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EL ACENTO
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La prueba del algodón de la gestación altruista

En un sistema que no encierre la trampa de un modelo de pago camuflado, no es fácil encontrar una mujer dispuesta a gestar, y más si se excluye el círculo familiar

Milagros Pérez Oliva
Albert Rivera y la diputada Patricia Reyes registran en el Congreso una propuesta de ley para regular la gestación subrogada.
Albert Rivera y la diputada Patricia Reyes registran en el Congreso una propuesta de ley para regular la gestación subrogada.Javier Lizón (EFE)

La presentación de una proposición de ley por parte de Ciudadanos para permitir la gestación subrogada en España ha abierto un intenso debate. Quienes apoyan la regulación saben que es muy difícil que pueda prosperar un modelo como el que rige en EE UU o en Ucrania, donde se permite lo que con toda propiedad puede calificarse como “vientres de alquiler”. En ese modelo, los llamados padres de intención firman un contrato con una mujer por el que esta se compromete a gestar un hijo para ellos y renunciar a la filiación a cambio de una compensación económica. Ciudadanos afirma que su proyecto establece un modelo de gestación estrictamente altruista, pero algunos detalles suscitan serias dudas sobre su verdadero propósito.

En el texto se dice que no podrá mediar precio alguno, pero sí una compensación por los costes del embarazo, incluidos los laborales. La cuestión de la compensación económica es la prueba del algodón del modelo que se propone. Tal como está redactado, queda en tal ambigüedad que fácilmente puede derivar en un sistema de remuneración camuflada como compensación por las molestias del embarazo. El proyecto exige que la gestante tenga la situación económica resuelta, lo que descarta en principio que se haga por “necesidad”, pero no descarta que se haga “por dinero”. Sutil diferencia, pero con ese redactado cabe la posibilidad de que bajo la apariencia de una gestación altruista, se instaure un sistema que en realidad no lo sea. En un país con un sistema público de calidad como el nuestro, las mujeres pueden gestar con altos niveles de atención y seguridad sin coste adicional alguno. Por otra parte, en un embarazo normal, cualquier madre gestante puede mantener la actividad laboral hasta el final.

La otra cuestión sospechosa es que no se permita que entre la gestante y los futuros padres exista una relación familiar próxima. Si de lo que se trata es de favorecer el altruismo, ¿por qué se descarta la fuente de solidaridad más probable, la de quienes ya tienen una relación de afecto con quienes quieren ser padres y no pueden? ¿Por qué no se puede gestar por ejemplo para un hermano o una hermana que han quedado estériles a causa de una quimioterapia? ¿Cuál es la lógica de esa restricción? Se propone un sistema basado solo en el altruismo y se prescinde del círculo familiar, lo que restringe mucho las posibilidades. Todo esto es muy raro.

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El proyecto exige que la gestante tenga más de 25 años, haya tenido antes hijos sanos y solo pueda gestar dos veces para otros. Estos requisitos parecen proteger a la mujer, pero sobre todo protegen a los padres de intención, a los que garantiza un determinado perfil de gestante. No debemos llamarnos a engaño. En un sistema verdaderamente altruista, que no encierre la trampa de un modelo de pago camuflado, no es fácil encontrar una mujer dispuesta a gestar, y más si se excluye el círculo familiar. En Reino Unido, donde rige un sistema altruista que no permite pagos ni trampas, apenas hay unos 20 embarazos al año. ¿Es ese realmente el sistema que propone Ciudadanos?

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