La primera tentación de los cristianos
Han surgido políticos que se postulan como los guardianes idóneos de la moral de conveniencia


¿Por qué los cristianos fundamentalistas americanos votaron masivamente a un profeta del materialismo, el hedonismo y el narcisismo como Trump? ¿Por qué los católicos italianos apoyaron a Berlusconi? ¿Por qué tantas voces religiosas en la Europa oriental corean a déspotas oportunistas?
Parece una contradicción. Los votantes moralmente más intransigentes se alían con los líderes más inmorales. Pero, si analizamos la particular moral que defienden los fundamentalistas, la contradicción desaparece.
El historiador y pastor baptista Wayne Flynt señalaba en Financial Times que ha habido un giro en la moral de cabecera de los cristianos evangélicos. En la actualidad, se movilizan contra aquellos “pecados” que no quieren o no pueden cometer, como la homosexualidad o el aborto. Para un varón heterosexual y de mediana edad es más cómodo aceptar la primacía moral de las prescripciones contra la homosexualidad y el aborto que los preceptos contra, por ejemplo, la avaricia, omnipresente en la vida cotidiana de cualquiera.
Es la primera tentación de los religiosos, como ya denunció Jesús. En lugar de cuestionar nuestro comportamiento, tratando de controlar impulsos que pueden ser dañinos para nosotros mismos o para la comunidad, juzguemos la conducta de los demás.
La tentación ha existido siempre, pero ahora se le han sumado unos estímulos económicos y políticos. El mercado de las ideas religiosas se ha globalizado. Los predicadores que antes sermoneaban en sus parroquias tienen altavoces —de las radios a las redes sociales— con los que llegan a una audiencia sin fronteras. Pueden tentar a un mayor número de seguidores con su reconfortante mensaje: la salvación no está tanto en cambiar vuestras vidas como en modificar las de otros mediante leyes represoras.
Y han surgido políticos que se postulan como los guardianes idóneos de esa moral de conveniencia. A escala individual, Trump, Berlusconi y algunos autócratas del este de Europa son una parodia de los valores cristianos, pero ofrecen castigos colectivos a los grupos supuestamente pecadores.
Odia al prójimo tanto como te amas a ti mismo. @VictorLapuente
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
‘Els nous altres catalans’: SER Catalunya vuelve a la obra de Paco Candel con la voz de Illa, Carla Simón o Greta Fernández
Restablecida la circulación de los trenes de larga distancia y alta velocidad en la estación madrileña de Chamartín
Localizada en buen estado en Italia Gina, la niña de cinco años que no fue devuelta por su padre
Seis comunidades con avisos por nieve, oleaje, lluvia y bajas temperaturas el día de Navidad
Lo más visto
- La revalorización de las pensiones queda en el aire por la negativa de la derecha a apoyar otras medidas sociales
- Juan Carlos Ferrero: “Más que dolor, siento pena; los finales siempre son tristes”
- El líder groenlandés responde a Trump: “Groenlandia es nuestro país. Nuestras decisiones se toman aquí”
- Los ‘whatsapps’ de Mazón a Feijóo del día de la dana: “Un puto desastre va a ser esto presi”
- La cúpula de Vox votó por unanimidad la destitución de Javier Ortega Smith




























































