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Del macarra con corazón al neoliberal enmascarado: nuevas masculinidades que nos enseñó ‘Gran Hermano’

El cocinero Carlos, de 'Gran Hermano Revolution', es el último ejemplo de los paradigmas de hombría que el concurso lleva 18 años mostrando al mundo

No es una imagen de una edición de 'Gran Hermano' española sino de la que se ha emitido en Alemania en 2017, pero ilustra a la perfección el tema que estamos tratando.
No es una imagen de una edición de 'Gran Hermano' española sino de la que se ha emitido en Alemania en 2017, pero ilustra a la perfección el tema que estamos tratando.Getty Images

Gran Hermano es, en esencia, un reality con gran peso femenino. Son ellas las que suelen mover la narración, las protagonistas más habituales, las heroínas y las villanas. Pero a lo largo de sus mastodónticos 17 años de duración en España (Telecinco está emitiendo todos los jueves las galas de la edición número 18) también han existido muchísimos concursantes masculinos que llamaron nuestra atención de forma poderosa. Algunos encarnaron modelos de masculinidad muy concretos que conocimos por primera vez en el programa y en otros casos tenía personalidades tan fuertes que no podemos pensar en algunos arquetipos sin acordarnos de ellos. Repasamos las masculinidades más representativas de un concurso que siempre se apuntaló sobre la fuerte presencia de mujeres.

1. El buen chaval: Ismael de 'Gran Hermano 1'

En cuanto apareció ante una multitud de espectadores vírgenes de reality quedó claro que Ismael Beiro encarnaba el arquetipo del buen chico con un aura perfecta al que todo le sale bien. Es ese muchacho simpático, guapo y sano, a medias entre el yerno perfecto y el colega ideal, con ganas de agradar a todo el mundo pero con la impagable capacidad de no resultar repelente. Si el Partido Popular puso como ejemplo de la juventud española a los participantes de la primera edición de Operación Triunfo en contraposición a los de Gran Hermano, queda claro que, de tener dotes cantoras, Ismael podría haber encajado en la Academia tan bien como en la casa que (únicamente aquel año) se construyó en Soto del Real. Otra cosa es que, como tantos buenos chicos de la ficción y la realidad, Ismael acabase revelando la parte más perversa y manipuladora del buen chaval, en términos de narración televisiva, con su participación en Supervivientes años después.

Otros ejemplos: Kristian, de Gran Hermano 14, y Luis, de Gran Hermano 15.

Ismael (derecha) e Iñigo (izquierda), ambos de la primera edición de 'Gran Hermano' (2000)
Ismael (derecha) e Iñigo (izquierda), ambos de la primera edición de 'Gran Hermano' (2000)Cordon Press

2. El hombre-niño: Íñigo de 'Gran Hermano 1'

En su momento –corría el año 2000– las aficiones y gustos de Íñigo lo convertían en un marginado, una mezcla de curiosidad freak a la que contemplar e histrión del que reírse. ¿Cuáles eran esas pasiones? Los cómics, el anime y la cultura japonesa en general. Es decir, todo lo que en su momento era minoritario y hoy compone la parte más rentable y popular de nuestra industria del entretenimiento. No es casualidad que la comedia más popular de nuestros días sea The Big Bang Theory, protagonizada por unos casi asexuados y eternos post adolescentes que en otro momento cultural representarían a un público muy de nicho. El underground de ayer es el mainstream de hoy.

Otros ejemplos: Tono de Gran Hermano 7, y Daniel, de Gran Hermano 12+1.

El catalán Carlos Navarro, alias "el Yoyas", el más mediático de la segunda edición de 'Gran Hermano' (2001).
El catalán Carlos Navarro, alias "el Yoyas", el más mediático de la segunda edición de 'Gran Hermano' (2001).

3. El macarra de barrio con corazón: Carlos de 'Gran Hermano 2'

Cuando Gran Hermano todavía era un acontecimiento que paralizaba –del todo– a España, la presencia de Carlos “el yoyas” supuso un revulsivo y generó un debate social en torno a un tema peliagudo –los malos tratos y la violencia de género– que dejaba en nada la polémica con la prostitución de la primera edición. Puede que el debate fuera un poco de gallinero y se saliese de madre, sí, pero ver en los albores de la televisión del siglo XXI discutir sobre comportamientos abusivos y codependencia en horario de máxima audiencia resultó insólito y necesario.

