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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

España vuelve a liderar la revolución del textil, esta vez sostenible

Iniciativas como Latitude, Slow Fashion Next, Marlota, Ternua y The Circular Project promueven la transformación de un ideal en un modelo de negocio en la moda

María López Escorial (IE)
The circular Project Shop es el primer espacio de Madrid especializado en la comercialización y difusión de diseño español Sostenible y Ético.
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España está liderando el movimiento de moda sostenible en Europa con una propuesta real, holística y rentable, que poco a poco está transformando la forma de producir en el sector textil del continente.

Los protagonistas de esta verdadera revolución son María Almazán y su equipo de Latitude, que desde Galicia ha conseguido hacer realidad otra forma de hacer moda: sostenible y responsable, de proximidad, con salarios justos, condiciones laborables adecuadas y respetuosas con el medio ambiente.

Esto lo está consiguiendo trabajando en todos los eslabones de la producción textil y con todas empresas representativas del sector, pequeñas, medianas o grandes, en España y en Europa.

Es increíble que antes de que Latitude empezara, producir de esta forma para una marca grande con alto volumen, por mucho que la compañía quisiera, fuera imposible en Europa. La deslocalización de la producción a países sobre todo asiáticos ha dejado el entramado empresarial textil europeo, muy mermado, inconexo y sin capacidad de reacción.

Para ello, Latitude ha creado una red de talleres 4.0 en los que no solo se cuida el producto, sino también a las personas que lo confeccionan y al medio ambiente; tiene una alianza con la plataforma internacional C.L.A.S.S., de la cual son representantes en España, que reúne las últimas tendencias en materiales sostenibles; da formación a diseñadores tanto nuevos en el Instituto Europeo de Diseño como a los internos de las marcas, y hace consultoría para identificar aquellas áreas en las que las grandes marcas pueden abordar cómo producir de esta manera dentro de su sistema para irlo extendiendo con posterioridad a otras áreas de la empresa.

Y, por si fuera poco, y porque la involucración del consumidor es clave, para facilitar la elección a un consumidor responsable, está creando un sello que identificará aquellas prendas que se hayan producido bajo sus parámetros.

Este es su decálogo:

-Somos… la transformación de un ideal en un modelo de negocio sostenible único en el mundo de la moda.

-Queremos… contribuir al desarrollo de la industria textil europea desde la sostenibilidad.

A medio plazo, la aceptación de unos precios más altos por parte de los consumidores, un consumo de moda más racional y la presión social sobre los fabricantes harán que se mejoren las condiciones laborales de los trabajadores, así como se reduzca el impacto medioambiental en origen

-Compartimos… la convicción de que es necesario (y posible) recuperar una forma de hacer moda basada en la calidad a la que se incorporan nuevos valores que hablan de responsabilidad y sostenibilidad.

De este enorme y fabuloso proyecto y de las perspectivas de María Almazán, os hablo en detalle en mi artículo España y la revolución del textil (sostenible). Latitude no está sola en esta titánica empresa.

Slow Fashion Next

En España, desde hace años, la plataforma Slow Fashion Next lleva concienciado al consumidor y abogando por una moda contraria al fast fashion. Slow Fashion Next es un proyecto emprendedor que nació con vocación de contar los impactos de la industria textil y de unir a todos aquellos profesionales que estaban sintiendo que el modelo de producción y de consumo tenía que cambiar. Su fundadora, Gema Gómez, explica: "Desde su nacimiento, desde Slow Fashion Next hemos formado a miles de estudiantes, hemos organizado Jornadas anuales Profesionales de Moda Sostenible en el Museo del Traje de Madrid, he impartido decenas de charlas en toda España, Colombia, Chile y Beirut, y hemos comunicado diariamente a través de nuestras redes sociales sobre este tema que nos apasiona".

Tenemos más fuerza como consumidores que como votantes Paloma G. López, fundadora de The Circular Project

Su siguiente proyecto, ya en marcha, se centra en pasar de la divulgación, concienciación y formación sobre este tema a la acción para responder a la pregunta del consumidor: ¿Dónde me compro la ropa si quiero ser responsable? La respuesta en este momento requiere una larga búsqueda en internet y varios desplazamientos. Para ello, están creando el primer directorio de moda sostenible de habla hispana, Marcas de moda con impacto positivo, para lo que ya han levantado la financiación que necesitaban a través de un proyecto de crowdfunding. En este momento cuentan con más de 120 empresas de moda sostenible en la plataforma y 287 mecenas.

Marlota

Una de las marcas que ha apostado por este tipo de hacer moda es Marlota, que produce íntegramente en España. Mar García, su fundadora, remite a su manifiesto: "Defendemos valores en olvido y desuso y reivindicamos métodos tradicionales de sastrería y costura, buscando el equilibrio con la tecnología más avanzada para mejorar. Nuestra producción local propicia que podamos mimar cada prenda por dentro y por fuera para que sea única. Creemos en el compromiso, el respeto y la honestidad. Escuchamos, compartimos experiencias e interactuamos con otros para enriquecernos. Nos adaptamos a los cambios del mundo en el cual vivimos, para estar en continuo movimiento y fluir con él. Vivir con menos pero con más calidad, sin despilfarrar recursos, con responsabilidad y libremente".

También Mar, como María, cree en una idea de negocio que no pase solamente por vender moda sino "por cambiar el sistema desde dentro y compartir experiencias construyendo proyectos que conecten, más allá de la ropa, con sus compradores, con la inquietud de entender y sentir algo más coherente con lo que eres".

Marlota ha usado siempre los tejidos más nobles desarrollados con tecnología e innovación italiana, inglesa y francesa para mejorar su acabado y funcionalidad, creando piezas atemporales que rompan la esclavitud y cadencia de las colecciones y el despilfarro que supone cambiar una prenda por temporada, ya que, según Mar, con el 20% de lo que se produce en el mundo sería suficiente.

