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¿Es necesario un día sin coches?

La movilidad es un aspecto clave en el tipo de ciudad que se quiere construir

Día sin Coches en Madrid, en 2016.
Día sin Coches en Madrid, en 2016.Samuel Sánchez
Pablo León

Cuando se habla de movilidad es inevitable mencionar a Holanda. Muchos utilizan el país como ejemplo de eficiencia y sostenibilidad; otros la mencionan para evidenciar las diferencias entre una ciudad como Ámsterdam y Madrid, Barcelona o Sevilla. Parece que en Países Bajos el vínculo con la movilidad sostenible —y las bicis— es algo natural, pero la realidad es que la apuesta holandesa por las dos ruedas fue una decisión sociopolítica en contraposición al coche.

Hasta los años sesenta, los holandeses, como la mayoría de europeos, recorrían una media de cuatro kilómetros al día en sus rutinas. Lo hacían en bici, tranvía o a pie. Menos de una década después, los ciudadanos de Ámsterdam realizaban 23 kilómetros diarios y lo hacían en coche. Las calles tuvieron que adaptarse a los vehículos quitando espacio al resto de usuarios. Su uso —asociado, además, a valores como el estatus, el progreso o la libertad— no solo se popularizó, sino que creció de manera exponencial. En urbes que no estaban acostumbradas a vehículos tan rápidos, también aumentaron los accidentes. Y los menores fueron las principales víctimas de las cuatro ruedas.

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A raíz de la siniestralidad, se organizaron protestas ciudadanas y manifestaciones contra el uso del coche. Casi al mismo tiempo, en 1973, la Organización de Productores de Petróleo, más Egipto, Siria y Túnez, iniciaron un boicot a Occidente en respuesta a su apoyo a Israel en la Guerra de Yom Kipur. Algunos países pensaron estrategias para ser menos dependientes del voluble petróleo. Holanda fue uno de ellos. En 1975 La Haya financió uno de los primeros carriles bici segregados; los trayectos diarios en bicicleta crecieron un 60%.

Esas protestas europeas fueron el germen del Día Internacional sin coches, que —a raíz de una iniciativa lanzada en 1999 por 158 ciudades de varios países europeos— invita a no usar el automóvil durante una jornada: el día 22 de septiembre. En Europa además se celebra, en torno a esa fecha, la Semana Europea de la Movilidad Sostenible (esta edición del 15 al 24 de septiembre, dependiendo de las ciudades).

Este verano en Madrid ha habido manifestaciones, azuzadas políticamente, para que la peatonalizada calle Galileo volviera a permitir el paso de coches. Los vehículos regresaron a la pequeña avenida. Esta semana arrancó con críticas contra la reducción de carriles en la calle Alcalá para el coche privado al ceder uno en exclusiva para el autobús. En otros países, y en otras ciudades, se dieron cuenta hace más de 40 años de que la movilidad es clave en el tipo de ciudad que se quiere construir. Y organizaron manifestaciones para que los coches no fueran más importantes que las personas. En Madrid, y en muchas ciudades de España, parece que esa idea todavía no ha calado. El Día sin coches es más necesario que nunca.

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Sobre la firma

Pablo León
Periodista de EL PAÍS desde 2009. Actualmente en Internacional. Durante seis años fue redactor de Madrid, cubriendo política municipal. Antes estuvo en secciones como Reportajes, El País Semanal, El Viajero o Tentaciones. Es licenciado en Ciencias Ambientales y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Vive en Madrid y es experto en movilidad sostenible.

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