La canción que Charles Manson cambió para siempre: ‘Helter Skelter’
El difunto Charles Manson estará por siempre ligado a la canción más ruidosa de la historia de The Beatles. ¿Realmente despertó sus instintos homicidas?
El 10 de agosto de 1969. Cuando la policía llegó al 3301 de Waverly Lane no podía dar crédito a lo que veía: los cadáveres del empresario de la alimentación Leno LaBianca y su mujer Rosemary yacían apuñalados 60 veces. El sangriento modus operandi era similar al que, la noche anterior, había acabado con la vida de la actriz Sharon Tate, el peluquero Jay Sebring, el guionista Voytek Frykowski y la acaudalada heredera Abigail Folger.
Esta vez, sin embargo, como macabra firma, las palabras “Haelter Skelter” (sic) podían leerse escritas con la sangre de las víctimas sobre la nevera. Se iniciaba así la leyenda más maldita de la historia del pop: a nadie se le escapaba que Helter Skelter (en su ortografía correcta) era una canción de The Beatles. ¿Habría sido la música de los Beatles el detonante de uno de los crímenes más famosos de la historia?
'Helter Skelter', la canción
Según relata Paul McCartney, el autor de Helter Skelter, en The Beatles – Antología, todo empezó con una entrevista de 1967: “Yo estaba en Escocia y leí en el Melody Maker que Peter Townshend [líder de The Who] había dicho: ‘Acabamos de grabar el disco de rock más desmadrado, estridente y divertido que hayáis oído jamás’. Nunca averigüé qué disco era ese que había grabado The Who, pero me dio una idea. Les dije a los otros: ‘Creo que deberíamos grabar un disco realmente bestia’ y compuse Helter Skelter”.
Helter Skelter sería la avanzadilla de The Beatles, el disco que todo el mundo conoce como el White Album o Álbum Blanco. Con la canción, Paul se enfrentaba a un doble reto: sonar con más contundencia y brutalidad que The Who, los nuevos niños malos del rock británico y, de paso, sacudirse el sambenito de compositor de baladas en el que le había arrinconado la personalidad de su compañero de banda, John Lennon.
Helter Skelter se compuso, pues, casi como un divertimento, y de ahí recibe el título, pues es el nombre de un tobogán, aunque en España el título, un tipo de lo más creativo lo tradujo como “ni crudo ni cocido”. “Utilicé el símbolo del ‘helter skelter’ como un viaje desde lo alto hasta el suelo, el auge y caída del Imperio Romano”, dijo McCartney.
El viaje no se produciría sin consecuencias para la banda. La primera sesión de grabación tuvo lugar el 18 de julio de 1968: se registró una versión de 27 minutos y 11 segundos, otra de 12 minutos, otra de 4 minutos… y así sucesivamente hasta que, tras la 18 grabación, Ringo Starr, presa de su proverbial aversión al trabajo, lanzó las baquetas por los aires al grito de “¡me han salido llagas en los dedos!”. Esta protesta sería incorporada con posterioridad a la misma canción. Las consecuencias para otros oyentes, sin embargo, fueron mucho más funestas.
'Helter Skelter', la maldición
Charles Manson descubrió a los Beatles en la cárcel de McNeil, en 1964, cuando estos iniciaron su primera gira por EE. UU. Cumplía una condena de seis años por estafa y, sin gran cosa que hacer, se pasaba todo el día tocando la guitarra, leyendo el Nuevo Testamento y escuchando a los Beatles. Al salir, en 1967, Estados Unidos había cambiado: era el Verano del Amor, el de las drogas, el del sexo libre, el de una búsqueda incasable de respuestas en una nueva espiritualidad.
Era el momento ideal para que prosperara un lunático como Manson. Se hizo con una pandilla de acólitos y se los llevó a vivir a un rancho en el desierto, convencido de que era el nuevo Jesucristo. No pasaba de ser una demencia colectiva y ordinaria, hasta que los Beatles publicaron el Álbum Blanco y Manson escuchó Helter Skelter. Un miembro de la llamada Familia Manson, Catherine Share, afirmó: “Charlie escuchaba el Álbum Blanco una y otra vez. Creía que los Beatles hablaban de lo que él había predicado durante años. Según él, cada una de las canciones del disco hablaba de nosotros”.
El mundo no estaba preprarado para algo tan experimental como el Álbum Blanco, y mucho menos Manson. Los sonidos incongruentes, las reverberaciones, las frases ilógicas… fueron el combustible que precisaba su delirio. Lo cuenta McCartney en Antología: “[…] Charles Manson interpretó que Helter Skelter estaba relacionado con los cuatro jinetes del Apocalipsis. Sigo sin saber qué tiene que ver nuestra canción con ese pasaje del Libro Profético de La Biblia. Yo no lo he leído, de modo que no lo sé. Pero Manson lo interpretó así, que en la canción Helter Skelter nosotros éramos los cuatro jinetes y que nos habíamos propuesto exterminar a todo el mundo”.
