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Tentaciones

Una Wonder Woman feminista a la que le falta ropa y le sobran planos del trasero

La película 'Liga de la Justicia', que se estrena esta semana, supone un paso importante pero insuficiente para el papel de la mujer en el cine

Resulta curioso de qué manera muchos arquetipos populares han ido perpetuando su influjo a lo largo de distintas épocas. Desde su nacimiento en los años cuarenta, la figura de Wonder Woman ha sido utilizada para representar la liberación de la mujer frente a la tiranía del poder opresor masculino desde numerosas vertientes, desde el más puro activismo pasando por la subcultura underground hasta llegar a su estandarización a través del mainstream.

La aparición de la nueva Wonder Woman en la pantalla fue objeto de una ola de entusiasmo y su estreno fue calificado de auténtico acontecimiento, casi erigido a la categoría de fenómeno sociológico, que contribuyó a que el personaje regresara por la puerta grande para seguir reivindicando el coraje, la valentía femenina y la necesidad de empoderamiento en un momento especialmente vivo y palpitante en la lucha por la igualdad y los derechos de la mujer en un panorama de denuncia activa, compromiso y sororidad. Todavía más significativo si cabe en Estados Unidos tras el ascenso de Donald Trump y la derrota de Hilary Clinton que de alguna manera volvía a sumergirnos en el triunfo de los valores hetereopatriarcales y la perpetuación de la más recalcitrante misoginia desde poder.

Más allá de muchas frivolidades, como que el Instagram de muchas celebrities se llenara de guiños hacia Wonder Woman y otras cuestiones más interesantes, como que se reivindicara el atuendo de la superheroína como sustituto del implantado por Disney y sus eternas princesas ancladas en los valores más cursis y retrógrados, lo cierto es que la potencia expresiva de Gal Gadot consiguió dinamitar muchos prejuicios en torno a la sexualización del personaje para otorgarle una nueva dimensión representativa.

Por supuesto, hubo muchas voces disonantes que se sintieron decepcionadas, que esperaban más del personaje, que no veían representado el espíritu de los cómics en la pantalla, que la nueva Wonder Woman no era feminista sino en realidad un 'bluff' oportunista.

"Lo cierto es que la potencia expresiva de Gal Gadot consiguió dinamitar muchos prejuicios en torno a la sexualización del personaje para otorgarle una nueva dimensión representativa"

Sin embargo, el hecho de que fuera la absoluta protagonista de un 'blockbuster' de acción, que tuviera un background simbólico tan importante, que la actriz fuera una absoluta desconocida y que no se apostara por la star de turno sino por un nuevo modelo alejado de estereotipos (que aunara fortaleza física, inteligencia y sensibilidad), y por último, que se tratara de una superproducción puesta en manos de una directora, Patty Jenkins, convertían a Wonder Woman en una rara avis a reivindicar dentro del anquilosado sistema de Hollywood.

En la retina siempre quedarán grabadas las imágenes de las Amazonas guerreras, libres e independientes, fuera del dominio de ningún hombre, dueñas de su propio destino en la espléndida apertura de la película. Generosas entre sí, unidas, solidarias y autosuficientes. Y también las escenas de Gal Gadot tomando conciencia de la crueldad humana, saltando entre las barricadas y luchando ella sola contra un ejército nazi. Escenas que se pueden considerar de manera innegable como todo un hito dentro de la épica heroica femenina.

Después de abordar su primera aventura en solitario, ahora Wonder Woman vuelve a aparecer integrada dentro de Liga de la justicia, la esperada reunión de superhéroes de la factoría DC Cómics que aglutina personalidades tan contundentes como las de Batman y Superman, ya desarrolladas en anteriores películas, y nuevos fichajes como los de Cyborg y Flash dispuestos a aportar dosis de frescura a esta nueva etapa de su universo ampliado.

