Pendientes del móvil
¿Tendrá uno que acostumbrarse a que la cajera del supermercado, el conductor de autobús y hasta el médico de familia tengan sus móviles en la mano cuando se supone están haciendo su trabajo? No sé cuál es peor ejemplo, pero los tres estaban con su móvil cuando tuvieron que atenderme. Ya es de por sí molesto estar enfermo en un hospital, con un estado de ánimo horrible, imagínate además que haya en el medio un teléfono con mensajes a la vista.— Justo Gallegos Pozuelo. Getafe (Madrid).
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