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Señales de vida: las cartas de los inmigrantes perdidos

Carta de un padre a su hijo desaparecido .

IMAGINE QUE SU HIJO, su hermano o su pareja desaparecen de la noche a la mañana sin dejar rastro. Imagine la angustia de ver su habitación vacía todos los días, o las noches eternas esperando una llamada de teléfono que nunca llega. Imagine no saber dónde duermen, qué comen o si siguen vivos. Todos los años, cientos de miles de africanos emprenden un viaje peligroso para alcanzar las costas europeas. Solemos denominarlos migrantes económicos, pero muchas veces olvidamos que son hermanos, hermanas, maridos, hijos, hijas o amigos de alguien. Miles de ellos mueren en el duro trayecto. Muchos otros desaparecen a lo largo del recorrido, y sus familias se ven condenadas a vivir en un limbo, entre la esperanza y el desaliento. Estas son las historias de seis familias camerunesas cuyas vidas se han visto alteradas por esta tragedia. Nos han contado cuáles son sus angustias y sus miedos, y han lanzado un llamamiento con el objetivo de encontrar a estas personas. Las cartas y los mensajes grabados en audio dirigidos a sus seres queridos se publicarán en formato impreso, en Internet y en una página de Facebook dedicada a esta cuestión; todo el mundo puede visitarla para difundir o consultar noticias sobre los desaparecidos. Si usted tiene alguna información que pueda ayudar en nuestra investigación, le rogamos que se ponga en contacto con nosotros en este enlace.

ORACIONES AL MAR

— Desaparecido: Fabrice Gantat Tchakunte.

— Desde marzo de 2015.

— Edad actual: 19 años.

— De Essos, Yaundé.

— Entrevistado: Richard Tchakunte (padre), de 50 años.

Hundido en su sofá desvencijado, Richard Tchakunte no está acostumbrado a mostrar sus sentimientos. El torbellino de angustia, lamentos, rabia y esperanza en que se halla inmerso este hombre de 50 años solo puede adivinarse al ver su postura rígida y sus ojos desconcertados, los ojos de un padre que se siente traicionado por su propio hijo. “Lo que ha pasado nos ha abrumado a todos. Él decía con frecuencia que iba a marcharse a Europa, pero no nos tomamos en serio sus palabras”, explica con actitud de derrota.

Fabrice Gantat, hijo mío, es tu padre quien te escribe esta carta con lágrimas en los ojos. Si oyes mi voz y mis lágrimas, son las de tu padre, Richard Tchakunte. Estés donde estés, si tienes algún problema, llama a tu padre al número (+237) 690 55 39 66. Si necesitas dinero para volver, llámame, la familia hará lo que sea necesario para reunirlo y traerte a casa. Desaparecido: Fabrice Gantat Tchakunte. Remitente: Richard Tchakunte (padre).

“La última vez que lo vi era mediodía. Vino a casa a comer con nosotros. Al terminar, se fue sin mediar palabra”, prosigue. Esa tarde de marzo de 2015, su hijo Fabrice Gantat Tchakunte, por entonces de 18 años, robó 180.000 francos CFA (unos 275 euros) de los ahorros de su madre y abandonó Camerún para “luchar por su vida”, una de las muchas expresiones que utilizan los lugareños para hablar del peligroso viaje que emprenden los migrantes con el objetivo de llegar a las costas europeas. Desde entonces, Fabrice no se ha puesto en contacto con su familia.

Mientras sus hijos menores juegan en la destartalada casa familiar del barrio de Essos, situado en Yaundé, la capital de Camerún, este desempleado, padre de ocho vástagos, se muestra ausente, tratando de seguir adelante tras lo sucedido. “En cierto sentido, mi vida se detuvo el día en que él se marchó. Es mi hijo mayor”, añade antes de sumirse en un elocuente silencio. “Él sabía que yo no estaba de acuerdo con la idea. El trayecto para llegar a Europa es peligroso y muchas personas mueren a lo largo del viaje. Siempre estoy dirigiéndole oraciones al mar, esperando que mi hijo esté bien y que no le pase nada malo”.

LA SEMILLA DE LA DUDA

— Desaparecido: David Fongang.

— Desde octubre de 2016.

— Edad actual: 32 años.

— De Etoudi, Yaundé.

— Entrevistada: Nancy Joyce Fanke (esposa), de 27 años.

Nancy Joyce Fanke, una joven alegre de 27 años, habla de su marido de 32 con una llamativa ironía. “Cuando me contó que quería marcharse, nos pasamos una semana discutiendo. Un día me dijo finalmente: ‘Si me quedo, echaré mi vida a perder y las consecuencias de mi frustración las sufrirás tú’. Entonces entendí que tenía que dejar que se fuera”.

Fongang David, soy tu mujer, en Camerún. Cariño, cuando leas este mensaje, dame señales (de vida). Te echo muchísimo de menos, te queremos con toda el alma. Vuelve con nosotros en cuanto puedas. Desaparecido: David Fongang. Remitente: Nancy Joyce Fanke (esposa).