Vincent Bugliasi, el fiscal que llevó el caso, incluso se atrevió a fijar el momento exacto de la epifanía en su libro Helter Skelter. The True Story Of The Manson Murders (Helter Skelter. La verdadera historia de los asesinatos de Manson): según el testimonio de uno de los miembros de La Familia, Brooks Poston, la Nochevieja de 1968 en el Rancho Myers próximo al Valle de la Muerte, Manson los reunió y les dijo: “¿Os dais cuenta de lo que los Beatles están diciendo? Se acerca el Helter Skelter. Los Beatles dicen la verdad”.
Y no era solo Helter Skelter, eran las 27 canciones del Álbum Blanco las que estaban infestadas de mensajes subliminales que incitaban a la sublevación: Revolution 1 y Revolution 9 eran las más obvias, pero en Blackbird, por ejemplo, y siempre según Manson, se anunciaba que la población afroamericana se levantaría en armas contra los blancos, y en Piggies (cerditos) se criticaba a los ricos y poderosos. A la manera de un iluminado, Manson interpretó el White Album como si de un texto sagrado se tratara. La profecía revelada afirmaba que pronto llegaría el Helter Skelter, el Apocalipsis, el Día del Juicio Final, en el que los explotados afroamericanos se levantarían en armas contra los explotadores blancos. Tras la cruenta guerra racial, el final sería de lo más ventajoso para Charles, que pasaría a gobernar a los vencedores, la minoría afroamericana.
Desgraciadamente, el Helter Skelter no se acercaba a la velocidad esperada por Manson que, cada vez más impaciente por convertirse en el Mesías, decidió darle un empujoncito y envió a los miembros de la secta a asesinar a ricos y famosos. Su objetivo era culpar a los Panteras Negras, e iniciar así su anhelada guerra racial. Lo que sucedió después es de sobra conocido y fue especialmente doloroso para Ringo Starr: “Fue espantoso. Yo conocía a Roman Polanski y a Sharon. ¡Qué época más terrorífica!”.
Helter Skelter, ¿la invención?
Pero, ¿fue realmente así? Casi todo lo que sabemos sobre Helter Skelter, su interpretación simbólica y su función en los salvajes asesinatos de 1969 proviene de su función como argumento de la acusación de Vincent Bugliosi en el juicio. En 1970, Manson estuvo una hora declarando sobre Helter Skelter ante el juez, diciendo cosas como: “¿Acaso es una conspiración que la música diga a los jóvenes que se rebelen porque la sociedad lo está destrozando todo rápidamente? ¿Es eso una conspiración? La música te habla, pero estáis demasiado sordos y ciegos para oírla. No es mi conspiración. No es mi música. Dice “levántate”. Dice “mata”. ¿De qué me culpan? Yo no escribo esas canciones […] Han sido los Beatles, la música que editaron. Habla de guerra. Los chicos la oyen y captan el mensaje subliminal”. Cuando Lennon se enteró afirmó: “Está chiflado. Es como algunos admiradores de The Beatles que dan a nuestras letras un sentido místico. A nosotros nos divertía meter esas cosas, lo hacíamos en plan de guasa. […] No sé qué tiene que ver Helter Skelter con el hecho de apuñalar gente”.
Parece, pues, que el mismo Manson aceptó la teoría Helter Skelter. Sin embargo, desde entonces, la negó cada vez con más vehemencia. Así, por ejemplo, en la vista para solicitar su libertad condicional, celebrada en 1992, calificó la teoría Helter Skelter como “fabulaciones” de Bugliasi: “fue la única explicación posible que se le ocurrió al fiscal para explicar toda la confusión que tenía. No hay nada parecido a Helter Skelter en mi cabeza”. En una de sus últimas entrevistas, concedida a la revista Rolling Stone en 2013, Manson volvió a negar esa conspiración beatlemaniaca: “(Bugliosi) Sabe que soy demasiado estúpido como para estar implicado en algo del tamaño de Helter Skelter”. Para Manson, todo fue un acto de sus amigos destinado a liberar de la cárcel a un compañero, Bobby Beausoleil, que acababa de ser detenido por el asesinato del camello Gary Hinman. Replicando su salvaje asesinato, confiaban en retirar las sospechas acerca de su implicación. Paparruchas, para Bugliosi: “Tal vez no hubiera un solo motivo, pero creo que todos los que participaron en los asesinatos creyeron en la teoría del Helter Skelter”. O, por decirlo con palabras de George Harrison: “Todo el mundo quiso aprovecharse del fenómeno de The Beatles. La policía, los promotores, los alcaldes y hasta los asesinos. Fuera o no por nuestra culpa, The Beatles constituían un tema de conversación, el más comentado del mundo, y todos quisieron sacarle jugo”. Puede que los Beatles no fueran más grandes que Jesuscristo pero, desde luego, hasta un psicópata como Charles Manson era capaz de citarles para conseguir sus megalómanos propósitos.
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