Las cuatro lecciones que da la foto de Justin Trudeau y Shakira
El primer ministro canadiense se reúne con la cantante colombiana y la imagen da la vuelta al mundo
"Con el primer ministro de Canadá, debatiendo sobre la política feminista de Canadá, la educación de las chicas y sobre cómo podemos hacer más". Así explicaba Shakira (40 años, Colombia) el encuentro que dio lugar a esta fotografía con Justin Trudeau (Canadá, 45 años), el primer ministro canadiense, que se sacó durante la cumbre del G20. La imagen, que la cantante ha compartido en Instagram, retrata por qué al político solo levante admiración, aunque en la instantánea vaya vestido como un cantante de country al que le han dicho que le dé una vuelta a su atuendo para promocionar su disco más pop.
Estos cuatro motivos demuestran que estamos ante algo más que la típica fotografía con la combinación de político más superestrella y reafirma que el magnetismo de Trudeau no entiende de convencionalismos.
No eres nadie si no tienes una foto con Justin Trudeau
Hay políticos que van a la caza de la estrella, se hacen fotos con ídolos de masas y, probablemente, presumen de ellas en la intimidad de su casa. Sin embargo, aquí la única estrella es Justin Trudeau. Shakira convoca a decenas de miles de personas en sus conciertos, acumula números uno en las listas de medio mundo incluso con canciones que hablan de ir en bicicleta por Barcelona –la colombiana no rehúye los temas más escabrosos–, pero es ella quien le pide una foto al primer ministro canadiense y la comparte en su Instagram. En la eterna sucesión de personajes aspirantes a ser las nuevas estrellas del pop, Trudeau ha adelantado por el centroizquierda a los futbolistas, los chefs y Dulceida.
Es un presidente desenfadado (pero de verdad)
El cinturón de Trudeau podría haber sujetado los pantalones de cualquier actor de Pasión de gavilanes hace 15 años. La camiseta negra de estampado psicodélico podría tener sentido si retrocedemos 10 años y fuéramos de concierto a ver una banda de pop rock, que es aquel estilo que nadie sabe qué es y, claro, puedes vestirte para ir de pop o de rock, un lío. La americana de cuadros es lo que menos molesta, y ni siquiera está bien. Tampoco está mal. Es un poco Pedro Sánchez en la boda de Susana Díaz: imposible, pero por el contexto, no por su naturaleza.
Sin duda, no es el look más acertado de Justin, pero se lo perdonamos. Hacemos la vista gorda porque nos cae bien, porque después de unos segundos observando la estampa lo único que queda es esa sonrisa, esa melena bien colocada y esos ojos azules en los que solo puedes creer. Porque Justin Trudeau no es el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau es el amigo que querrías tener.
Sabe cómo colocar las manos (y la mayoría no)
Los comentarios que han suscitado las manos de su homólogo estadounidense, Donald Trump, dan para escribir un libro corto. "No entiendo por qué tiene las manos del tamaño de alguien que mide metro y medio. ¿Sabéis lo que dicen de los hombres que tienen las manos pequeñas?", dijo Marco Rubio, rival como candidato republicano de Trump, durante una conferencia.
Pero no es el único ataque, directo o indirecto, que han sufrido las extremidades del presidente de EE UU. Su mujer Melania también le ha hecho desplantes al apartar, en varias ocasiones, su mano cuando Trump se disponía a cogerla. Problemas con los que Trudeau no tiene que lidiar. El primer ministro, que fue campeón de boxeo, tiene unas manos grandes que sabe colocar cuando posa ante la cámara. Allí donde a la mayoría de los mortales les sobran brazos que no saben cómo poner, Justin encuentra una oportunidad para demostrar que a saber estar no hay quien le gane. Nos gana a todos con una mano atada a la espalda. A la de Shakira, esta vez.
Feminismo de corazón (y activo)
Shakira ha unido fuerzas con Gordon Brown, ex primer ministro británico, para conseguir que los países desarrollados se impliquen en su lucha por mejorar la educación de aquellos que viven en zonas de conflicto. El objetivo es que los estados más poderosos financien los planes de educación de los países más desfavorecidos. "Buscamos que en el 2030 toda la población infantil tenga educación", explicó Shakira a la CNN.
La colombiana aprovechó la cumbre del G20 que tuvo lugar en Hamburgo para concertar una reunión con Trudeau y exponerle su plan. Había otros 19 mandatarios a mano, pero a la colombiana le pareció conveniente mantener su único encuentro bilateral con el canadiense –en esta nueva estirpe de políticos estrella del pop, Macron aún es el bajista–. Trudeau, activista medioambiental y feminista declarado, accedió, claro. "El sexismo es algo contra lo que tenemos que levantarnos. No debería asustarnos la palabra 'feminista'. Hombres y mujeres deberían poder utilizarla para describirse siempre que quieran", asegura el político.
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