Además, estaba el componente social: Carlos como un ejemplo de charnego capaz de irritar a la burguesía barcelonesa a golpe de frases lapidarias, demagogia y vehemencia. Hoy es difícil plantearse ejemplos de chulitos de extracción humilde que hayan llegado a ser conocidos más allá de la ficción (un Neng de Castefa, un Makinavaja) sin recordar al Yoyas, icono ya del extrarradio y de eso llamado “la universidad de la calle” al nivel en el que lo fueron en los setenta El Vaquilla o en los ochenta los personajes de las películas de Eloy de la Iglesia pero sin delincuencia. Como personaje, no tenía precio, y su polémica relación con Fayna acabó siendo una de las más longevas del programa. Si es que hasta componía poesía.

Otros ejemplos: Omar, de Gran Hermano 15.

4. El objeto de deseo exótico: Matías de 'Gran Hermano 4'

Dice mucho de la elección de casting de Gran Hermano y de nuestra sociedad en general la pervivencia de un modelo de concursante con una función tan simple como efectiva: ser el extranjero ligón. Si este individuo goza de excelente salud en las costas del Mediterráneo, como relaciones públicas de discotecas o arrasando en las cenas de Navidad de las empresas, ¿cómo no va a funcionar en la televisión? La primera encarnación elegida tuvo el cuerpo del argentino –había que cumplir con el tópico hasta el final– Matías Fernández, alias “Tone”, y su rendimiento fue tan alto –hasta cuatro mujeres pasaron con él por el jacuzzi– que hoy el del extranjero cansadamas es un perfil ya clásico en el programa.

Otros ejemplos: el italiano Nicola, de Gran Hermano 5, el estadounidense Conrad, de Gran Hermano 6, el italiano Piero, de Gran Hermano 9, y el gallego-italiano Alessandro, de Gran Hermano 12+1.

Nicky, participante de la sexta edición de Gran Hermano (2005)
Nicky, participante de la sexta edición de Gran Hermano (2005)

5. El hombre transexual: Nicky de 'Gran Hermano 6'

A lo largo de su trayectoria, Gran Hermano ha servido para poner en la bandeja de lo inmensamente popular algunos temas que apenas aparecían en medios tradicionales. La tercera edición será recordada como una de las primeras ocasiones en las que el público masivo tuvo constancia de la existencia de las lesbianas y, para gran parte de los espectadores, Amor Romeira fue la primera mujer transexual cuyas peripecias siguieron más allá de los espectáculos de Benidorm. Otro tabú se rompió con la presencia de Nicky, participante de la sexta edición que al nacer había sido identificado como mujer pese a sentirse hombre. El tema se trató con cierto amarillismo, a veces por parte de la propia presentadora Mercedes Milá, pero es de agradecer la naturalidad de su presencia y que su paso por el concurso fuese mucho más allá de su identidad de género. Nicky destacó como liante profesional y hacedor de varias frases históricas como la mítica “los papeles de la paella”, y no por ninguna disforia. Eso es la integración. 

Otros ejemplos: Hans, de Gran Hermano 11.

6. El villano por decisión: Dani Rubio de 'Gran Hermano 8'

Si se ganó el apelativo de “El sucio” no fue por sus hábitos de limpieza. En una carrera de fondo en el que toda estrategia es válida pero estábamos acostumbrados a una exhibición de la bondad y las buenas intenciones, Dani Rubio y algunos de sus compañeros de edición hicieron algo inédito hasta entonces: ser malos vocacionales. Su bajeza deliberada trajo de cabeza a Mercedes Milá –a la que él le llegó a espetar un “¡Chocheas!” en una gala– y se convirtió en el ejemplo en versión reality de los antihéroes que proliferaban en la ficción. Un antecesor de Dexter o Hannibal Lecter cuyo comportamiento en la convivencia no era menos escandaloso que el de esas creaciones en sus series.

Otros ejemplos: Javier, de Gran Hermano 8, e Igor, de Gran Hermano 14.

7. El heterosexual con pluma: Javier Palomares de 'Gran Hermano 10'

En esas joyas del videoarte contemporáneo que suelen ser los vídeos de presentación de los concursantes de Gran Hermano, hay uno que ocupa un lugar especial en los corazones de los fans del programa: el de Javier Palomares.

