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10 planes de verano para perder la cabeza

Ilustración de Sergio Membrillas
Sara Cuesta Torrado

Meterse en la piel de James Bond. Recorrer el Serengueti en globo. Cenar frente a la Gran Pirámide de Guiza con la Orquesta Sinfónica de El Cairo tocando en directo. Serpentear por las carreteras de la Toscana en un automóvil de época. Vivir, sentir, experimentar. Huir de los destinos trillados en busca de experiencias únicas e irrepetibles.

El objetivo de los más intrépidos que se lo pueden permitir ya no es solo recorrer mundo. Decenas de iniciativas surgen cada año para seducir a un público cada vez más exigente. Viajes a medida, diseñados de forma exclusiva para cada cliente. Esta es una selección de 10 apuestas heterogéneas para acumular ideas e inspiración. O, simplemente, viajar con los sentidos./

01. Cabalgar la gran ola

Una isla privada en Indonesia, el paraíso de los amantes del surf/

Mar adentro, el agua se alza desafiante a varios pisos de altura formando olas de derecha que se prolongan durante más de 300 metros de largo. Cerca de allí se forman otras olas de izquierda, de más de 2 metros de alto y también casi 300 de largo. La isla de Botik, enclavada entre las famosas islas Mentawai de Indonesia, es el edén de los surferos. Un pequeño paraíso —de 2 kilómetros de largo y 1,5 de ancho— con aguas cristalinas, vegetación exótica y acceso a 25 tipos diferentes de olas. No todas se ven desde la orilla, pero la más alejada está a menos de 15 minutos en barco. Para alojarse, hay cuatro lujosas cabañas de arquitectura indígena, separadas por unos 30 metros entre sí, que proporcionan intimidad a los visitantes. La capacidad del complejo es de 12 plazas, repartidas en estancias cerradas de 11 noches con pensión completa, a 2.300 euros por persona. Si un grupo cubre todo el aforo, se puede reservar la isla entera.

Por el día, unas lanchas trasladan a los aventureros desde la isla de Botik en busca de la ola perfecta. Por la noche, pescado fresco y cócteles.

Por el día, dos lanchas trasladan a los viajeros en busca de su ola perfecta. Si hace mal tiempo —o si lo prefieren—, se puede visitar en esas mismas embarcaciones las islas cercanas, de mayor tamaño, donde la población local mantiene intactas sus costumbres y estilo de vida. Por las noches hay sushi y pescado fresco recién capturado por el anfitrión de la isla, Mario Martínez. Este español y su socia, Carlota Pérez, compraron este pedacito de tierra perdido en el océano Índico en 2008 y crearon su propia idea del paraíso. Pero llegar a él lleva su tiempo.

Primero, dos escalas en avión hasta aterrizar en Padang (Sumatra). El precio de los vuelos oscila en verano entre los 1.000 y los 1.500 euros. Una vez en Padang, un barco recoge a los recién llegados y los traslada hasta el resort. El trayecto dura cuatro horas. Ya en la isla, comienza la aventura.

02. La Toscana sobre ruedas

Ruta en un Fiat 500 ‘vintage’ por los viñedos de la región italiana

Destino: Florencia. Calles peatonales, jardines y esculturas en cada esquina. Desde la Galería Uffizi hasta el Baptisterio de San Juan, pasando por el Jardín de Boboli, diseñado para los Medici. Por la mañana, un Fiat 500 vintage, icono de los años sesenta, espera aparcado en la puerta del hotel (de 3 o 4 estrellas, a elegir en esta propuesta). Al volante del clásico de cuatro ruedas arranca la primera ruta de ida y vuelta por los viñedos de la Toscana. Cuatro días de carretera y vinos, hasta degustar 15 diferentes. Siempre en compañía de un guía que habla castellano. Las catas, incluidas en los 600 euros que cuesta el viaje, las organiza la agencia británica Grape Escapes, especializada en enoturismo europeo. El precio alcanza los 750 si se incluyen billetes de avión desde España. ¿Y para los amantes de la improvisación? Una alternativa novedosa y emocionante para desplazarse por Europa es alquilar un jet privado. Cojetage es una plataforma colaborativa similar a Uber, pero para volar en aviones privados. Como las naves tienen que realizar una serie de vuelos estratégicos entre ciudades europeas para mantenerse a punto, en la web se publican los trayectos y precios previstos para cada mes. Con un solo clic, y entre 300 y 2.000 euros por persona, podemos reservarlo.

