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Blogs / El Viajero
El viajero astuto
Por Isidoro Merino
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10 aventuras salvajes

Planes para los viajeros más activos

Isidoro Merino
El parque nacional de Torres del Paine, un sobrecogedor territorio de afiladas montañas, valles, glaciares, ríos y lagos al sur de Chile.
El parque nacional de Torres del Paine, un sobrecogedor territorio de afiladas montañas, valles, glaciares, ríos y lagos al sur de Chile.Santiago Urquijo Zamora (Getty)

1 Trekking o escalada en Torres del Paine

CHILE

Declarado en 1978 reserva de la biosfera, el parque nacional Torres del Paine ocupa una superficie de 242.000 hectáreas en la Patagonia chilena. En su interior existen cientos de kilómetros de senderos marcados. El circuito de mayor longitud es el que rodea completamente el macizo montañoso siguiendo el curso del río Paine, para continuar luego junto al río Grey hasta las oficinas de la administración del parque entre bosques de ñires, turberas, lagos, cascadas y ventisqueros. La ruta, de dificultad media-alta, se puede completar entre siete y diez días de caminata. Las posibilidades de acampada van desde refugios como el del lago Dickinson, que dispone de duchas de agua caliente, electricidad y la posibilidad de comer caliente, hasta una simple pradera donde plantar la tienda. Quienes no puedan prescindir del confort tienen el ecohotel Explora Salto Chico.

La inmersión eh la falla de Silfra en Islandia, está entre las más espectaculares del mundo.
La inmersión eh la falla de Silfra en Islandia, está entre las más espectaculares del mundo.Charlie Jung (Getty)

2 Buceo en la falla de Silfra

ISLANDIA

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Se necesita un traje de neopreno especial para bucear en los cañones submarinos de la falla de Silfra, en Islandia, el punto donde se tocan las placas tectónicas de Eurasia y América, en el parque nacional de Thingvellir, a una hora en coche de Reikiavik. La inmersión en aguas frías (entre dos y cuatro grados durante todo el año) y tan diáfanas que permiten una visibilidad de más de 100 metros está catalogada entre las 10 más espectaculares del mundo. Varios centros de buceo de Reikiavik organizan salidas de ocho horas para buceadores titulados, con traslados, equipo de buceo ártico, almuerzo, guías y fotos digitales de recuerdo, por unos 215 euros. Una excursión de cinco horas para bucear solo con tubo, gafas y aletas (snorkeling) cuesta 150 euros.

Tortuga carey en aguas de la isla de Sipadán (Malasia).
Tortuga carey en aguas de la isla de Sipadán (Malasia).Susanty Bong (Getty)

3 Submarinismo en Palau Sipadan

MALASIA

Malasia es uno de los países con mayor diversidad del sureste asiático. Los aficionados al buceo disponen allí de fondos marinos casi inexplorados, como los de Sipadan, una isla diminuta en el mar de Célebes, a una hora en lancha de la costa sureste de Borneo. Su arrecife se extiende medio kilómetro a su alrededor, un muro de coral que desciende hasta una profundidad de 600 metros y donde viven cerca de 3.000 especies marinas. Se puede dormir en la vecina isla de Mabul, donde existen resorts con variedad de precios. Los permisos para bucear en Sipadan, así como el alojamiento, se pueden reservar a través de operadores como Scuba Junkie o Palau Sipadan Resort and Tours. Solo se concede un número limitado de permisos al día, por lo que es necesario reservar con tiempo.

Otro lugar sorprendente para bucear: el lago de las medusas Ongeim’l Tketaude en la isla de Eil Malk, en el archipiélago de Palau, a unos 500 kilómetros de Filipinas. En él viven alrededor de cinco millones de medusas doradas e inofensivas.

El río Oka visto desde San Pedro de Atxarre, en Bizkaia.
El río Oka visto desde San Pedro de Atxarre, en Bizkaia.Gonzalo Azumendi

4 Surf y piragüismo en Urdaibai

BIZKAIA (ESPAÑA)

La desembocadura de la ría de Urdaibai (Bizkaia) es una barra arenosa sobre la que se estrellan las olas formando una izquierda de más de 300 metros que deposita las tablas en la playa de Laida, junto al pueblo pesquero de Mundaka. Los expertos dicen que es la mejor izquierda de Europa, un tubo largo, perfecto y continuo por el que deslizarse con la tabla de surf. Más tranquilo: un paseo en canoa por la ría de Urdaibai, con inicio y final en el puerto de Arketa, navegando por los lugares más característicos de la desembocadura de la ría de Gernika y asomándose a la salida de Mundaka, Sukarrieta y las playas interiores de Laida, San Antonio y Kanala.

Kayaks en Glacier Bay, en Alaska (EE UU).
Kayaks en Glacier Bay, en Alaska (EE UU).Wolfgang Kaehler (Getty)

5 Kayak de mar en Glacier Bay

ALASKA (EE UU)

Acampar frente a un glaciar, dormir en bosques inabarcables, ver osos grizzly y leones marinos. A 60 millas al oeste de la capital de Alaska, Juneau, y accesible solo en hidroavión, se encuentra Glacier Bay, uno de los lugares más salvajes de Estados Unidos. En 1879, el aventurero y explorador John Muir recorrió en canoa esta gran bahía con angostas ensenadas y algunos de los mayores glaciares de América. Una hazaña que hoy repiten en kayak de mar los turistas más aguerridos, tras recibir una charla de los rangers del parque sobre las reglas de la acampada y el modo de actuar en caso de encuentro con los osos. Otros destinos extremos para navegar entre témpanos de hielo son Disko Bay (Groenlandia) y Kamchatka (Rusia).

