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¿Cómo puedes remontar una situación?

El deseo junto con un propósito o un disfrute son el punto de partida

Alba Prieto

Hay veces en que las cosas no te salen como te gustaría. Puede ser una relación o un proyecto, algo en lo que has invertido tiempo y esfuerzo y te gustaría remontarlo. Esto le ocurre muy a menudo a los deportistas profesionales cuando están en una final y el resultado no les acompaña. Si pudiéramos identificar qué hacen ellos cuando consiguen dar la vuelta a un marcador, podría darnos claves para saber qué podemos hacer nosotros en nuestra vida personal o profesional. Y esto es lo que analiza de modo muy interesante José Luis Llorente Gento, el que fuera jugador de la selección española de baloncesto, ganadora de la primera medalla olímpica de plata en 1984 en Los Ángeles. José Luis, en su libro Espíritu de remontada, explica qué técnicas utilizan los jugadores de élite de diversos deportes para remontar situaciones difíciles. Veamos su propuesta para aplicarlo en tu día a día.

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La primera clave es el deseo. Las cosas que se resisten requieren pasión y esfuerzo. Si no las deseas con fuerza, es difícil que las consigas. Los jugadores quieren un triunfo, pero esa motivación por sí misma no es suficiente. Como dice José Luis, “la remontada comienza con el deseo de ganar una medalla o de pasar la eliminatoria, pero cuando estás enfrascado en el partido, lo que determina que perseveres en el esfuerzo es, por ejemplo, la sensación de que estás haciendo un buen trabajo”. Por ello, el deseo es el punto de partida, pero tiene que haber algo más, un propósito o un disfrute de lo que haces en cada momento. Si este no existe, es difícil que aguantes para estudiar unas oposiciones o preparar ese informe que parece infinito. Por tanto, ¿qué te mueve exactamente en ese proyecto que tienes entre manos? Y, mientras estás haciéndolo, ¿con qué disfrutas?

El segundo elemento clave en una remontada (y en la vida) son los valores. Los valores no son los compañeros del éxito, son la causa y el sello que nos caracteriza. Cuando las cosas no pintan bien o tenemos dudas en decisiones trascendentes, necesitamos acudir a nuestros valores, a lo que nos identifica como personas y que necesitamos tener muy presente cuando queremos remontar una situación. Por ello, pregúntate, ¿qué valores quieres que te definan en estos momentos?

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El deseo y los valores son el punto de partida, pero hacen falta más cosas para que la remontada se produzca. Por una parte, necesitamos trabajo y esfuerzo, confianza en uno mismo y en el equipo, generosidad en lo que hacemos y un entorno que nos rete. El trabajo, aunque sea rutinario, nos ha de entrenar para nuestro objetivo final. Como resume José Luis con la metáfora de la película Karate Kid de fondo: “dar cera, pulir cera: conecta lo que haces con la mejora de tus capacidades”. Las remontadas se consiguen cuando hay energía para ello, porque una vocación sin esfuerzo solo es imaginación. No se consiguen los grandes objetivos sin sudar la camiseta y sin paciencia. Por ello, ¿cuánto estás dispuesto a trabajar para lograrlo?

Otras dos claves importante son la confianza y la generosidad. La confianza en uno mismo y en otros nos crea los espacios de libertad necesarios para sacar lo mejor de nosotros mismos. La confianza es la puerta de la creatividad, tan necesaria para buscar las soluciones a problemas que se nos resisten. La generosidad es la vertiente ética de los valores, la virtud más apreciada en los equipos y una motivación poderosa. Lo que hacemos por otras personas a veces es muy superior a lo que haríamos por nosotros mismos. Por eso es tan importante un entorno retador, con el que compartamos valores y que nos anime a esa remontada. Si piensas en ese proyecto que tienes entre manos, ¿tienes confianza en ti y en quienes te rodean?, ¿estás siendo generoso?, ¿tu entorno te apoya?

En definitiva, todos necesitamos remontar situaciones que nos resultan difíciles y estas pueden resultar más fáciles si nos apoyamos en un deseo real, una motivación que nos anime, valores, confianza y generosidad en un entorno retador. Así sucede a los deportistas de élite según José Luis Llorente, así puede sucedernos al resto.

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