03. Días de biquini y esquí

Ascenso a Les Deux Alpes (Francia), el glaciar más grande de Europa

Son las siete de la mañana. En el horizonte, a unos 100 kilómetros de distancia, el Mont Blanc se eleva hacia el cielo con sus 4.810 metros de altitud. En el otro extremo de los Alpes franceses, el glaciar esquiable más grande de Europa recibe a sus primeros turistas del día. En la cima, a 3.600 metros, los rayos del sol veraniego rebotan con fuerza en la nieve, pero el espesor es suficiente para lanzarse por las 90 hectáreas de pistas (de distintos niveles) de la estación de esquí Les Deux Alpes. Al menos hasta las 12.00. A partir de esa hora, es mejor colgar los esquís o la tabla de snowboard y enfundarse en el traje de baño hasta la mañana siguiente, cuando la nieve del glaciar recupera su consistencia. El pack de alojamiento con forfait (seis noches y siete días) suele incluir un pase diario a la piscina y el uso del tobogán en trineo, desde 260 euros. A las cinco de la tarde, después de unas horas de sol y agua, y de un buen almuerzo en el apartamento, las posibilidades de la glaciar experience son infinitas: pista de patinaje, rutas en bici de montaña y hasta tiro con arco. Otra opción es relajarse. ¿Un burbujeante baño en el jacuzzi del spa Côte Brune, de 28 euros (con reserva previa)? ¿O un masaje de cara en el centro de shiatsu (42 euros por 30 minutos)? Tal vez hoy uno y mañana otro. En vacaciones hay tiempo para todo.

Globos aerostáticos sobrevuelan el parque del Serengueti al amanecer.

04. La sabana bajo los pies

Vuelo en globo por la naturaleza salvaje del Serengueti

El ascenso comienza cuando los primeros rayos de sol iluminan el parque del Serengueti (Tanzania). A bordo de un globo aerostático —con capacidad para 8, 12 o 16 personas—, la naturaleza salvaje queda bajo los pies. Hipopótamos y elefantes empequeñecen poco a poco, hasta que de un solo vistazo se abarca la inmensidad de la sabana. La misma en la que desayunará el grupo cuando aterrice tras los 50 minutos de trayecto. El piloto de Balloon Safaris, empresa que por 490 euros realiza esta actividad, va cambiando la velocidad y la altura en función de las condiciones climatológicas. Así, cada vuelo en globo es único e irrepetible.

La aventura empieza días antes, cuando el guía en castellano, contratado por la agencia española De Viaje, recibe a los visitantes en el aeropuerto de Kilimanjaro. Desde la primera jornada, en la reserva privada de Sinye aflora la realidad africana. Más de 600 kilómetros de naturaleza virgen donde cebras, jirafas y otras especies conviven con la población masái. Una escena que se repite en los cuatro parques nacionales de esta ruta, de 3.500 euros: Tarangire, Lago Manyara, Serengueti y Cráter del Ngorongoro.

05. Surcar el Egeo a toda vela

Travesía por las islas griegas para amantes de la navegación

El viento y el sol golpean la piel, el olor del mar abierto se puede saborear y las corrientes del Egeo dirigen el rumbo del barco de vela privado, que acaba de salir de Atenas. Los vuelos a la ciudad rondan en verano los 500 euros. Es sábado y durante una semana el velero serpenteará entre las islas griegas —por las Cícladas si es junio, por las Sarónicas si es julio o agosto— para visitar los imprescindibles de la cuna de la democracia y perderse también por calas escondidas y paradisiacas.

