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Chelo Vivares: “En otro país, Espinete estaría en un museo”

La actriz que encarnó al erizo de 'Barrio Sésamo' se dedica al doblaje y al teatro de repertorio y lamenta que el mítico muñeco se pudra en un almacén de TVE enfermo de aluminosis

Patricia Gosálvez
La actriz Chelo Vivares en la Sala Tribueñe de Madrid.
La actriz Chelo Vivares en la Sala Tribueñe de Madrid.claudio álvarez

Cuando les paraban por la calle siempre era por Chema. Corrían los años ochenta y el popular panadero de Barrio Sésamo era un icono cercano y amable. "Incluso en el pueblo más recóndito la gente le trataba como si fuese un colega de toda la vida", cuenta la actriz Chelo Vivares hablando de su marido, el actor Juan Ramón Sánchez, Chema para media España. "A veces, algún padre bocazas decía, 'y mira, ella es Espinete'... Yo entonces le preguntaba a los niños, '¿Tú crees que me parezco?', 'Para nada', 'Pues eso, qué tontería, ¡cómo voy a ser yo un erizo rosa!".

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Chelo Vivares lleva tres décadas preservando la magia de su personaje: nunca ha hecho la voz de Espinete sin llevar puesto el traje. Un traje, por cierto, que Televisión Española sí tiene olvidado en un almacén enfermo de aluminosis, según denuncia la actriz: "Es una vergüenza, en cualquier otro país estaría en un museo de la tele". Hay incluso una campaña en Change para que el ente público "cure" al erizo. 

La primera vez que Chelo Vivares se calzó el traje fue en el casting, donde puso la voz que le "salió" y empezó a dotar al personaje de una inocente torpeza que reflejaba la dificultad de manejar el complejo sistema de movimiento de la marioneta. Fue ella quien animó a Juan, con quien se acababa de casar, a presentarse para otro de los papeles. El doble contrato en el nuevo programa infantil traído de América fue "un regalo de bodas" para la joven pareja.

Chelo Vivares y Juan Ramón Sánchez el día de su boda.
Chelo Vivares y Juan Ramón Sánchez el día de su boda.archivo personal

"Nuca tuvimos un problema trabajando juntos, la nuestra era una relación basada en el respeto", dice Vivares de su marido, fallecido de cáncer en 2008, y a quien recuerda a cada rato durante la conversación. Fueron compañeros mientras grabaron Barrio Sésamo entre 1983 y 1986, y cuando acabó se reinventaron juntos. No acabó de la mejor manera: los actores llevaron a TVE a juicio, un proceso que se alargó 11 años, al no verse recompensados por las continuas reposiciones del programa una vez rescindidos sus contratos. 

Él se dedicó a escribir, pintar y exponer. Ella trabajó en la radio y se centró en el doblaje (ha interpretado personajes de Los Simpson, Southpark o Harry Potter). En el 92 se volvió a meter en un personaje/ disfraz: Curro, la mascota de la Expo 92 de Sevilla.

Juntos se metieron a principios de los 2000 en una aventura llamada Tribueñe, una amorosa sala de teatro en los aledaños de Las Ventas. Allí, una mañana cualquiera de diario, un actor arregla un foco mientras una chica entona Suspiros de España ante el piano del profesor de canto. “Aquí todos hacemos de todo”, explica Vivares, que hoy posa para el fotógrafo en el patio de butacas pero que cuando hizo falta enceró con aceite de linaza las escaleras de terracota. “Construimos un teatro con nuestras manitas para poder trabajar sin esperar a que nos llamaran”, explica la actriz. "Un grupo de actores, amigos de siempre, nos empeñamos, encabezados por los directores Irina Kouberskaya y Hugo Pérez de la Pica, en transformar un almacén tiñoso en una sala de teatro de repertorio donde siempre pasa algo de verdad". "Aquí los montajes están vivos", sentencia la actriz que estos últimos años ha sido la Poncia de La casa de Bernarda Alba y dado vida a personajes de Valle-Inclán o Chéjov que la compañía ha llevado de gira por Francia, Rusia, Albania... En el vestíbulo de la sala, decenas de premios de esta familia teatral. Uno de los más recientes el Premio Talento 2016, entregado a Chelo Vivares este año por la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión

Montaje de 'Ligazón' de Valle-Inclán en Tribueñe.
Montaje de 'Ligazón' de Valle-Inclán en Tribueñe.

La actriz admite que la siguen llamando por haber sido Espinete. "¡Muchísimo!, es un personaje que sigue muy vivo, los niños de entonces son los periodistas de ahora, me llaman de todos los medios para sus qué fue de, qué hace ahora, dónde se ha metido...", ríe la actriz, que participó en el nostálgico programa Espinete no existe de TVE enfundándose de nuevo en un traje de Espinete para grabar un incorrecto falso documental en el que "Espinete decía tacos y tenía chanchullos".

¿Se volvería a poner el traje de Espinete para hacer un programa infantil de verdad? "¡Claro que sí, ojalá!, habría que cambiar un poco el lenguaje, los juegos, pero el espíritu rebeldón y bondadoso del personaje seguiría funcionando", dice la actriz que admite que quizás, a los 65 años, le costase un poco más mover la marioneta. "Era mucho tute físico, pesaba y te ahogabas dentro, y yo siempre aguantaba hasta casi el desmayo... Juan se enfadaba mucho conmigo por ser tan bruta".

La recordamos por Ser el alma de Espinete, el enorme erizo rosa que protagonizó la versión española del programa Barrio Sésamo.

Momento de máxima popularidadAunque solo grabó programas entre 1983 y 1986, las reposiciones duraron hasta los 2000. En 1984 ganó el Premio TP de Oro y dio el pregón de Navidad de Madrid junto a Tierno Galván.

A qué se dedica ahora... Es una reconocida actriz de doblaje y miembro de la compañía que lleva la sala de teatro de repertorio Tribueñe en Madrid.

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Sobre la firma

Patricia Gosálvez
Escribe en EL PAÍS desde 2003, donde también ha ejercido como subjefa del Lab de nuevas narrativas y la sección de Sociedad. Actualmente forma parte del equipo de Fin de semana. Es máster de EL PAÍS, estudió Periodismo en la Complutense y cine en la universidad de Glasgow. Ha pasado por medios como Efe o la Cadena Ser.

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