Como Marlota y Latitude, existen muchas otras marcas españolas que abogan por la moda sostenible. En su mayoría son pequeñas, con pocos recursos, que necesitan asociarse para comercializar su producción. De ahí la importancia de Latitude al querer embarcar a la gran empresa que es dónde está el volumen y, por ende, dónde el cambio sistémico que está queriendo promover tendría más impacto, poniendo a su alcance las herramientas y los procesos necesarios para conseguirlo.

The Circular Project

The Circular Project Shop es el primer espacio de Madrid especializado en la comercialización y difusión de diseño español sostenible y ético con objetivo de favorecerlo y fomentarlo. Apela a la economía circular y colaborativa y apoya una moda cuyos materiales al final de su vida se puedan integrar de nuevo, que se reutilicen, reciclen y optimicen. Porque, como dice Paloma G. López, su fundadora: “El planeta está en números rojos. Tenemos que cambiar”.

Recientemente auditada por la economía del bien común y miembro de Sannas (asociación de empresas por el triple balance, económico, ecológico y social), The Circular Project acoge en su espacio a más de 30 marcas que reúnen esta características. En su mayoría pequeñas que, como dice Paloma, son auténticos héroes, por los pocos apoyos que tienen, la fragmentación de la industria y la necesidad de importar los tejidos en muchos casos.

El valor añadido de este proyecto no es solo proveer de un espacio de venta a las marcas, sino, dado el conocimiento que tienen del consumidor y del sector y su experiencia en comunicación, proveer un servicio de promoción integral de las empresas representadas y, en muchos casos, de consultoría.

Paloma conoce bien al consumidor de moda sostenible; inconformista, de nivel medio/alto, muy concienciado y con una gran capacidad de prescripción por los valores a los que apela. Paloma ratifica el poder del consumidor a la hora de conseguir materializar esta revolución. "Su poder como agente transformador de la sociedad es inmenso. Tenemos más fuerza como consumidores que como votantes", aboga Paloma.

Paloma estuvo el 24 y 25 de abril en el Parlamento Europeo contando su experiencia y apoyando a Lola Sánchez Caldentey, que ha logrado que la Eurocámara comience a trabajar para facilitar unos mecanismos para la trazabilidad y la transparencia en toda la cadena de suministro en un sector que hasta ahora resulta muy opaco.

Ternua

España no solo es pionera en moda sostenible, sino también en otro tipo de prendas. Ternua nace en 1994, inspirado en el espíritu aventurero, de superación y respetuoso de los balleneros vascos. Es una marca que, como sus mismos creadores definen, "habla de montaña, naturaleza, aventura, solidaridad y respeto al medio ambiente".

Ofrece productos de altas prestaciones técnicas, polivalentes y de diseño único, sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Ternua ha sido calificado como el Patagonia español.

Desde sus inicios, Ternua apostó por la innovación y por ser cada vez más respetuoso con el medio ambiente, tanto en sus procesos como en los tejidos que utiliza. Desde 2009 todas sus prendas son fabricadas con algodón orgánico y desde 2013 toda la pluma que utilizan es reciclada, dando como resultado chaquetas de montaña realizadas con un material natural y 100% biodegradable. En 2015, consiguen la eliminación total de ácido perfluorooctanoico y sulfonato de perfluorooctano (PFOA y PFOS, respectivamente, por sus siglas en inglés) de sus productos y, en 2016, la eliminación del PFC (fluorcarbonos) en el 80% de sus productos. Muchos de estos logros son pioneros en el sector.

Su objetivo: eliminar totalmente los PFC de sus productos y aumentar el porcentaje de productos que utilicen tejidos certificados Bluesign, 100% algodón orgánico o reciclados. Viendo su trayectoria, seguro que consiguen eso y volverán a dar la siguiente vuelta de tuerca.

"Ese es nuestro camino, hoy y siempre: devolver al planeta lo que él nos ha dado, protegiendo a la naturaleza y las personas, sin destruir ni una mínima parte esencial de ellas", sostienen.

¿Y las fábricas?

Cuando entramos el debate de traer la producción como única forma de evitar un alto impacto al medio ambiente, mucha gente se pregunta qué pasará con las fábricas y, sobre todo, con los empleados de Bangladésh, China o India. Desde mi punto de vista, siempre habrá un segmento de mercado para esa producción, pero a medio plazo, la aceptación de unos precios más altos por parte de los consumidores, un consumo de moda más racional y la presión social sobre los fabricantes harán que se mejoren las condiciones laborales de los trabajadores, así como se reduzca el impacto medioambiental en origen. Pero para eso la presión social no puede cesar, especialmente a la hora de elegir las prendas que compramos. La elección es nuestra.

Me dice Mar, que es el inicio de una nueva revolución más positiva que anuncia una sociedad más responsable. La verdad es que ver el compromiso de personas como María, Mar, Paloma o Gema y otras muchas otras me hace pensar que una nueva forma de producir y comprar moda es posible. Queda mucho camino por recorrer, pero estamos dando los primeros pasos.

Puede que España, que ahora está en el puesto 30 de 149 países en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, suba muchos puntos si de verdad consigue impulsar este proyecto que impacta en objetivos tan importantes como trabajo digno, producción y consumo responsables, reducción de las desigualdades y vida de los ecosistemas terrestres.

María López Escorial es profesora en el IE Business School desde 2002 y consultora independiente especializada en innovación social, mercados de la base de la pirámide y soluciones empresariales para combatir la pobreza. Además, es presidenta de la Fundación compromiso y Transparencia.

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