El patrón de la nave se llama Andrés Roldán. Hace ocho años que puso en marcha su pequeña empresa de alquiler de barcos por el Mediterráneo, Go Sailing Bcn. Este recorrido por Grecia en un barco con capacidad para ocho personas ronda los 7.000 euros, incluyendo sus servicios al timón y la compra de comida para la travesía.

Los capitanes intrépidos, con titulación náutica correspondiente en regla, pueden prescindir de los servicios del patrón y embarcarse por su cuenta en una aventura sin rumbo. En tal caso, hay que firmar un contrato de responsabilidad por desperfectos, como cuando se alquila un coche. A partir de ahí, solo hay que buscar buen viento.

Velero de 50 pies por el mar Egeo.

06. Cena frente a las pirámides

Experiencia ultraexclusiva en la necrópolis de Guiza (Egipto)

Todo es posible en Egipto. Una cena privada para dos frente a la Gran Pirámide de Guiza, una de las siete maravillas del mundo, también. Al caer la noche, un juego de luces ilumina piedra a piedra las tres pirámides, construidas para convertirse en las tumbas de los faraones Keops, Kefrén y Micerino. Durante 50 minutos, una grabación narra la historia que se esconde en su interior y desvela las leyendas de la Esfinge de Guiza. Cuando el espectáculo termina comienza el festín. Un regimiento de camareros desfila bajo la noche estrellada del desierto para servir el banquete. Cada plato se elabora al gusto de los comensales. La Orquesta Sinfónica de El Cairo pone la banda sonora en directo a la extraordinaria velada que por algo más de 16.000 euros organiza el hotel Four Seasons de la plaza del Nilo, en El Cairo. ¡Eso sí! La reserva debe hacerse con un mes de antelación.

07. En la piel de James Bond

Viaje por Europa como un agente secreto con licencia para matar

Un Aston Martin espera al viajero con la dirección de un hotel de lujo guardada en el GPS.

¿Y si solo se conoce la fecha y duración del periplo, pero no el recorrido? A la hora acordada, una limusina con cristales tintados espera en la puerta de casa. Sobre el asiento hay un sobre. En su interior, un billete de avión y una nota que dice: “Su misión empieza en Reikiavik (Islandia)”. El juego, que esconde una inversión de al menos 27.000 euros por persona y por semana, no ha hecho más que empezar. ¿El objetivo? Convertirse en el agente secreto más famoso del cine: Bond. James Bond.

Tras el aterrizaje, un hombre con traje y gafas oscuras guía al pasajero hasta su coche: un Aston Martin que podría tener la dirección de un hotel de lujo guardada en el GPS. Tras un día de turismo por la ciudad, otra pista lleva, por ejemplo, a Jökulsárlón, el lago glaciar de Islandia en el que se rodaron escenas de Panorama para matar (1985), protagonizada por el recientemente fallecido Roger Moore. A partir de ahí, podría haber un traslado en helicóptero a Suiza, siguiendo el rastro de una estrella internacional del póquer. Tal vez un contratiempo ficticio obligue al pasajero a saltar en paracaídas. Y los retos se sucederán durante una semana, tiempo mínimo que duran las experiencias organizadas por Brown and Hudson. La ruta, el tipo de actividades y el nivel de riesgo quedan a elección y gusto del protagonista.

Viñedos del valle del Duero, en Portugal.

08. Esencias de Oporto

Paseo por el curso del río Duero hasta su desembocadura

El viaje comienza en el pequeño pueblo portugués de Pinhão, asentado a la orilla del Duero, bajo la sombra de los grandes valles de viñedos. Un guía en castellano explica el proceso de producción del oporto, afamado licor de la región. Ya en la cima, desde el mirador San Salvador del Mundo, el sol salpica las montañas escalonadas que se entrelazan y dibujan el curso del río. Durante seis días, sus aguas conducen por parajes naturales, monumentos románicos y hallazgos arqueológicos, como las pinturas rupestres del valle del Côa. Su desembocadura ofrece además una de las panorámicas más bonitas del centro histórico de Oporto, considerado patrimonio de la humanidad desde 1996 por la Unesco. Sus fachadas de colores, construidas en una ladera vertical, se reflejan en el río, generando una imagen casi onírica. En la otra orilla se alza Vila Nova de Gaia, donde termina este recorrido privado y personalizable que organiza Tours Portugal por entre 940 y 1.340 euros por persona. Como colofón, la ciudad lusa ofrece una exquisita degustación de oportos en sus numerosas bodegas.