Ruinas de Huiñay Huayna, en el Camino Inca (Perú).
Ruinas de Huiñay Huayna, en el Camino Inca (Perú).Matthew Williams-Ellis (Getty)

6 Camino Inca

PERÚ

Además de los trenes turísticos que parten desde Cuzco, existe una forma diferente (y mucho más sugerente) de llegar a Machu Picchu: a pie por el Camino Inca, 43 kilómetros de senda entre bosques y densas nieblas, escalones de piedra milenarios y vistas majestuosas. El trayecto se puede completar en tres y cinco días; al final está la recompensa: la famosa Puerta del Sol y sus impresionantes vistas de las ruinas de Machu Picchu. La ruta requiere estar en buena forma (aunque es una distancia relativamente corta, se trata de una caminata dura por desfiladeros y selvas de montaña, con puertos que superan los 4.200 metros de altitud). El recorrido clásico comienza en el kilómetro 88 de la línea férrea que parte de la estación de San Pedro de Cuzco hacia Machu Picchu, en un lugar conocido como Q’oriwayrachina, donde hay que cruzar un puente colgante sobre el río Urubamba. Cuando yo lo recorrí, en la década de los 80, se podía hacer por libre y caminabas en solitario; ahora es obligatorio reservarla a través de un operador autorizado, ya que solo se permite el acceso diario al trayecto a 500 personas (incluidos guías y porteadores. Como en otras muchas rutas de senderismo con alta demanda, hay que hacer la reserva previa con meses de antelación. Para evitar aglomeraciones lo mejor es ir antes o después de la estación de lluvias (de marzo a mayo) o de septiembre a noviembre.

El salto Ángel, en Venezuela.
El salto Ángel, en Venezuela.Rodolfo Gerstl

7 Salto base desde el salto Ángel

PARQUE NACIONAL CANAIMA (VENEZUELA)

Más de 979 metros de caída libre con paracaídas en una de las formaciones geológicas –las mesetas conocidas como tepuyes– más antiguas del planeta. La cascada lleva su nombre por Jimmy Angel, el aviador estadounidense que en 1937 consiguió posarse (o más bien estrellarse) en su cima descubriendo que estaba poblado por especies desconocidas. Inspiró la novela El mundo perdido, de Arthur Conan Doyle, y la película Up!, de Pixar.

El Danubio entre Passau y Linz, en Austria.
El Danubio entre Passau y Linz, en Austria.Andreas Strauss

8 Bicicletas por el Danubio

AUSTRIA

El Danubio proporciona uno de los mayores recorridos cicloturísticos de Europa: el Donauradweg, que discurre paralelo al gran río centroeuropeo a lo largo de cuatro países (Alemania, Austria, Hungría y Rumanía). El tramo austriaco, 250 kilómetros de carril bici entre Passau y Viena, discurre por terreno llano y es el que más servicios ofrece al cicloturista: talleres de reparación, oficinas de turismo y zonas de descanso a lo largo de toda la ruta, albergues y casas rurales a precios económicos que además se ocupan de transportar el equipaje entre las diferentes etapas, y un tren con vagón de carga para bicicletas que enlaza a diario ambas ciudades. La oficina alemana de turismo publica el catálogo Discovering Germany by bike (también en Internet), con información sobre medio centenar de ciclorrutas de largo recorrido, entre ellas la que sigue el curso alemán del Danubio, de 600 kilómetros.

Playa del Arco, en Los Cabos (Baja California Sur, México).
Playa del Arco, en Los Cabos (Baja California Sur, México).Isidoro Merino

9 Buceo en Los Cabos

MÉXICO

En los alrededores de la roca del Pelícano, junto al famoso arco de Los Cabos de Baja California, donde se juntan las aguas del Mar de Cortés y las del Pacífico, los buceadores pueden descender hasta las cascadas de arena, un fenómeno geológico descubierto por el oceanógrafo Jacques-Yves Cousteau que se produce, a unos 30 metros, en la bahía de San Lucas, una de las más profundas del mundo (desde 213 metros cerca de la orilla hasta 3.500 metros).

El Sendero del Macizo del Pacífico (Pacific Crest Trail) recorre Estados Unidos de norte a sur, desde el desierto de Mojave, en la frontera con México, hasta Canadá.
El Sendero del Macizo del Pacífico (Pacific Crest Trail) recorre Estados Unidos de norte a sur, desde el desierto de Mojave, en la frontera con México, hasta Canadá.William Fawcett (Getty)

10 Pacific Crest Trail

ESTADOS UNIDOS

En 1995, durante más de tres meses y casi dos mil kilómetros, la escritora estadounidense Cheryl Strayed caminó por el Sendero del Macizo del Pacífico (Pacific Crest Trail), una ruta que recorre Estados Unidos de norte a sur desde el desierto de Mojave, en la frontera con México, hasta Canadá, por las cadenas montañosas de la Costa Oeste a lo largo de 4.285 kilómetros y tres Estados: California, Oregón y Washington. Lo cuenta en Salvaje (Roca Editorial), un libro apasionante en el que mezcla las experiencias del viaje con los malos tragos que le llevaron a emprenderlo.

Otra versión de este artículo se publicó en 2013 en la edición en papel de El Viajero.

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Sobre la firma

Isidoro Merino
Redactor del diario EL PAÍS especializado en viajes y turismo. Ha desarrollado casi toda su carrera en el suplemento El Viajero. Antes colaboró como fotógrafo y redactor en Tentaciones, Diario 16, Cambio 16 y diversas revistas de viaje. Autor del libro Mil maneras estúpidas de morir por culpa de un animal (Planeta) y del blog El viajero astuto.

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