Modelo española emergente de 22 años: ya ha vivido en seis ciudades (tres continentes)
Marta Ortiz representa el ascenso fulgurante en la pasarela. Tiene tanta pasión por Linda Evangelista como por Platón
Resulta difícil seguirle el ritmo a Marta Ortiz. Esta sesión se realizó en Ibiza, mientras desfilaba en la presentación de la colección crucero de Charo Ruiz en el renovado Gran Hotel Montesol, pero de dónde vino es más difícil de saber. Según quién te informe vive en Valencia, donde nació, o en París. Pues ni una ni otra: “¡Hace un año que me mudé a Madrid! He vivido en Nueva York, en París, en Milán… ¡hasta en Tokio! Sigo viajando mucho, pero me encanta tener España como base. Madrid no tiene nada que envidiar a las demás capitales mundiales. Desde que me instalé decidí normalizar más mi vida, sigo viajando una barbaridad, pero emocionalmente estoy más tranquila”, aclara.
No está mal: seis ciudades en tres continentes con solo 22 años. Es el resultado de haber empezado a trabajar a los 15 tras ganar un concurso organizado por El Corte Inglés en su ciudad natal, Valencia. “Empecé porque quería, porque desde pequeñita había sido mi sueño. Se presentó la oportunidad y no dejé escapar el tren. Tiene sus partes positivas y negativas. Por supuesto, he perdido momentos de mi adolescencia: salir con amigas, muchos cumpleaños y cantidad de comidas familiares. No es fácil para una adolescente, pero cuando haces lo que te apasiona, en la balanza siempre pesan más las cosas positivas”.
Tal como lo cuenta, su carrera ha consistido básicamente en perseguir sus sueños infantiles. Marta Ortiz no es de esas modelos que afirman que todo lo que les ha sucedido fue fruto de la casualidad. Fan de Linda Evangelista, la más especial de las top de los noventa (“por lo camaleónico de sus cambios”), tenía tan claro a qué quería dedicarse que ya fantaseaba de niña con desfilar para Chanel. Cuando en 2016 le llegó el premio L’Oréal Paris a mejor modelo en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid ya lo había hecho. Dos veces.
Y desmiente ese cliché que dice que los sueños, cuando se cumplen, decepcionan. “Fue mucho mejor. Estuve en shock durante cinco días. No me creía que hubiese cumplido mi sueño con 21 años. También me hubiese encantado desfilar para Dior cuando estaba Galliano. Esto no quiere decir que no me encante el giro que le ha dado Maria Grazia Chiuri a la maison. Sigue estando en mi lista de sueños, aunque haya perdido esa magia infantil”, afirma.
Lo que tiene claro es que su éxito no se debe a una renovación generacional. “Creo que ya no hay una sola generación de modelos. Tengo amigas de profesión más mayores y más pequeñas que yo, se ha unificado todo más. Pero si hay que posicionarse, diré que me considero milénica”.
Una milénica que tuvo que dejar los estudios tras terminar el bachillerato francés y español de economía en el Liceo Francés de Valencia. “Empecé la carrera de protocolo y organización de eventos, pero con tanto viaje durante esa época me fue imposible seguir el ritmo de las entregas de trabajos y de exámenes”. ¿Qué les respondería a esos que piensan que las modelos son una fachada sin contenido? “Que me invitasen a un café, que les explico la alegoría de la caverna de Platón… en francés”.
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