5 fotosLo que el agua del mar sí puede y no puede hacer por su saludManual para acabar con las magufadas y aprovechar las verdaderas bondades de la playaEva van den Berg22 jul 2017 - 12:33CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceSí y no. Según un estudio de la Universidad de Alicante el agua de mar activa el sistema inmunológico ejerciendo un efecto protector al reforzar al organismo frente a virus y bacterias, bajas defensas y otros patógenos estacionales. La investigación apunta que una bebida isotónica o un suero fisiológico hechos de agua de mar pueden ayudar a incrementar las respuestas del sistema inmune de las personas. Ahora bien, una preparación realizada en el laboratorio nada tiene que ver con echarse un traguillo mientras se nada en el océano. Como cuenta el bioquímico José Miguel Mulet en su post de Naukas, beber agua salada puede poner en peligro el buen funcionamiento celular. Mientras que la concentración de sal en el interior de cualquier célula es de aproximadamente el 0,9%, la media del agua de mar es del 3,5%. Además, el agua de mar sin esterilizar, afirma la Organización Mundial de la Salud, puede contener microorganismos que pueden ser patógenos, incluyendo bacterias, protozoos y virus.Eso dice un estudio llevado a cabo en distintas universidades de Malasia sobre el agua de mar que procede de los 200 metros de profundidad o más. Ahí, tan abajo, apenas hay fotosíntesis y consumo de nutrientes, por lo que es un medio muy rico en elementos potencialmente beneficiosos como el magnesio, calcio, potasio, cromo, selenio, zinc y vanadio. La investigación apunta que ese agua puede ayudar a superar los problemas de salud especialmente relacionados con las enfermedades asociadas con determinados estilos de vida, como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes, la obesidad, el cáncer y los problemas de la piel. Por si acaso le recordamos que, a no ser que sea usted todo un experto o la reencarnación de un calamar, no se recomienda hacer submarinismo más allá de los 20 metros. Pero si le interesa el tema de esa agua abismal, sepa que los japos ya la comercializan desde hace años, en forma de bebida isotónica, extraída de los fondos del mar de Kochi.De nuevo, sí y no. Todos pensamos que el agua de mar nos ayuda en la cura de las heridas o para eliminar esos molestos granitos que la sal ayuda a secar. Así es en general, especialmente en el Mar Muerto, donde sí se ha evidenciado que sus aguas ricas en magnesio mejoran la barrera dérmica, refuerzan la hidratación de la piel y reducen la inflamación de las pieles atópicas y su dermatitis asociada. En cambio, según unos científicos de la Universidad de California en San Francisco, si usted sufre dermatitis puede que el contacto con el mar no haga más que agravar su dolencia.Es importante tener en cuenta la temperatura exterior para calcular el cambio térmico que se produce en el cuerpo si pasamos, por ejemplo, de los 40ºC a los veintipico. Eso contrae la piel y concentra la sangre en los órganos vitales, lo que no se ha demostrado que sea bueno para nada. Según la NOAA, la agencia estadounidense que controla las condiciones atmosféricas y de los océanos, lo de la temperatura del agua es más cuestión de preferencias, aunque para la mayor parte de la gente lo más placentero es bañarse en aguas que estén a entre 21ºC y 25ºC.Cierto. Los colores tienen efecto en el estado de ánimo y el color azul, el que más gusta de largo tanto a hombres como a mujeres, nos relaja, nos da confianza, seguridad y lo asociamos a un ambiente de calidad, según una estadística, hecha en la web del investigador Joe Hallock, especializado en el tema. Según cuenta el biólogo marino Wallace J. Nichols en su libro 'Blue Mind', que nombra el trabajo de Hallock, estamos compuestos básicamente por agua y no hay que olvidar que en el útero de nuestras madres vivimos en un ambiente 100% acuoso, obteniendo el oxígeno a través del cordón umbilical. La mente azul que Nichols nos adjudica es la clave para entender los cambios emocionales positivos que experimentan nuestros cerebros cuando estamos cerca del agua. En el libro de Wallace también se cita la declaración del neurocirujano Amir Vokshoor, quien dice del color azul que "sus longitudes de onda tiene una relación con la liberación de neurotransmisores que están asociados con sentimientos de euforia y bienestar”.