Fanke trabaja de camarera en un bar nocturno y tiene dos hijos, a los que ha criado sola desde que su marido, David Fongang, se marchó en marzo de 2014. Después de pasar casi tres años entre Marruecos y Libia, Fongang dejó de comunicarse con su mujer hace cuatro meses. Aunque ella sigue recibiendo mensajes de un número libio, en los que se le pide que envíe dinero a su esposo, la mujer sospecha que puede tratarse de alguien que intenta aprovecharse de la situación. “Nunca consigo hablar directamente con él. Siempre que llamo lo coge otra persona y me dice que no puede ponerse”.

Durante esos años, Fongang intentó entrar varias veces en Europa a través de Ceuta y Lampedusa, pero nunca lo logró.

“Cuando se marchó, yo tenía 400.000 francos CFA (610 euros) en mi cuenta bancaria. Ahora no llego a los 50.000”, explica Fanke, que se ha gastado los ahorros de la familia para que su marido prosiguiera el viaje. Pero ya se ha cansado, y su corazón se encuentra dividido entre la admiración que le inspira su valiente esposo y la frustración que le produce la situación.

“Estoy enfadada con él, porque esto me ha costado muchísimo dinero y él ha fracasado un montón de veces”, reconoce con sinceridad mientras le acaricia el pelo a su hija. “Soy yo sola la que da de comer a los niños y les paga la educación. Ahora le corresponde a él solucionar el tema”, añade resignada.

VOLVER A NACER

— Desaparecido: Joseph Kevin Ndeule.

— Desde noviembre de 2015.

— Edad actual: 24 años.

— De New Bell, Duala.

— Entrevistada: Adonise Tchokonte (hermana), de 31 años.

“Era una tarde de noviembre de 2015. Mi madre acababa de llegar a casa cuando descubrió que le habían desaparecido sus ahorros, 400.000 francos CFA (610 euros). Buscamos al ladrón, llegamos a acusar a algunos vecinos. Dos días después, mi hermano se esfumó sin decirnos nada”. A Adonise Tchokonte, de 31 años, uno de los amigos de su hermano Joseph Kevin Ndeule, de 24 años, le confirmó que este se había ido a Europa. Ya ha transcurrido más de un año sin que reciban noticias. “Mi madre está destrozada y mal de salud. Se pasa las noches llorando y rezando para que llegue alguna señal de Joseph. Para ella es como si él ya hubiera muerto”.

Duala, 12 de diciembre de 2016 Querido hermano NDEULE Joseph KEVIN, soy tu hermana mayor, Adonise. Sé que nos quieres muchísimo y nosotros a ti también. Por favor, nos estás haciendo daño, sobre todo a tu madre, que ya ha tenido un derrame cerebral. Está muy enferma debido a tu ausencia, no se encuentra nada bien desde que te fuiste. Por favor, vuelve con nosotros, con independencia de lo que haya sucedido en el pasado, nosotros ya lo hemos olvidado. Por favor, vuelve, te lo suplico. Te queremos muchísimo, eres nuestro hermanito querido. Adonise Tchoko 00237 696 46 47 93. Desaparecido: Joseph Kevin Ndeule. Remitente: Adonise Tchokonte (hermana).

Aunque Tchokonte espera que su hermano siga con vida, no puede evitar oír las frecuentes historias de migrantes que se ahogan en el Mediterráneo mientras intentan llegar a Europa. “Algunas se las he contado a mis hermanas, pero a mi madre no”, dice. “No sé cómo reaccionaría”. En su casa, todas las pertenencias de su hermano siguen en su sitio. Ndeule no se llevó nada, ni siquiera un par de calcetines, para no despertar sospechas antes del viaje. A veces, su madre coge alguna prenda suya y se echa a llorar mientras se aferra a ella.

EL SECRETO MEJOR GUARDADO

— Desaparecido: Paul Alain Mbingan.

— Desde 2013.

— Edad actual: 28 años.

— De New Bell, Duala.

— Entrevistado: Michel Platini Weladji (amigo), de 28 años.

Como predestinado por el nombre, Michel Platini Weladji, de 28 años, es futbolista y una figura de referencia para los jóvenes del barrio de New Bell, en Duala. Entre 2012 y 2014 trató de alcanzar Europa. Aprendió a sobrevivir en el desierto, manejarse con criminales, protegerse de los traficantes de personas y evitar a la policías en Argelia y Marruecos. En el sexto intento de cruzar el Estrecho, la lancha neumática naufragó y los guardacostas marroquíes le rescataron de una muerte segura en el mar. Después de aquel episodio, Weladji regresó a Camerún. Pero esto no disuadió a muchos de sus amigos. Uno de ellos, Paul Alain Mbingan, de 28 años, desapareció en el trayecto. “Éramos amigos íntimos; entre nosotros, él era un líder”, narra Weladji.

Sábado, 10 de diciembre de 2016 Hola, Gazou (Paul Alain), hermano mío, te escribo este mensaje para que sepas que no dejo de pensar en ti. La verdad es que me encantaría que leyeras este mensaje, eso significaría que sigues vivo. Me niego a creer que ya no estás en este mundo. Sigo teniendo esperanza y me haría muy feliz poder volver a abrazarte. Te echamos de menos, Gazou. Desaparecido: Paul Alain Mbingan. Remitente: Michel Platini Weladji (amigo).

