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Alterconsumismo
Coordinado por Anna Argemí
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Familia (casi) residuo cero

Ocho pistas y alguna más para avanzar hacia el mítico 'zero waste'

Ayer 120 personas dijeron no al uso de bolsas de plástico
Ayer 120 personas dijeron no al uso de bolsas de plásticoMack Male vía Flickr / Creative Commons

Todo empezó una noche en que, como tantas otras, mi marido se disponía a bajar las basuras. De repente se hizo la luz en su interior. Se dijo para sí mismo que no podíamos continuar así, que no puede ser que desechemos tantos residuos nosotros solitos, una familia de 5 personas. Empezó por el principio, por intentar conocer exactamente la dimensión de la tragedia. Sacó la báscula del cuarto de baño y depositó encima la bolsa de basura que iba a bajar. Y repitió lo mismo al día siguiente y al otro. Concluyó que esa semana echamos a la basura 26 kilos, lo que multiplicado por 52 semanas, nos da la horrible cifra de más de 1 tonelada.

De esa tonelada anual media de residuos hay una parte de plástico y cartón reciclable, aunque no es muy grande, porque muchos de los embalajes alimentarios, por ejemplo, no son reciclables. Así que gran parte de nuestros residuos van a ser incinerados o enterrados, lo que significa que vamos a contribuir al destrozo colectivo del planeta. Ya hablé del «gran mal del plástico» hace un par de años en un post donde explicaba que Francia iba a prohibir a partir de principios del 2016 el uso de bolsas de plástico de un solo uso en los supermercados. Allí ya explicaba que el 10% de la producción mundial de plástico acaba en el fondo de los mares y de los océanos.

Mi marido es el verdadero motor "alterconsumista" de la familia. Movido por la mala conciencia, empezó a rebuscar a diestra y siniestra por internet hasta topar con el libro Famille (presque) zero déchet (Familia -casi- residuo cero), que se convirtió en breve en su libro de cabecera y aún ocupa lugar preferencial sobre su mesita de noche. Está escrito por una pareja francesa, Jérémie Pichon y Bénédicte Moret, ambos con sólidos vinculos a organizaciones medioambientales. De manera amena, con muchos dibujos desenfadados y sin gran ceremonial el libro da centenares de consejos prácticos y alternativas simples para el día a día sobre casi todo: las compras, la cocina, la limpieza, la higiene, el maquillaje... porque los residuos, por desgracia, están en todas partes. Y no basta con reciclar. Hay que reducir el peso de la basura.

Aquí abajo 8 pistas y alguna más sacadas del libro para avanzar hacia el cero residuo. De muchos de estos temas hablamos a menudo en nuestro blog. Nuestra familia también está en camino hacia el 'zero waste':

Pesa tus basuras y escucha a tu corazón. Toma conciencia de la dimensión de tu tragedia y actúa en consecuencia.

Al hacer la compra, piensa con la cabeza. Compra productos locales, frescos, a granel, al corte y lleva contigo contenedores reutilizables y reciclables como «tupper», potes de vidrio o bolsas de tela en vez de aceptar por defecto el embalaje del proveedor. Sí, quizá habrá que buscar nuevos proveedores.

En la cocina, equípate y cocina. ¿Por qué no comprar, por ejemplo, una yogurtera para producir tus propios yogures? ¿Por qué no aprovechar el horno ya encendido para el pollo y hornear por ejemplo al mismo tiempo en la segunda bandeja galletas para la merienda?

Limpieza del hogar, más simple y barata. ¿Necesitamos tantos productos que la industria nos impone casi como imprescindibles? ¿Y si los fabricamos nosotros mismos? El libro propone recetas para fabricarse cada uno su propio líquido lavavajillas, para limpiar el w.c., para la lavadora...

Cosmética. Desecha los productos que no te sirven (pero que has acumulado) o que son tóxicos. Reemplaza los productos industriales y no reciclables. Fabrica tus propios productos cosméticos.

Juguetes de los niños. Renuncia al plástico y opta por comprar juguetes de materiales sostenibles o de ocasión. Revende o dona los juguetes. Alquílalos en ludotecas o por internet.

Extremar la vigilancia durante las fiestas (como la Navidad), que suponen en general un exceso sin mesura de residuos. Proponer por ejemplo regalos hechos por uno mismo, sin embalajes. Y si hay que embalar el regalo, echar mano de un embalaje reciclable, como el papel o la tela. Propiciar regalos-experiencia que permitan pasar tiempo juntos (como una salida al cine).

En casa. Mejor compartir (los utensilios) con vecinos y amigos que posserlos sin más. Mejor reparar que tirar y comprar de nuevo. Mejor ropa de ocasión que ropa nueva. ¿Por qué no alquilarla ? El sector de la moda es el segundo más contaminante después del petrolero.

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