Uno de los mayores riesgos en los que puede caer cualquier proyecto desarrollado a partir de una concepción coral, es que los miembros que configuran el equipo terminen por diluir su identidad dentro del conjunto, que su personalidad y su idiosincrasia queden agazapadas en pos de una armonía grupal. Afortunadamente esto no ocurre en Liga de la justicia, donde cada personaje tiene su espacio (en mayor o menor medida) y donde Wonder Woman termina teniendo un papel predominante dentro de la función.

Wonder Woman y sus compañeros en la Liga de la Justicia.
Wonder Woman y sus compañeros en la Liga de la Justicia.

Los responsables no han dejado escapar la oportunidad de explotar el carisma del personaje y su tremendo impacto popular para no solo integrarla en condiciones dentro del testosterónico conjunto, sino para que termine convirtiéndose en la verdadera protagonista (aunque sea de manera involuntaria y algo disimulada).

A nivel de empatía, Wonder Woman no tiene rival en Liga de la Justicia, sobre todo si tenemos en cuenta que nos encontramos ante un Batman interpretado por un Ben Affleck en avanzado estado de decadencia y con un Superman incapaz de generar ningún tipo de apego emocional. Solo Flash aporta las dosis de entusiasmo, inocencia y descaro suficientes como para convertirse en el favorito de las jóvenes generaciones.

Pero lo que consigue Wonder Woman va más allá del mero gancho testimonial. Ella se convierte en el verdadero cemento que sirve de conexión entre todos los elementos que integran la función. No solo es poderosa, sino que también se encarga de infundir algunos de los valores que siempre han caracterizado su presencia: la sabiduría, la justicia y la igualdad. Que en un momento de la película se refiera a sus compañeros de aventuras con el calificativo de “son unos niños”, nos da una idea del nivel de madurez del personaje por encima del resto. No se trata de superioridad moral. Diana ha tenido que hacer el esfuerzo por integrarse en una estructura social rodeada de hombres que no es la suya. Es una guerrera y así lo demuestra, pero también es la encargada de propiciar el diálogo cuando las posturas entre los personajes se encuentran ancladas en la cerrazón ideológica o en la pesadumbre personal. A todos les infunde fuerza y valor para salir delante y librarse de sus propias trampas o fantasmas internos (como en el caso de Batman). Sin ella, no podría existir el grupo. Y eso queda bien claro en muchos momentos de la película cuando se encarga de tomar la iniciativa a golpe de poderío escénico.

"Que en un momento de la película se refiera a sus compañeros de aventuras con el calificativo de “son unos niños”, nos da una idea del nivel de madurez del personaje por encima del resto"

En una de las conversaciones que tiene con Batman, se hace referencia a la necesidad de que ella asuma el mando y que se convierta en la líder del grupo. Puede que en esas líneas de diálogo se resuma la relevancia de este personaje dentro de la sociedad actual. La de dar un paso adelante y ponerse en primera línea, abandonar ese segundo plano que la mujer ha sufrido como estigma y condena a lo largo de los tiempos para rebelarse contra las estructuras establecidas. ¿Puede un 'blockbuster' contribuir a esto? Lo cierto es que, a pesar de los reparos, el mainstream puede ser un excelente vehículo para insertar la mecha de un discurso ideológico, aunque sea de manera solapada.

No cabe ninguna duda de que continúa siendo insuficiente. En Liga de la justicia se ha vuelto a intentar sexualizar a Wonder Woman a través de una indumentaria más escasa de lo que debería. Hay planos del trasero de Gal Gadot que no hubiera firmado Patty Jenkins ni ninguna mujer, y aunque en esta ocasión no se incluya trama amorosa, lo cierto es que se juega con la tentativa de que en algún momento pueda existir (algo totalmente innecesario).

Así que, por el momento, tendremos que conformarnos con esa promesa de que, en el próximo episodio de la saga, Wonder Woman ocupe el lugar que merece, al frente de todo, demostrando que, sin su golpe de látigo y su atinada conciencia, los demás componentes de la liga estarían totalmente perdidos y hundidos en la miseria de sus egos particulares.

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