Confesiones de sofá
Si las paredes de nuestro salón hablasen algunos tendríamos que amordazarlas
Hay escritores y músicos de prestigio que sorprenden con sus confesiones de mando a distancia. Es tan íntimo lo que vemos cuando nadie nos ve que su sinceridad abruma. Antes de Juego de Tronos y compañía parecía que la tele se usaba para documentales de La 2. Eso se cacareaba de puertas para afuera, aunque los audímetros siempre han medido un universo paralelo para lelos, que dicen los más críticos.
El pianista y escritor británico James Rhodes, que se acaba de mudar a Madrid, atragantó a unos cuantos en Twitter al contar una tarde que estaba viendo Sálvame para practicar su español. No parece cosa de un día. En Reino Unido, confesó estar viendo un programa de citas de famosos. Rhodes es autor del exitazo literario Instrumental, un testimonio biográfico de extrema crudeza sobre cómo la música le salvó tras sufrir abusos sexuales de niño. Como decía, lleva poco en España. Quizás por eso le sorprendieron los artículos en los que llamaba la atención que un tipo de la Cultura con mayúscula como él viera Telecinco.
En El monarca de las sombras, antes de ponerse a rastrear la herencia de la Guerra Civil siguiendo la pista de su tío abuelo falangista, Javier Cercas recuerda pasar ratos entretenidos junto a su madre viendo Gran Hermano. Hasta hace un paralelismo entre las pelis de Antonioni y los silencios del reality estrella.
Hace poco conté casi 20 minutos de análisis sobre un Madrid, Barça o viceversa -de fútbol, claro-, en un informativo a la hora de comer en el que repetían una y otra vez una frase subtitulada que le habían cazado a Piqué en el banquillo. Parecía un corto monográfico sobre el partido. O un vídeo de un youtuber histriónico diseccionando la jugada. O una escena de Gran Hermano o Sálvame.
Si las paredes de nuestro salón hablasen algunos tendríamos que amordazarlas, no vaya a ser que contaran lo de los programas que preparan tartas monísimas, hacen cambios de looks o preparan citas. Netflix, tras un atracón de Peppa Pig, tiene el detalle de preguntar si seguimos con más madera o pasamos a otra cosa. No sé cómo reaccionaría si la advertencia me saliera cuando veo uno de esos programas que nadie ve. O con esos enlaces que pinchamos en redes sociales cuando nadie nos ve.
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