8 fotosEsto es lo que le pasa a su cuerpo según el año en que nacióLuego no diga que no le avisamosEva van den Berg02 ago 2017 - 11:22CESTWhatsappFacebookTwitterBlueskyLinkedinCopiar enlaceComo quien dice, hasta hace nada estaba en el útero materno pero, al salir al exterior, su sistema inmunológico se encontró con toda una serie de “bichos” a los que no tenía el gusto de conocer y contra los que ha tenido que aprender a lidiar. Y eso sin duda es bueno porque, gracias a las confrontaciones entre su organismo y el medio ambiente, está fortaleciendo las defensas que le mantendrán con salud en el futuro. Tiene suerte de haber nacido aquí: en nuestro país las tasas de éxito en esas contiendas contra bacterias y virus son altísimas, debido a las buenas condiciones sanitarias y a los programas de vacunación. Las vacunas pueden hoy evitar la aparición de muchas enfermedades y han logrado la erradicación de otras tantas. A pesar de ello, es de lo más habitual que los más pequeños pasen por una sarta de enfermedades de distinta índole durante los primeros años de vida. Entre las infecciones más comunes, según recoge Childalert, están el sarampión, la varicela, la bronquitis, la amigdalitis, la otitis, el estreñimiento, la gripe, afecciones en la piel y conjuntivitis. Lamentablemente, otro riesgo para la salud que en la actualidad ya se gesta en los años más tempranos es la obesidad. Y también es perfectamente evitable.Los adolescentes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), conforman la franja de edad situada entre los 10 y los 19 años. Si se encuentra entre ellos, debe saber que los peligros de salud más frecuentes que afronta el sector poblacional al que pertenece no son los causados por la debilidad del sistema inmunológico. Está en plena metamorfosis: crece a trompicones; la sexualidad, más que despertarse, pega auténticos berridos; la piel se está engrosando y tiene la cara llena de acné, por no hablar de sus padres, a los que no soporta. Nota que los músculos se le están fortaleciendo, le han echado del coro porque no para de hacer gallos y anda con el alma confundida debido a los increíbles cambios químicos que están teniendo lugar en su cerebro. Por todo ello, los comportamientos de riesgo y la inmadurez emocional son las mayores amenazas para su salud. La conducción temeraria, el consumo de drogas y las relaciones sexuales sin protección son algunas de las conductas que más fatalidades acarrean a los nacidos entre 1998 y 2006. También determinadas enfermedades mentales suelen expresarse en la adolescencia, y causan, entre otras dolencias, depresión, ansiedad y varios trastornos, ya sean de conducta o alimentarios, como la anorexia o la bulimia. En esta franja de edad, la obesidad ya se hace presente en una preocupante parte de la población.Si tiene entre 20 y 30 años, está en esa edad que se conoce popularmente como la flor de la vida. Ya ha alcanzado la madurez física y sexual, y los picos máximos de eficiencia muscular y mental. Si todo ha ido como debería, ha forjado su identidad personal y consolidado la autoestima. Todo a punto para desarrollarse en todos los terrenos, tanto en lo personal, como en lo profesional y lo físico... Más vale, porque, al acercarse a la treintena, empezará a notar débiles signos de que el pico de la juventud va quedando atrás, los cuales serán más o menos pronunciados como resultado de su trayectoria vital. ¡Bienvenidos a la madurez biológica! A partir de aquí, se percata de que empieza a tener algún lapsus y que se cansa un poquito más rápido. Poca cosa, al fin y al cabo. Pero vigile: el sobrepeso, la inactividad física, la dieta baja en vegetales y un exceso de consumo de alcohol empiezan a ser tendencias a partir de este decenio, según informa el Instituto de Salud y Bienestar del Gobierno de Australia.Como ya contamos en su día en BuenaVida, es recomendable que, si usted se está encaminando hacia los 40 tome ciertas precauciones hoy para no llorar mañana… Los malos hábitos empiezan a pasar factura y, sin duda, la gente que se cuida transita hacia la madurez mucho mejor equipada. Aún así, es absolutamente natural que el cuerpo empiece a mostrar signos de envejecimiento. Según un informe de la organización Mc Graw Hill Education los cambios fisiológicos que se sufren en esa franja de edad son numerosos. Entre otras cosas, el cristalino pierde flexibilidad y la capacidad para enfocar decrece (las gafas están al caer). También disminuye la finura de los sentidos del gusto y del olfato. Se pierde masa muscular y se gana en tejido adiposo y los hombres, en especial, empiezan a perder cabello. Y algo de potencia sexual: la testosterona disminuye un 1% anual a partir de los 30. Además, la tasa de fertilidad decae en las mujeres y también en los hombres, en paralelo a la producción hormonal.