Tres ‘millennials’, herederas del arte de Lola Flores
Alba Flores, Elena Furiase y Lola Orellana, las tres nietas de La Faraona continúan la saga y demuestran su pasión por la cámara
Por genes o por costumbre, algunas familias parecen tener marcado su destino. La que formó Lola Flores con el gitarrista y compositor gitano Antonio Flores El Pescaílla, es una de esas que conforman la memoria artística de España. Tras ellos llegaron sus hijos, Lolita, Antonio Flores y Rosario, arte musical y dramático sobre los escenarios, truncado en el caso del segundo por una muerte temprana. Y después de los hijos aparecieron las nietas, tres mujeres potentes que han respirado desde la cuna el significado profundo de por amor al arte, una frase que en sus casas valía hasta para justificar despistes corrientes como sacar al perro, según confesó en una entrevista Alba Flores.
El caso es que las mujeres Flores tercera generación apuestan por la cámara con el mismo ímpetu con el que su abuela agitaba la bata de cola. En este momento la más aventajada es la mayor del trío, Alba Flores (31 años), “tan bonita, tan morena, tan gitana como era, la flor que siempre quise en mi jardín”, como le cantó su padre. Y con ese rostro, mezcla de la racial familia paterna y la pragmática vertiente materna, está consiguiendo las buenas críticas que hacen que los trabajos se encadenen tras pasar por la forja de la escuela de interpretación de Juan Carlos Coraza.
Las series El tiempo entre costuras, Vis a vis o La casa de papel han popularizado su rostro, y el teatro —adonde regresa esta temporada con Las Troyanas— deja que fluya la fuerza que sale de las tripas de quien tiene garra para luchar por un sitio en la escena patria.
Comparte confidencias con sus primas, pero de alguna manera no quiere ser portavoz de nadie y prefiere que su carrera transcurra en solitario, sin tener que contestar a preguntas sobre la que entiende es una familia golosa para los medios. “Cuando estoy presentando un proyecto colectivo, mi familia cobra protagonismo por encima de todos. Ahí, tengo que ser lista y reconducir la cosa”, afirmó en una entrevista en Harper's Baazar España.
Elena Furiase, 29 años, hija mayor de Lolita, se convirtió en otra más de las veladas televisivas en familia durante los tres años en los que se emitió la exitosa serie El internado, entre 2007 y 2010. Después, ha tenido papeles puntuales en series de televisión y alguna obra de teatro, y en este momento se encuentra embarcada en la grabación de uno de los capítulos del programa Viajeras con B que se emite en el canal TEN. Pero su propia madre ha llegado a reconocer recientemente que su hija no pasa por su mejor momento profesional: “Hace muchísimos castings y la llaman de pocos, como a muchas. Aunque yo creo que son épocas”, afirmó en Lolita tiene un plan, el programa de entretenimiento que se emitió en TVE durante el pasado mes de agosto.
Una situación que llevó a especular con su posible traslado a Hollywood para probar suerte. Y sí, el viaje se produjo pero se trató de un encuentro en Los Ángeles con su amiga Ana de Armas, establecida en la ciudad desde hace un par de años y una de las estrellas de la esperada película Blade Runner 2049, donde comparte pantalla con Ryan Gosling, Harrison Ford y Jared Leto.
El encuentro entre quienes fueron compañeras en El internado no ha debido dejar indiferente a Furiase, que se ha movido como pez en el agua con los contactos americanos de su amiga. Fuentes próximas a la nieta de La Faraona no descartan una estancia más larga en la meca del cine para mejorar su inglés y probar suerte si no consigue respuesta de los proyectos que tiene pendientes en España.
Y el último eslabón de esta cadena es Lola Orellana, 22 años, hija de Rosario y el argentino Carlos Orellana, ahora reconvertido en profesor de biodanza en Vitoria. La joven se ha formado en Londres y allí estudió inglés e interpretación además de realizar algunos trabajos como modelo. De momento ha optado por situarse tras la cámara. Su última labor: ayudante de dirección en la grabación en España de la serie Juego de Tronos. En esta profesión también cuenta con un profesor de excepción: Pedro Lazaga, asistente de dirección y marido de su madre, Rosario desde que se conocieron en 2001 durante el rodaje de Pedro Almodóvar Hable con ella.
El futuro espera a las Flores y se encargará de situar a cada una de ellas según la medida de su arte.
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