Los abdominales tras el parto, ¿hay alguien ahí?
La gimnasia hipopresiva logra que recuperemos un vientre plano y fortalecer el suelo pélvico
Suele ocurrir que, pasadas un par de semanas tras el parto, la madre se mire al espejo y piense... “pero, si yo ya he dado a luz, ¿dónde están mis abdominales?, ¿sigue habiendo alguien ahí dentro que aún no ha salido?”.
Porque el cuerpo cambia, lógicamente. Sin embargo, son muchas las mujeres que se preguntan si algún día su tripa volverá a su lugar de origen, que qué diantres hacen las famosas de turno para estar tan estupendas e irreconocibles tras dar a luz, o que qué pueden hacer ellas para ir recuperando el que era su cuerpo.
Antes de nada, me gustaría aclarar que este no es un post sobre estética, sino sobre salud. Sentirte a gusto con tu cuerpo es fuente de bienestar. Aprender a cuidarse y volver a prestarse atención a una misma (y no solo a nuestro bebé) es muy importante, tanto a nivel físico como anímico.
Si te hablo de hipopresivos puede que automáticamente pienses en Pilar Rubio haciendo ejercicios en el programa El Hormiguero, pero quizás no conozcas sus aspectos más técnicos.
La gimnasia abdominal hipopresiva consiste en generar una hipopresión dentro de nuestra cavidad abdominal mediante una contracción del diafragma en apnea respiratoria mientras realizamos diferentes posturas y movimientos. Esto provoca una contracción refleja muscular de nuestro suelo pélvico y de la zona o faja abdominal.
Tras un embarazo es muy probable que se instaure, tanto en nuestra faja abdominal como en nuestro suelo pélvico, una flacidez residual y pérdida de musculatura. Por medio de estos ejercicios no solo iremos recuperando un vientre plano y tonificado, sino que, además, nuestro suelo pélvico recuperará las condiciones y funciones que tenía antes del embarazo.
Este tipo de ejercicio tiene muchos más beneficios que otro tipo de ejercicio abdominal convencional, porque tiene en cuenta nuestro suelo pélvico y no sólo mejora el aspecto estético del abdomen eliminando el perímetro abdominal en un periodo de tiempo relativamente corto o recuperando el tono muscular, sino que también mejora la vida sexual, recuperación postural, reducción del dolor de espalda, mejora del tránsito intestinal o los problemas de incontinencia.
Sin embargo, estos abdominales no son fáciles de hacer y requieren de un aprendizaje bastante más complejo.
Para comenzar hay que tener un control diafragmático y, para lograr lo más complicado de estos ejercicios que es la tonificación del suelo pélvico, requeriremos una técnica muy avanzada.
Habrá personas que piensen que solo consiste en meter barriga (los vídeos en redes sociales dan esa impresión), pero es mucho más que eso.
Hoy quiero explicaros cómo se realizan los hipopresivos, pero aquí quiero puntualizar que lo ideal es que realicéis un aprendizaje supervisado por un profesional.
El objetivo de esta clase de abdominales es conseguir, utilizando nuestro diafragma y otros músculos accesorios, realizar una apnea respiratoria. De esta manera se estimula la apertura de las costillas y la succión abdominal.
Para ello primero soltamos todo el aire de nuestros pulmones y hacemos fuerza como que inspiramos, pero no dejamos entrar el aire; de esta manera creamos una fuerza de inspiración negativa en nuestro abdomen, la toda se mete hacia dentro y las vísceras ascienden hacia nuestra cavidad torácica impulsadas por la fuerza de succión de nuestro diafragma.
Al mismo tiempo conseguimos el efecto más importante: una contracción refleja de los músculos del suelo pélvico y de nuestra zona abdominal.
Para comenzar a realizar estos ejercicios es importante dejar pasar al menos tres meses desde el alumbramiento, es decir, una vez que el útero ha vuelto al tamaño anterior al parto.
Los hipopresivos se pueden ir incluyendo en nuestra rutina poco a poco. Con 15-20 minutos bastaría.
Quizás pienses que no tienes tiempo, pero es importante encontrar esos huecos para ti misma, para cuidarte y con el objetivo de que todo vuelva a su sitio.
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