La mesa de la Universidad de Barcelona que reparte papeletas
Algunos estudiantes informan de manera voluntaria a los ciudadanos sobre cómo votar en el referéndum
Estudiantes de la Universidad de Barcelona, situada en el corazón de la ciudad, se turnan desde hace días para entregar papeletas para el referéndum ilegal de independencia del próximo 1 de octubre e informar a quien se acerca hasta allí sobre dónde ejercer el voto el próximo domingo. Desde la mesa, los voluntarios llevan desde el pasado viernes entregando cientos de ejemplares, pese a que la Guardia Civil requisó cerca de 10 millones el pasado 20 de septiembre para impedir la celebración del referéndum suspendido por el Tribunal Constitucional.
"Nadie nos ha dicho nada, ni la policía ni los mossos", cuenta la estudiante de filología inglesa que con solo 18 años está al frente de la mesa, mientras echa mano de su móvil para informar a un matrimonio sobre dónde se encuentra su colegio electoral. "Solo les preguntamos su DNI, su Código Postal y la fecha de nacimiento para averiguar dónde tienen que votar. Si, además, quieren papeletas, les damos una, hasta un máximo de cuatro por persona", explica tras recibir la visita de dos mujeres de mediana edad que se han acercado para hacerles llegar a los estudiantes tres bolsas con cinco kilogramos de magdalenas y ocho litros de batido de chocolate para agradecerles su apoyo al referéndum. La propia estudiante es la primera sorprendida en no haber recibido hasta ahora la visita de las fuerzas de seguridad, pese a que las papeletas de voto forman parte del dispositivo esencial para organizar el referéndum, que la Justicia ha declarado ilegal.
El goteo de solicitantes de información es incesante. Para agilizar los trámites, un bot puesto en marcha por Crida per la democràcia, el movimiento impulsado por Òmnium Cultural, informa de manera automática a través del teléfono móvil sobre dónde ejercer el voto. Tras recoger sus papeletas, algunos ciudadanos depositan una pequeña donación en una urna de cartón situada encima de la mesa y en la que se lee Caixa de resistència (caja de resistencia). "Es para los gastos de los que están dentro", explica otro de los voluntarios de la mesa, en referencia a los cerca de 200 estudiantes (hasta 400, según su recuento) que desde el viernes pasado participan en un encierro en el edificio histórico de la Universitat. Mientras algunos pernoctan allí, a lo largo del día su presencia se reduce a unas cuantas decenas de personas, que participan en diversos talleres en los que se explica, por ejemplo, cómo impedir que la policía intercepte sus conversaciones telemáticas el día del referéndum. "También se ha impartido otro sobre cómo evitar agresiones físicas de la policía o cómo impedir la interceptación del material de campaña", cuenta una de las asistentes a esas actividades, que cuentan con el beneplácito del Rectorado de la Universidad, que ha permitido su presencia en el claustro neoromántico mientras su presencia allí sea pacífica.
El sindicato de estudiantes Universitats per la Republica, que esta tarde participa en un acto político junto al vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras; el portavoz, Jordi Turull, y el presidente de Òmnium Cultural, Jordi Cuixart, mantendrá hasta el domingo el encierro. Además, el sindicato independentista secundará este jueves y el viernes la huelga convocada en todos los centros universitarios y mañana recorrerá las calles de Barcelona en la manifestación de estudiantes convocado a las 12 del mediodía.
Tanto la mesa como la okupación cuentan con el apoyo del Sindicat d'Estudiantes dels Països Catalans, que responde así "a las actuaciones del Gobierno del Estado y los cuerpos policiales", según han explicado en un comunicado en el que defienden "la necesidad de organizar a los estudiantes y a la comunidad educativa en defensa del referéndum de autodeterminación del pueblo catalán".
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