_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Esto sí es un referéndum… probablemente

Los líderes independentistas han confiado en que los catalanes no crean a sus ojos, sino a ellos

Teodoro León Gross
La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, emite en Sabadell su voto en el referéndum ilegal.
La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, emite en Sabadell su voto en el referéndum ilegal.

El referéndum está operando con la ruptura lógica del cuadro de la pipa de René Magritte, titulado Ceci n'est pas une pipe (Esto no es una pipa): el ojo ve una cosa y el mensaje dice lo contrario. La consigna de la Generalitat proclama "Esto sí es un referéndum" aunque se vea la ficción desde minutos antes de la apertura de las urnas opacas –nunca mejor dicho– para aceptar votos en cualquier lugar, sin papeletas oficiales o sobres, sin Sindicatura Electoral, con la treta del censo universal y observadores internacionales que ni Maduro. No cumple ningún requisito para serlo, pero el portavoz Jordi Turull ha anunciado, “con garantías tal como nos comprometimos”, que "Esto sí es un referéndum".

El independentismo ha buscado la lógica del Test del Pato de Riley: "Si anda como un pato, nada como un pato y vuela como un pato, entonces probablemente sea un pato". En definitiva, si hay urnas como en un referéndum, si hay colegios electorales como en un referéndum y hay votantes como en un referéndum, entonces es un referéndum. El propio Magritte, al explicar su cuadro, mencionaba que, en efecto, aquello no es realmente una pipa sino una representación; puesto que esa pipa del cuadro no se puede llenar de tabaco y fumársela. Eso es exactamente lo que sucede con el 1-O, al margen de la ley y las garantías elementales: no se trata de un referéndum sino de una representación.

Nada hace pensar que vayan a rectificar y a plantear otra hoja de ruta desde la política. Probablemente los líderes independentistas incluso consideren un éxito su estrategia. Tras lograr la mundialización del conflicto, han obtenido el botín de las fotografías anheladas. Como advertía Süddeutsche Zeitung, los independentistas han actuado “buscando una foto para el mundo”. En las primeras horas, desde The Guardian a Clarín, muchos diarios abrían con imágenes de violencia policial; y desde Frankfurter Allgemeine o Le Monde al Dagens Nyheter sueco, con las fuerzas de seguridad reprimiendo el voto. Objetivo cumplido. En definitiva, el cuadro de la pipa de Magritte pertenece a la serie La traición de las imágenes.

La batalla que ellos tratan de dar en este momento nada tiene que ver con el resultado. Eso está descontado desde mucho tiempo antes. Su pelea es con el principio de realidad, para lograr la aceptación de que allí está sucediendo un referéndum real que ha sido reprimido violentamente por un Estado antidemocrático. No importa lo que sea realmente. Como decía Groucho: “¿A quien va usted a creer usted, a mí o a sus propios ojos?”. Los líderes independentistas han confiado en que los catalanes no crean a sus ojos, sino a ellos.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Teodoro León Gross
Málaga, 1966. Columnista en El País desde 2017, también Joly, antes El Mundo y Vocento; comentarista en Cadena SER; director de Mesa de Análisis en Canal Sur. Profesor Titular de Comunicación (UMA), licenciado en Filología, doctor en Periodismo. Libros como El artículo de opinión o El periodismo débil... Investigador en el sistema de medios.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_