09. Tras los pasos de Orellana

Aventura por la Amazonía que descubrió el conquistador en 1542

La selva se presenta imponente. El verde de su espesa vegetación contrasta con el azul del cielo. El sol se cuela entre las ramas de los árboles y refleja su poder sobre el río Napo. La barcaza de madera, como las que usan los nativos, se abre paso entre sus aguas, siguiendo la ruta que hace casi cinco siglos lideró el conquistador Francisco de Orellana (Trujillo, 1511) en busca de la ciudad mítica de El Dorado. En su ruta descubrió el Amazonas y lo navegó hasta su desembocadura, en el océano Atlántico. Fue el primero en hacerlo.

Como en su hazaña, la travesía comienza en Quito (Ecuador), pero termina antes: 18 días después en Iquitos (Perú). Los vuelos internacionales están incluidos en el viaje, que cuesta 6.300 euros por persona para grupos de al menos 10 viajeros y unos 7.300 euros cuando el número es menor. Al igual que los hombres de Orellana, algunas noches se duerme en la orilla del río, a la intemperie. Pero con una ventaja: aquí se hace en hamacas que cuelgan de dos árboles. Para protegerse de los mosquitos se cuenta con una funda que cubre el espacio como si se tratase de una crisálida. Otras noches se pernocta en los poblados indígenas que el explorador y sus soldados encontraron a su paso. El visitante tiene la oportunidad de conocer sus costumbres y degustar sus platos y bebidas. La inmersión es total gracias a los contactos con nativos que tiene Sociedad Histórica, la pequeña agencia de Alcalá de Henares que lo organiza desde hace cuatro años. Una peripecia inspirada en La ruta de Orellana (Zeta Bolsillo, 2008), de Alberto Vázquez-Figueroa. El escritor siguió los pasos del trujillano, por lo que la lectura de su obra ayuda a comprender muchas claves de esta aventura amazónica.

Uno de los restaurantes del tren Deccan Odyssey.

10. India, a todo tren

Recorrido por el país asiático a bordo de un vagón de lujo

En el tren ‘Deccan Odyssey’ hay hasta un ‘spa’ para relajarse tras las largas visitas turísticas, de Delhi a Bombay.

Sábado, 20.15. Delhi. El Deccan ­Odyssey, uno de los trenes más emblemáticos y lujosos de India, abre sus puertas. El personal recibe a los pasajeros ataviado con sedas de colores y diseños inspirados en la época de los maharajás. El recorrido terminará ocho días más tarde en Bombay, la metrópoli más grande del país asiático. Los vuelos internacionales desde Madrid, con ida a Delhi y vuelta desde Bombay, rondan los 900 euros.

Las amplias cabinas para dos personas cuentan con todas las comodidades de un hotel. El tren tiene además dos restaurantes de alta cocina y un spa para relajarse tras las largas jornadas de turismo. El precio, de 3.550 euros por persona con la agencia andBeyond (si se viaja antes de septiembre), incluye desayunos, cenas y varias comidas, así como las salidas diarias para conocer el país. Desde una excursión al parque nacional de Ranthambore o la visita guiada al Taj Mahal, en Agra, hasta la expedición por los lagos y palacios de Udaipur.

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Sobre la firma

Sara Cuesta Torrado
Redactora en El País Semanal desde 2016. Antes trabajó en Madridiario y en la Cadena Ser. Fue también productora del ‘podcast’ sobre nutrición BeOk y redactora en La voz de Galicia y la web enfemenino.com. Estudió periodismo en la Universidad Carlos III de Madrid y más tarde realizó el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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