Ambos se habían mantenido en contacto a través de Facebook. “La última vez que nos mandamos unos mensajes él se encontraba en Malí, donde estaba trabajando para ganar dinero y llegar a Marruecos”, dice. Ya han pasado casi cuatro años desde que Weladji dejó de tener noticias de su amigo. La familia de Mbingan tampoco sabe nada.

Actualmente, la mayor esperanza de Weladji es que Mbingan acabara en la cárcel. “Algunos se convierten en ladrones y delincuentes de poca monta para sobrevivir durante el viaje”, explica. “A veces tienen que pedir limosna”. Muchos de los migrantes no les llegan a contar estos episodios humillantes a sus familias. Se los guardan en lo más profundo del corazón.

TODO POR UN SUEÑO

—Desaparecida: Joel Kevin Fomtse.

— Desde 2012.

— Edad actual: 21 años.

— De New Bell, Duala.

— Entrevistado: Alphonse Fomtse (padre), de 53 años.

“Papá, somos pobres, mi vida no está aquí’, me decía ella. ‘Hay gente que muere en el camino, pero yo ­estaré entre quienes lo logran”. Mientras las lágrimas se le escapan, Alphonse, un hombre corpulento de 53 años, revive las conversaciones que mantenía con su hija con la ­misma nitidez que cuando la tenía delante.

Según Alphonse, Joel Kevin Fomtse lo tenía todo para triunfar en la vida. Desde los 10 años, la chica soñaba con ir a Europa, instalarse en Francia y convertirse en modelo. Se vestía con elegancia y siempre llevaba tacones. Era joven, guapa, atractiva e inteligente, pero demasiado tozuda. Su plan estaba claro; su voluntad era inquebrantable. Se marchó una mañana tras decir que había quedado con una amiga. Solo tenía 17 años. Cuando sus padres se percataron de que se había ido y entraron en su cuarto, vieron que estaba completamente vacío. “Se lo había ido llevando todo poco a poco. Ni siquiera dejó una foto suya”, cuenta el progenitor.

697 42 75 56 Duala, 10 de diciembre de 2016 Fomtse Alphonse Cariño mío, unas personas han venido a casa a entrevistarme para hablar de ti. Me gustaría que dieras señales de vida, tu madre y todos nosotros estamos desesperados. Por favor, estés donde estés, da una señal de vida. Te quiero mucho, tu querido padre. Desaparecida: Joel Kevin Fomtse. Remitente: Alphonse Fomtse (padre).

En una primera etapa, Joel cruzó la frontera con Chad y después pasó a Libia, donde estuvo varios meses tratando de obtener los medios necesarios para pagar la travesía del Mediterráneo en una patera. “Me decía que el mar estaba muy revuelto”, añade Fomtse con una voz teñida de pena. “Yo siempre le preguntaba: ‘¿Puedes conseguirlo?’, y ella respondía: ‘¡Sí que puedo!’ ‘Muy bien. En ese caso, que Dios te bendiga”.

Esa fue la última ocasión en que Alphonse habló con su hija. “Lo que más me duele es no saber si está viva o muerta”, agrega el padre, angustiado. “Nunca llegaré a saber si al final se la comieron los tiburones”.

EL MARIDO AUSENTE

— Desaparecido: Ismael Njoya.

— Desde diciembre de 2015.

— Edad actual: 47 años.

— De Commando X, Duala.

— Entrevistada: Lady Njoya (esposa), de 31 años.

“Él ya tenía la intención de marcharse desde el día en que nos conocimos. Aunque llevábamos nueve años conviviendo, yo sabía que algún día se iría”. Con una voz queda y una actitud apocada, Lady Njoya, de 31 años, está acostumbrada a una vida de penalidades, incertidumbres y pocas alegrías. Hasta hace un año, esta mujer menuda se dedicaba a criar a sus tres hijos en Yaundé ­junto a su marido, Ismael Njoya, de 47 años.

Duala, 11 de diciembre de 2016 Hola, amor mío, te escribo para decirte que te echamos mucho de menos. Los niños y yo estamos bien, ahora vivimos en Duala porque tu familia nos abandonó cuando te marchaste. Los niños avanzan en el colegio y preguntan por ti todos los días. Mi amor, te echo muchísimo de menos. Tu mujer, Lady Desaparecido: Ismael Njoya. Remitente: Lady Njoya (esposa).

Después de que este se marchara, Lady se trasladó a Duala, donde ahora alquila una casa diminuta en un barrio de clase trabajadora y se gasta en sus hijos el poco dinero que gana vendiendo baratijas. “Después de darles de comer y vestirlos, no me queda mucho”, reconoce en un infrecuente momento de autocompasión. Pese a la frustración, la voz de Lady no denota ningún resentimiento hacia el marido, que ni siquiera se molestó en decirle adónde iba. “Lo único que sé es que soñaba con marcharse a Estados Unidos”, cuenta. “Quiere a nuestros hijos y siempre ha sido un padre responsable. Ellos siempre me preguntan por él. Les contesto que no tardará en volver”.

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