escribir una frase que lo animara a dar señales de vida. Tardó exactamente tres minutos en responder. Fue muy divertido ( y placentero) reencontrarnos de nuevo".

Si una persona entra sistemáticamente a ver nuestro estado de WhatsApp llama nuestra atención. Si encima lo hace en cuanto lo hayamos cambiado, su interés deja de ser casualidad. No es tan fácil cometer el error de descubrir un estado ajeno, para hacerlo no solo tienes que entrar en tu propia aplicación de mensajería, sino que además tienes que tener permiso para ver el estado de esa persona en concreto. Cualquiera puede bloquear a quien considere desde los ajustes de su app.

Cada vez son más las personas que se relacionan vía smartphone abarcando todas las posibilidades que ofrece. El estado de WhatsApp solo ha sido la última en llegar, pero por lo pronto ya ha desbancado a Snapchat.  Un 15 % de los usuarios de la aplicación de mensajería utiliza los estados, lo que suponen 175 millones de usuarios de los 1.200 millones que tienen WhatsApp en su móvil. Muy mal se nos tiene que dar para que no nos dé juego si es que eso es lo que queremos.

Es tan fácil como escribir el mensaje apropiado.