La muerte de un grande del rock: gran noticia para una discográfica, pésima para un promotor de conciertos
Roberto Grima, presidente de Live Nation, celebra sus 30 años en el negocio contándonos cómo hemos llegado hasta esto
¿Cómo vivió usted como promotor de conciertos que el directo se convirtiera en la tabla de salvación de la industria discográfica?
Es cierto que hubo un buen cambio en el momento en que bajaron las ventas de discos. Antes, las giras tenían un tour support, o sea, las compañías apoyaban las giras para promocionar el disco que el artista presentaba. Ahora, los discos son excusas para girar, el álbum es la tarjeta de presentación para los directos.
¿Y cómo afecta eso a sus márgenes de beneficio?
Se van reduciendo.
Bueno, ahora tiene que comer más gente de esto.
La presión es más grande, sí. Aunque creo que en España aún hay mucho margen de crecimiento.
¿Existe una burbuja festivalera como anuncian media docena de artículos cada primavera?
Parece que hay más de los que hay. Mira, el otro día fui al Primavera Sound a ver a Bon Iver. Me pareció fabuloso. Pero no encontré ningún reflejo en medios del show. Había tantas cosas de las que hablar que se diluyó. Yo creo que es bueno que existan estos grandes eventos, el problema es que a veces no se refleja en el crecimiento de ciertos artistas. Creo que falta una conciencia de industria. Si nos lo creyéramos más haríamos que el consumo creciera.
¿Y cómo se hace eso?
No sé. Creo que no existe una academia de la música como tal. Solo los premios de la asociación de no sé qué.
"Hay un montón de gente buena y leal, pero también otra despiadada. El ego pesa y es muy peligroso. Yo, en general, como intento trabajar con la gente que me cae bien y de la que me fío, me llevo pocas sorpresas”
¿Cuesta juntar a la gente en este negocio?
Cuesta. Creo que es parte del carácter español
¿Carácter español o algo especial en este mundo?
Es complicado. Siempre hay intereses privados y personales. Estás negociando con alguien y no ves por dónde te la va a meter. Si en vez de ir a la defensiva fuéramos más transparentes, esto iría mejor.
¿Es correcta la imagen del promotor despiadado?
Hay un montón de gente buena y leal, pero también otra despiadada. El ego pesa y es muy peligroso. Yo, en general, como intento trabajar con la gente que me cae bien y de la que me fío, me llevo pocas sorpresas.
¿Por qué le cuesta a Madrid tener un gran festival de referencia?
Madrid es bastante difícil a nivel institucional. Tenemos que hacer un festival pasado mañana y aún no tenemos los certificados. Siempre hay dudas, el que firma hoy no está… yo qué sé. Los alcaldes conservadores no han ayudado nada. Cuando montamos la oficina en Madrid armar cosas aquí era una prioridad. Este año es el séptimo del DCode y aún estamos levantándolo. Madcool ha llegado con una propuesta más fuerte, más agresiva. Era necesaria.
¿Tienen demasiada presencia las marcas hoy en los festivales?
Yo creo que no.
Claro, ¿qué me va a responder?
En serio, es la verdad.
Tal vez es una cuestión generacional. Nací en los setenta, me molestan los logos en los conciertos. Los jóvenes los reclaman.
Los milénicos acogen mejor las marcas, porque las acciones que hacen para ellos son buenas, reciben cosas. Antes era solo “compra”, ahora además dan el rollo este de la experiencia.
¿Veremos pronto zonas vips más grandes que los fosos para los civiles?
A ver. En conciertos normales esos packs están aprobados por el artista. Es una forma de maximizar ingresos. A veces son razonables y a veces son muy exageradas, lo que pasa es que hay un mercado para esto.
¿Cómo vive un gran promotor el hecho de que más pronto que tarde Mick Jagger y Madonna morirán y dejarán de poder girar?
Todo el mundo está esperando a la generación siguiente, pero yo ya la veo en Coldplay, Foo Fighters…
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