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Cinco ‘apps’ que revolucionan la vida en las zonas rurales más apartadas

La tecnología facilita la existencia de los más necesitados, ofreciendo servicios como el envío de remesas a bajo coste o programas de educación vía SMS

Un pescador en Malekula (Vanuatu).
Un pescador en Malekula (Vanuatu).Tom Perry / Banco Mundial
María López Escorial (Instituto de Empresa)
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En las zonas muy remotas, lo poco que puede llegar asiduamente es la onda telefónica, si la cobertura es buena. La tecnología, sin embargo, está generando una verdadera revolución entre los más necesitados, facilitando el acceso a herramientas que intentan solucionar un amplio espectro de problemas sociales, ofreciendo una oportunidad completamente disruptora de alcanzar los objetivos de desarrollo y mejorar el acceso a una serie de servicios. Estas son cinco apps que están cambiando la vida a millones agricultores y pescadores en los lugares más apartados.

Un banco en el bolsillo: M-Pesa

M-Pesa ha conseguido cambiar la vida de los más necesitados al ofrecerles la posibilidad de enviar remesas a muy bajo coste a través del teléfono móvil, pero también ahorrar, tener créditos, pagar facturas o recibir nóminas. Y todo con un simple SMS, con un PIN como herramienta de seguridad y sin necesidad de tener una cuenta bancaria, historia crediticia o ni siquiera mucho dinero. Los clientes de M-pesa dicen que "es como tener un banco en el bolsillo".

Con casi 30 millones de usuarios en 10 países, esta app constituye el ejemplo de adopción tecnológica transformadora más fulminante en las últimas décadas

Con casi 30 millones de usuarios en 10 países, esta app constituye el ejemplo de adopción tecnológica transformadora más fulminante en las últimas décadas, logrando desbancar las transferencias por oficinas de correos o Western Union y gestionando en su red el equivalente al 42% de producto interior bruto de Kenia.

Información clave para incrementar ingresos: Esoko

Los agricultores en países desarrollados siguen atrapados en la pobreza a pesar de la ingente cantidad de fondos de ayuda al desarrollo (alrededor de 6.000 millones al año) que se han invertido en las últimas cinco décadas para incrementar la producción y mejorar sus estándares de vida. Esta situación se debe principalmente a dos factores. Por un lado, la desorganización y fragmentación de las cadenas de valor agrícolas y, por otro, la inexistencia de un sistema para distribuir y monitorear la información de precios, insumos y servicios de asistencia técnica.

Esoko es una plataforma que intenta solucionar la asimetría de información

Por eso aplicaciones como Esoko –disponible en Kenia, Tanzania y Ghana– o M-kisan –en India– que proveen información, acceso a insumos agrícolas de última generación y conexión a este segmento de la población son clave para su desarrollo.

Esoko es una plataforma que intenta solucionar la asimetría de información. Empezó proveyendo precios a los agricultores a través de SMS, pero pronto se dieron cuenta de que estos datos solo no eran suficientes y añadieron alertas meteorológicas, consejos para mejorar las cosechas o la posibilidad de conectar a compradores y vendedores. La plataforma, además, da acceso a los pequeños agricultores a varios actores clave para su cadena de valor como los servicios financieros o compañías de insumos agrícolas.

Más de 500.000 agricultores están actualmente registrados en Esoko y diversos estudios de la compañía apuntan a una mejora de ingresos de entre el 10% y el 30% gracias a estos servicios, dependiendo del cultivo o la zona.

Acceso a mejor educación: Eneza Education

Eneza Education es un programa de educación vía SMS. Su objetivo es que 50 millones de estudiantes en las zonas rurales de África mejoren su aprendizaje, multiplicando por 25 los dos millones de usuarios actuales de la aplicación.

La educación pública en África es muy costosa para las familias y cuenta con escasos recursos. Las clases están demasiado llenas, con 80 o 90 estudiantes en algunas aulas, y sin libros de texto para todos. La enseñanza privada es prohibitiva.