¿Sufre usted la crisis de los 40? Bueno, no se preocupe, es de lo más común en este decenio. Y es que ahora, de forma incontestable, usted nota "que ya no tiene 20 años". Entre otras muchas cosas que se listan en este informe de Mc Graw-Hill Global Education percibe que se cansa más, tiene menos fuerza física, la masa muscular disminuye, la piel pierde elasticidad y la consecuente aparición de arrugas se hace patente. Según como haya sido, ante todo, su alimentación y su nivel de sedentarismo, sus niveles de colesterol, presión e índice de masa corporal estarán o no dentro de los parámetros deseables. Aunque todavía es pronto, muchas mujeres empezarán a percibir los primeros signos premenopáusicos y, tanto para ellas como para ellos, el sexo pasará de ser puro rock’n’roll a sonar más bien como una música melódica, un estilo, si nos permiten un apunte, de lo más infravalorado. En una sociedad que puntúa a la juventud por encima de todo, el tránsito al cénit de la vida no es fácil y, frecuentemente, acarrea problemas como la depresión y la ansiedad. Pero la exaltación de la juventud es un trendic topic a eliminar porque, como dijo en su día la cineasta Julie Gavras [hija del gran Costa Gavras], es un simple estado natural que no tiene mérito alguno.En esta franja, hombres y mujeres empiezan, como se suele decir, a recoger lo sembrado. Eso sumado a los avatares normales de la edad da como resultado un incremento en el riesgo de varias enfermedades, como señala este artículo del New York Daily News y es necesario multiplicar las revisiones médicas periódicas. En las mujeres, lo más destacable es la irrupción de la menopausia, a la cual se llega de media a los 51.4 años de edad, según datos de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia. La alteración más importante que genera es la bajada de estrógenos, que causa, como también contamos hace ya un tiempo en BuenaVida apatía sexual, decaimiento anímico y aumento de peso, además de sofocos, alteraciones del sueño, sequedad vaginal y dolores de cabeza. Más preocupante es la pérdida de masa ósea que puede desencadenar en osteoporosis. Según la Fundación Nacional para la Osteoporosis de Estados Unidos una de cada dos mujeres de más de 50 años se romperá un hueso por esa causa. A ellos, según relata Verónica Rodríguez, directora del gabinete Coaching Club a MensHealth la andropausia también les llega al alcanzar el medio siglo. Es eso que dicen "la crisis de la mediana edad" (por lo visto cada década tiene su propia crisis…), y que se revela mediante síntomas como el estrés, la depresión, la pérdida de interés, la irritabilidad y la pérdida de autoestima. Un trago que hay que pasar con astucia porque, con un poco de suerte, lo mejor está aún por llegar.Llegados a la sesentena, y según el informe Development of late adulthood del doctor egipcio Hanan Said Ali, lo habitual es que se empiecen a manifestar claramente las arrugas en la piel, aparezcan manchas cutáneas, se sufra pérdida de vello corporal, disminución del equilibrio, se tarde más en reaccionar, y se siga perdiendo masa ósea. A algunos, esa pérdida de flexibilidad en el cristalino iniciada años atrás les provocará una opacidad total o parcial del mismo, es decir que padecerán cataratas. Otros síntomas normales de esa edad son la pérdida de oído y el enlentecimiento de los pulmones, que se mueven con algo más de dificultad, y del corazón, que se vuelve menos flexible. Aún hay más… Según destaca el portal de salud Everyday Health cabe destacar la artritis, las dolencias cardiovasculares y respiratorias, el cáncer, el Alzheimer, la diabetes y la depresión. Pero, psicológicamente hablando, aquellos que tengan, además de salud, una personalidad consolidada y fortaleza emocional obtendrán en esa etapa los máximos momentos de plenitud, y sabrán valorar los logros del pasado. En especial ellos: así lo evidencia un estudio que comprobó que los hombres perciben que su felicidad aumenta con la edad, hasta más o menos los 70 años.De los 80 en adelante, uno es lo que se dice una persona mayor, de eso no hay duda. Pero, en palabras de la OMS "No hay una persona mayor 'típica'". Algunos octogenarios tienen unas facultades físicas y psíquicas que nada tienen que envidiar a las de muchos veinteañeros. Otras personas, en cambio, sufren un deterioro considerable a edades mucho más tempranas. Hoy, en los países desarrollados se puede envejecer de forma saludable. Lo que más falla en esa etapa de culminación de la vida es la falta de un entorno social favorable. Por ello, una auténtica lacra en la vejez es la soledad, causa de depresión entre nuestros mayores, según evidencia un estudio realizado desde el Instituto de Investigación Psicológica del gobierno de la India, en Delhi. En nuestro país más de un millón de ancianos viven solos, según datos ofrecidos por la Federación de Amigos de los Mayores a Europa Press. Y es que, al revés que pasa con la juventud, en nuestra sociedad los ancianos están muy subestimados e incluso se les ningunea, lo que se evidencia en un montón de pequeños gestos cotidianos. Pero es un craso error, pues en muchos de ellos reside la máxima sabiduría que los humanos somos capaces de generar a lo largo de una vida. ¡Comprobado científicamente! La sabiduría va aparejada con la edad, según el estudio realizado por el psicólogo Frank Durgin. Con suerte y tesón, algunos de nosotros llegaremos a ser como ellos.