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Porque lo digo yo
Columna
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Patriotas

Unos usan las banderas como paño de lágrimas o las agitan cuando conviene. Otros se quitan los mocos con ellas

Banderas de España en la calle Asunción en el barrio de Los Remedios de Sevilla.
Banderas de España en la calle Asunción en el barrio de Los Remedios de Sevilla.Paco Fuentes
Borja Hermoso

Bandera 1: Las banderas, esos trapos, son lo que nos descangalla la vida cuando no hay cultura. Por eso algunos las travisten en pañuelo de lágrimas o las agitan cuando conviene para cambiar el tema de conversación –como hizo Artur Mas, espoleta del indeseable sainete– y otros en cambio se quitan los mocos o salva sea la cosa con ellas.

Bandera 2: Hay algunas inconfesablemente bonitas si hablamos solo de diseño. La nazi lo era a rabiar. También odiosa. La española y la senyera son cansinas y repetitivas, rojo-amarillo-rojo la una, rojo-amarillo-rojo-amarillo-rojo, etc, la otra. Eso sí: juntas en un despacho o en un balcón casan bien de color, con perdón. Lo de la estelada es directamente una broma: no me creo que a un independentista de la Zona Alta de Barcelona no le dé miedo esa estrella.

Bandera 3: En casa hacemos inquietantes cábalas con los vecinos de la terraza de enfrente. Nunca se les ve (uuuuuh, ¿fantasmas?). Hay verjas. Pero el domingo del referéndum apareció de ninguna parte un banderón español. Ahí sigue. También sigue la verja. También sigue sin verse a nadie. Para sí quisiera Agatha Christie este enigma.

Bandera 4: Bandera, patria, himno, nacionalismo catalán, vasco o español (que existe, y subiendo: en España la ultraderecha vota mayormente a un partido de derechas, con lo cual el tal partido de derechas ha de cuidar al travieso sector ultra si no quiere que un día se le dé el piro electoral): el mismo caprichito identitario, qué hastío.

Bandera 5: Con 11 años fui a un campamento de verano del cole. Lo organizaba la OJE (Organización Juvenil Española, o sea Frente de Juventudes, o sea Franco). Nos levantaban a las siete para izar la bandera y cantar la Canción del legionario y el Desperta Ferro. Eso, entiendo, me predispuso contra los trapitos de colores.

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Sobre la firma

Borja Hermoso
Es redactor jefe de EL PAÍS desde 2007 y dirigió el área de Cultura entre 2007 y 2016. En 2018 se incorporó a El País Semanal, donde compagina reportajes y entrevistas con labores de edición. Anteriormente trabajó en Radiocadena Española, Diario-16 y El Mundo. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.

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