Los usuarios de Eneza, sobre todo estudiantes entre 10 y 18 años, acceden a los cursos casi exclusivamente a través de mensajes de texto a un coste de 10 chelines kenianos (10 céntimos de dólar, aproximadamente) a la semana, pagados a través de la tarjeta del teléfono. La empresa también ha desarrollado una versión web y una app para Android, pero el acceso mayoritario se realiza a través de SMS, ya que permite a usuarios rurales poder usar la aplicación incluso si no pueden pagar un plan de datos o un teléfono de última generación o si no hay datos en el área, como ocurre en la mayoría de estos lugares.

Los contenidos están alineados con el plan nacional de estudios. Los usuarios reciben las preguntas en un mensaje de texto y comentarios a sus respuestas. Según Ms Maraviglia, fundadora de Eneza, muchos usuarios llegan a casa y estudian en la plataforma entre 20 minutos y una hora cada noche.

"Mi hija solía sacar por debajo de 250 en los exámenes, porque no tengo dinero para compararle libros de texto, pero desde que empezó a estudiar con Eneza, sus notas no bajan de 350", explica Jane Wanjiku, de Nairobi.

Eneza está presente en cuatro países –Kenia, Tanzania, Ghana y Zimbabue– y tiene ya más de dos millones de estudiantes registrados.

Información clave para incrementar ingresos: M-fish by Tone

Indonesia es el cuarto país más poblado del mundo con sus 247,5 millones de habitantes. Cuenta con 17.508 islas y 54.716 kilómetros de costa y su industria pesquera está dominada por pequeños pescadores que en su mayoría usan formas tradicionales de pesca.

XL Axiata, uno de los principales operadores de telecomunicaciones en el país, lanzó M-fish en 2016 para mejorar la productividad y la seguridad de los pescadores y ofrecerles información sobre el tiempo, las mareas, el viento, la situación del plancton y de los bancos de peces; todo a través del teléfono móvil. Incorpora tecnología GPS para la localización en el mar y la posibilidad de lanzar una señal SOS en caso de emergencia. Además, permite reportar pesca ilegal in situ para que las autoridades puedan atajar el problema en el momento que está ocurriendo.

El incremento de eficiencia generada por la aplicación reduce el tiempo necesario para pescar en dos o tres horas de media, disminuyendo significativamente el gasto en combustible y aumentando la seguridad de los pescadores, además de sus ingresos.

Uno de los principales retos a los que se enfrenta XL es la accesibilidad a los terminales, por eso ha repartido más de 1.000 kits m-fish, que contienen un teléfono con la aplicación incorporada, una tarjeta prepago de 1GB al mes con datos gratis para los primeros 30 días, cargador de batería solar, una bolsa protectora del agua y un cable de datos. La empresa prevé recuperar esta inversión a través de los planes prepago de los pescadores.

Insumos accesibles a los agricultores: MyAgro

Semillas y fertilizantes son los dos mayores gastos que hace un pequeño agricultor en su vida, pero estos productos solo se venden en grandes porciones o paquetes con un coste de alrededor de 100 dólares, algo totalmente inaccesible para ellos. Sin embargo, el uso de semillas mejoradas y abonos adecuados puede incrementar el rendimiento por agricultor entre el 50 y el 100%.

MyAgro es una aplicación que permite comprar tarjetas para rascar en las tiendas de comestibles, cargar a través de un SMS la cantidad adquirida en la cuenta de ahorro de la aplicación y hacerse con semillas, abono y talleres de formación.

Los pequeños agricultores se enfrentan a un gran dispendio en el momento de la siembra, un único ingreso a la hora de vender la cosecha y prácticamente ningún ingreso entre cosecha y cosecha. En una situación en la que las necesidades son tan grandes y los imprevistos tan frecuentes, planificar a seis meses y que quede remanente para comparar suficientes semillas o fertilizante de última generación es prácticamente imposible.

A través de esta forma de ahorro, los ingresos de un usuario de Myagro incrementan entre 150 y 300 dólares. Los creadores de la app esperan cerrar este año con 30.000 agricultores en Mali y Senegal. Su objetivo es llegar a un millón en 2025, incrementando los ingresos de los agricultores en más de 1,50 dólares al día, para que puedan sobrepasar el umbral de pobreza.

María López Escorial es profesora en el Instituto de Empresa desde 2002 y consultora independiente especializada en innovación social, mercados de la base de la pirámide y soluciones empresariales para combatir la pobreza. Además, es presidenta de la Fundación compromiso y Transparencia.

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