1.600 millones de personas en ‘slums’... y demasiadas casas vacías
Los habitantes urbanos que gastan más de un tercio de sus ingresos en la vivienda sufren una disminución de la calidad de vida, recuerda ONU Habitat con ocasión del Día Mundial del Hábitat
Los habitantes urbanos que gastan más de un tercio de sus ingresos en la vivienda sufren una disminución de la calidad de vida. Y si consideramos que al menos la mitad del territorio de las ciudades se utiliza para fines de morada, es fácil entender que el acceso a una vivienda digna es clave para lograr un desarrollo sostenible e inclusivo. Por ese motivo ONU-Habitat ha decidido dedicar la edición de este año del Día Mundial del Hábitat, que se celebra este lunes, al derecho de todos a viviendas adecuadas y asequibles.
En un plazo de 30 años, el 70% de la población mundial residirá en ciudades. Pese a los avances registrados, la ONU alerta de que una de cada cuatro personas vivirá en asentamientos de viviendas informales sin acceso a servicios básicos en la próxima década si no se lleva a cabo un sólido plan de intervención.
"La vivienda fue el epicentro de la crisis económica mundial de 2008, en lugar de ser el corazón de la política urbana", lamenta Joan Clos, director ejecutivo de ONU-Habitat, en un mensaje lanzado con ocasión del Día Mundial del Hábitat, una celebración que este año coincide con el primer aniversario de la Nueva Agenda Urbana aprobada en Habitat III en Quito. Las ciudades y los hogares, recuerda Clos, determinan el acceso a la educación y oportunidades de empleo, la capacidad para llevar una vida saludable y la participación en la vida colectiva de la comunidad. Sin embargo, aún son muchos los que no pueden disfrutar del derecho a una vivienda digna.
Estudios realizados a lo largo de las dos últimas décadas revelan que, a pesar del incremento de la demanda de casas, la mayoría de la población mundial aún se ve obligada a recurrir a opciones de vivienda inadecuadas que pueden ir desde lugares aislados periféricos, lejos de oportunidades laborales o de ingresos, hasta soluciones informales inseguras y de mayor vulnerabilidad. El Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos estima que hay 1.600 millones de personas ocupando hogares inadecuados, mientras aumentan gradualmente las viviendas inhabitadas.
Una vivienda adecuada, explica Carmen Sánchez-Miranda Gallego, jefa de Oficina de ONU-Habitat en España, "va más allá de cuatro paredes y un techo". Tal y como recoge el derecho internacional, implica, entre otras características, seguridad en la tenencia, acceso a servicios (calefacción, energía, saneamiento...), que esté cerca de oportunidades de empleo y que sea asequible, es decir, que el gasto relacionado no impida disfrutar de otros derechos.
La edición de este año del Día Mundial del Hábitat invita a reflexionar sobre las políticas de vivienda en las ciudades para lograr las metas fijadas por el Objetivo de Desarrollo 11, es decir, asegurar para 2030 el acceso de todas las personas a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles y mejorar los barrios marginales. La celebración quiere fomentar acciones concretas, tanto a escala local como nacional, que promuevan iniciativas de vivienda para todos los grupos de ingresos, especialmente los de nivel bajo.
Los ejemplos de buenas prácticas, asegura Sánchez-Miranda, abundan. A veces, simplemente pintar fachadas de edificios o limpiar calles puede contribuir a mejorar el espacio habitacional. En Río de Janeiro y en distintas ciudades de Colombia, por citar algunos casos, se han registrado numerosas iniciativas en las que ha quedado patente el compromiso de la sociedad civil codo con codo con las autoridades locales.
La jefa de Oficina de ONU-Habitat en España está convencida de que el mensaje de la responsabilidad compartida ha calado muy bien entre los ciudadanos. "Las ciudades son de todos y los habitantes tenemos mucho que aportar al mejoramiento de las urbes", dice. La prueba tangible de esta actitud es que cada vez hay más iniciativas que se promueven desde la ciudadanía y que los gobiernos locales acaban apoyando, como el uso de la bici o reclamar zonas verdes, calles seguras y transitables.
La celebración del Día Mundial del Hábitat, que desde 1986 cada año coincide con el primer lunes del mes, inaugura un periodo bautizado por Naciones Unidas como Octubre Urbano, dedicado a promover un mejor futuro en las urbes y que finalizará el próximo día 31 con el Día Mundial de las Ciudades.
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