Años antes de la popularización del ente televisivo Mario Vaquerizo, el reality se destapó con una pirueta que desafiaba también a los que se consideraban más abiertos y tolerantes. ¿Se puede ser muy amanerado, tener una pluma evidente, declarar haber acudido a la capital “a liberarse” y ser heterosexual? Palomares resultaba más rompedor y desconcertante con su presencia de rizada melena que mil teorías sobre la construcción de la masculinidad.

8. El personaje: Gerardo Prager de 'Gran Hermano 11'

Elemento netamente televisivo que sin embargo cualquiera que haya trabajado en una oficina de tamaño medio-grande puede identificar. Elemento que vive para figurar, que siempre se toma muy en serio a sí mismo a la vez que es generador de gracietas a su costa tal vez involuntarias. Está dotado con la capacidad de agitar las relaciones sociales, irritar a los que le rodean y casi nunca se está seguro de qué pretende de verdad.

Otros ejemplos: Miguel, de Gran Hermano 17

9. El 'Torrente': Cristian de 'Gran Hermano12+1'

Está claro que Santiago Segura bordó el retrato de un fenotipo español muy concreto con su saga Torrente (1998-2014). Lo que tal vez no calculaba es que su creación acabaría convirtiéndose en algo aspiracional, un ejemplo al que parecerse y al que imitar, un ídolo admirado sin ningún doble sentido. Cristian Villaescusa lo hacía sin ambages, soltando comentarios (¿en serio o medio en broma?) como que los gays eran “una plaga” o que las mujeres tenían que dedicarse a “sus labores”. Lo chocante es que esas declaraciones en el casting le habían conseguido una plaza en la casa y que su gracejo era aplaudido y jaleado entre el resto de los concursantes y los espectadores. Cabe preguntarse si su humor machista, racista y sin un ápice de ironía y autoconsciencia sería bien recibido en una edición actual o generaría tanta polémica que acabaría en una expulsión disciplinaria.

Otros ejemplos: Fran, de Gran Hermano 2 y Pulpillo, de Gran Hermano 8.

El chino-granadino Hans y el vasco Aritz, dos de los concursantes de 'Gran Hermano 16' (2015)
El chino-granadino Hans y el vasco Aritz, dos de los concursantes de 'Gran Hermano 16' (2015)Telecinco.es

10. El difuso: Aritz de 'Gran Hermano 16'

En tiempos del debate de género, bisexualidad, jóvenes que se niegan a adscribirse a ninguna etiqueta y popularización de la cultura queer, esperábamos cualquier cosa que suscitase nuestro interés en Gran Hermano excepto lo que lo terminó logrando: la aparición de un vasco que identificamos como heterosexual –tal vez erróneamente, él siempre fue ambiguo sobre el tema– que acababa manteniendo una relación amorosa con otro concursante, el granadino de origen chino Han. Por supuesto, como signo de los tiempos, les persiguió la sombra de montaje o relación interesada, pero consiguió que el público tuviese en cuenta que la orientación sexual podía ser algo con fronteras mucho más difusas y movibles de lo que parece a primera vista.

11. El luchador carismático: Carlos de 'Gran Hermano Revolution'

“A mí nadie me ha regalado nada”, “todo lo que tengo lo he conquistado con mis propias manos” o “solo peleo las batallas que puedo ganar” son frases habituales en el discurso de este tipo de perfiles y la muestra más clara de que la épica del hombre hecho a sí mismo ha calado con éxito en la sociedad española. El orgullo de sus orígenes humildes acaba convirtiéndose de forma paradójica en un ejemplo narrativo de neoliberal según la cual todo el mundo puede llegar a sus objetivos por sus propios medios si se esfuerza lo suficiente. Suelen definirse como “políticamente incorrectos” sin ambages y son admiradores de personalidades extremas: lo mismo de Bertín Osborne que de Josef Ajram o de Gabriel Rufián. Profesiones como la de promotor inmobiliario, oficial del ejército, chef de cocina o jugador de póker profesional son sus ámbitos naturales.

Otros ejemplos: Iván de Gran Hermano 10 y Arturo de Gran Hermano 11

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