_
_
_
_
CLAVES
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Esto va de soberanía

En definitiva, el conflicto real de mayorías dentro de Cataluña y también en el resto del país no va de cómo se decide, sino de quién decide

Jorge Galindo
El exconsejero de Empresa de la Generalitat de Cataluña Santi Vila, a su llegada a la Audiencia Nacional.
El exconsejero de Empresa de la Generalitat de Cataluña Santi Vila, a su llegada a la Audiencia Nacional. FERNANDO ALVARADO / EFE

Hace un mes, esto iba de democracia. Al menos ese era el marco de los independentistas. Y ese fue el que logró imponerse en el debate público. Sin embargo, cuando se optó por la unilateralidad, la ilusión se vino abajo hasta dejar al descubierto la realidad: que el dilema subyacente a todo el conflicto siempre ha sido decidir cuál es el sujeto soberano. Si España, o Cataluña.

Mientras la defensa del unilateralismo deja al descubierto que el independentismo sólo reconoce la soberanía catalana sobre este territorio, el referéndum pactado, que apoyan más de tres cuartos de los catalanes, no implica lo mismo necesariamente. Al escuchar estas dos palabras juntas, todos ponen el foco en “referéndum”, cuando la que es realmente importante es “pactado”. ¿Pactado, con quién? Con el resto de España, claro. ¿Y por qué? Aquí hay dos respuestas posibles, que marcan la clave de las elecciones del 21-D.

La más obvia es “porque es el sujeto soberano”, algo reconocido implícitamente por todo aquel que vote a PPC, Ciudadanos o PSC. En este espacio es posible defender al mismo tiempo la aplicación del 155 ante la unilateralidad y la celebración de un referéndum en el futuro.

Pero hay otra respuesta posible al uso de “pactado”: que sea puramente estratégico, reconociendo que actualmente la soberanía reside en el conjunto de España en virtud del artículo 2 de la Constitución y que para cambiar eso es necesario negociar. Tal es la posición de alguien como Santi Vila, que promete ahora defender el independentismo dentro de la legalidad. Pero también es la del espacio político morado, que reconoce explícitamente la soberanía catalana e incluso habla de arreglo “confederal”. Algo que, por supuesto, le crea problemas con votantes potenciales dentro y fuera de Cataluña. No porque no compartan la necesidad de un referéndum pactado, sino porque entienden de manera distinta dónde reside la soberanía.

En definitiva, el conflicto real de mayorías dentro de Cataluña y también en el resto del país no va de cómo se decide, sino de quién decide. Ahora, por primera vez en mucho tiempo, ha quedado claro que esto va de soberanía. @jorgegalindo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Jorge Galindo
Es analista colaborador en EL PAÍS, doctor en sociología por la Universidad de Ginebra con un doble master en Políticas Públicas por la Central European University y la Erasmus University de Rotterdam. Es coautor de los libros ‘El muro invisible’ (2017) y ‘La urna rota’ (2014), y forma parte de EsadeEcPol (Esade Center for Economic Policy).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_