_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Moderados

Rajoy viene de una tradición de normalidad inaugurada por Aznar, que, si ustedes recuerdan, se manifestaba, incongruentemente, como un fanático de la mesura

FOTO: Rajoy declarando como testigo en la Audiencia Nacional. / VÍDEO: Las respuestas del presidente del Gobierno en el juicio.Vídeo: JON NAZCA (REUTERS) / EPV
Juan José Millás

Hay gente normal y gente normalizadora. Para ser normalizador no es preciso ser normal, del mismo modo que para escribir una novela no hace falta ser novelista. No estamos seguros de que Rajoy sea normal, pero no cabe duda de que es uno de los grandes normalizadores de la Historia. El miércoles, sin ir más lejos, convirtió en normal el hecho de que un presidente del Gobierno declarara como testigo en un juicio por corrupción de su propio partido. “Afronta la comparecencia con normalidad”, anunciaron sus portavoces frente a un público que a medida que pasaba el tiempo se convencía íntimamente de lo común de la situación. Si Rajoy atropellara mañana a una ancianita, después de una mariscada gallega regada con abundante cava catalán, en 48 horas nos parecería normal. El cava marida muy bien con el percebe, diría sin alterar un músculo del rostro, para añadir que lo importante, una vez fallecida la anciana, era actuar con sensatez y sin extremismos.

Rajoy viene de una tradición de normalidad inaugurada por Aznar, que, si ustedes recuerdan, se manifestaba, incongruentemente, como un fanático de la mesura. En otras palabras, un hombre normal y también, hasta cierto punto, normalizador. De hecho, hace tres días salió en el periódico que la empresa familiar que tiene con su esposa, Famaztella, se dedica a la “explotación de derechos intelectuales en todas sus manifestaciones”, sin que la Red se haya llenado de chistes, como si fuera normal que vivieran del intelecto. La perplejidad del lector se atenuaba al comprobar que durante el año pasado no habían producido nada. El tiempo nos mostró que la normalidad de Aznar era extravagante. Quizá nos falta perspectiva para comprobar que la sensatez de Rajoy es excéntrica.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_