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Tío, las bicis de hombre están pasadas de moda

La Asociación holandesa para Velocípedos y Automóviles anima a los varones a que se emancipen y dejen de lado las llamadas bicis masculinas, con barra recta, porque son más peligrosas

Isabel Ferrer
Dos jóvenes paseando por una zona peatonal de Ámsterdam con una bici unisex.
Dos jóvenes paseando por una zona peatonal de Ámsterdam con una bici unisex. SHIRLEY AGUDO

La solidez de las bicicletas de hombre con la barra horizontal en el cuadro o bastidor, es un espejismo: son menos seguras que las de mujer, diseñadas con el tubo superior curvado, porque obligan a inclinarse durante la conducción. Una postura forzada que resulta peligrosa para los mayores, y también para los padres jóvenes que lleven a sus hijos en sillines instalados delante o detrás. En caso de choque, el adulto suele caer de cabeza dándose el peor de los golpes. Así lo asegura un estudio del Instituto Nacional de Investigación sobre el Transporte y el Tráfico, de Suecia, que trata de convencer a los varones de que es mejor una bicicleta de chica. Países Bajos, que en 2015 sumaba unos 22,7 millones de bicis (1,3 por persona) para 17 millones de habitantes, según la Federación de Empresas de la Automoción, ha hecho suyo el trabajo. La Asociación para Velocípedos y Automóviles ha animado a los varones “a que se emancipen y lleven bicis femeninas”.

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Ganados para la causa de los modelos de tubo curvo, la Liga holandesa Conducción Segura, y TeamAlert, organización juvenil del ramo, aconsejan “su uso generalizado para mantener por debajo de los dos centenares anuales las muertes de ciclistas”. En 2015 hubo 185 fallecidos en bici, en vías urbanas e interurbanas, de un total de 621 víctimas totales en accidentes tráfico. Sin desmerecer el trabajo de sus colegas suecos, el Instituto holandés de Estudios sobre la Seguridad Viaria, ha apuntado, por su parte, que medidas incluso más simples, “como bajar la altura del sillín”, reducirían también el peligro del pedaleo. La Federación Ciclista, por fin, confirma que “subir la pierna por la rueda trasera, forma tradicional de montar una bici masculina, complica la estabilidad de los mayores”. Es más, para sus portavoces, hablar de bicis de hombres y mujeres “está pasado de moda”.

Como holandeses que pedalean desde la infancia, los ancianos mantienen la soltura a pedales (cuando bajan, el contraste con sus problemas de movilidad suele ser grande). Pero se trata también de promocionar modelos unisex, cada vez más populares, para uso diario. “La idea de que una bici masculina es más firme es decimonónica. En estos momentos, todas se fabrican con materiales resistentes. Y si bien el diseño de las de mujer es algo distinto, son igualmente estables”, dice Julien L´Ortye, de TeamAlert, en la página de Web de la organización.

Mientras la organización recomienda dejar la bici de chico de lado, no hace referencia al uso de casco, que no es obligatorio, como en la mayor parte del mundo. A pesar de que todas las agrupaciones citadas admiten que tiene cierta utilidad en algunos casos, la propia Conducción Segura asegura que está en contra de imponerlo (en España se intentó obligar por ley al uso de casos en ámbito urbano): “Tendría el efecto contrario, pues la gente iría menos en bici”. Lo que sí patrocinan es “el uso voluntario y que los padres animen a sus hijos a llevarlo puesto”. 

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