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Verdades y mentiras sobre la lactancia materna

Expertos neonatólogos, pediatras y responsables de Unidades de cuidados intensivos, reunidos en Florencia, resuelven varias dudas entorno a la leche humana

Carolina García
Un grupo de mujeres dan el pecho a sus hijos.
Un grupo de mujeres dan el pecho a sus hijos.F. J. Vargas

Muchas veces las futuras madres reciben mensajes confusos sobre la lactancia materna, un acto voluntario con grandes beneficios para el recién nacido, según la evidencia científica. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud la recomienda en exclusiva hasta los seis meses y su mantenimiento hasta los dos años o más, junto a la introducción paralela de alimentos adecuados para la edad del niño. Y hace unos meses la Organización de Naciones Unidas aseguró que "debe considerarse como una cuestión de derechos humanos para bebés y madres". ¿Pero, es verdad todo lo que gira entorno a la lactancia materna?

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Resolver esta pregunta ha sido el objetivo de los 400 expertos -entre neonatólogos, pediatras y responsables de las Unidades de cuidados intensivos- que se han reunido este pasado fin de semana en Florencia, durante el 12º Simposio Internacional de Lactancia Materna de Medela, compañía suiza experta en salud infantil desde hace 50 años.

Los ejes principales del congreso han sido tres: "los componentes únicos y diferenciales de la leche materna, su importancia en los bebés prematuros, y los resultados recientes de estudios de investigación básica realizados sobre la leche materna", según se explica en un comunicado.

Las verdades

1. Los beneficios de la incorporación del padre a los programas neonatales. Según los expertos, “impedirles el acceso a la sala de prematuros se traduce en menores tasas de lactancia materna, menor desarrollo del bebé y aumento de su inseguridad y ansiedad”. "Ya que la leche materna y dar el pecho son tan importantes, hay que prestar especial atención en ayudar a la madre a establecer la lactancia, lo que lleva más tiempo y para las mamás de prematuros es normalmente un desafío, ya que sus cuerpos no están aun completamente listos para cuidarles cuando el bebé ha nacido antes de tiempo", explica Montse Robles, asesora de lactancia y responsable de divulgación de Medela. "También se ha establecido que las madres solo continuarán dando el pecho en estas difíciles circunstancias si sus maridos les prestan apoyo", añade. "Por esta razón, y porque el rol del padre es tan importante en los resultados a largo plazo para el bebé, este es considerado igual de importante que la madre, y recibe formación sobre cómo apoyar durante el amamantamiento y cómo cuidar del niño", continúa Robles.

"Por ejemplo, en el estudio multicéntrico Family Integrated Care en Canadá, Australia y Nueva Zelanda, durante las visitas a la sala, el padre y la madre asisten y proporcionan informes, participan en las decisiones del cuidado del paciente y proporcionan toda la atención rutinaria para sus bebés. Esta investigación demostró resultados mejorados del lactante, aumento de las tasas de lactancia materna y reducción del estrés y ansiedad de los padres, desde la hospitalización hasta el alta", concluye la experta. El Family Integrated Care Model ha sido desarrollado por el Prof. Shoo Lee (Insitute of Human Development, Child and Youth Health, Canadian Institute of Health Research,University of Toronto, Canada) y el Departamento de Pediatría del Sinai Health System (Toronto, Canada).

2. Fomentar el contacto piel con piel entre las madres y los recién nacidos en la sala de maternidad y la sala de neonatos reduce la muerte súbita del lactante en las primeras horas y días después del parto. “Los recién nacidos pueden verse afectados por muerte súbita en los primeros siete días de vida, y particularmente en las dos primeras horas”, añadieron los expertos en Italia. “Efectivamente, es un método que no necesita tecnología, pero que es de gran ayuda, sobre todo para los bebés prematuros (nacidos con menos de 37 semanas) o que nacen con bajo peso (2.500 gramos o menos)”, se aseguraba en el estudio 20 años analizando el método canguro vs. el cuidado tradicional, publicado en Pediatrics este pasado mes de enero. Con el aval científico de que su aplicación tiene beneficios claros en los procesos de crecimiento y estimulación de los recién nacidos prematuros, estos últimos investigadores fueron más lejos y aseguraron que estos beneficios se prolongan en el tiempo, hasta unos 20 años". “Además, favorece la adaptación metabólica cardiorrespiratoria y térmica, a la vez que propician la colonización de la piel del tracto gastrointestinal del recién nacido con microorganismos no patógenos de la madre”, según explicaron.

3. La lactancia materna facilita el ahorro de costes para los Sistemas Nacionales de Salud. Efectivamente, ya sabemos que la leche materna protege a nuestro pequeño de posibles enfermedades como la sepsis y la obesidad infantil, según la evidencia científica. Pero no es solo buena para su salud, también lo es para el Estado. Así lo concluye el estudio The health economic value of feeding human milk to preterm infant. Según esta investigación, promovida también por Medela y elaborada por el York Health Economics Consortium (Reino Unido) se concluye que “alimentar a los bebés prematuros con leche materna supondría un ahorro estimado de 29 millones de euros para el Sistema Nacional de Salud o, lo que es lo mismo, significa gastar 1.000 euros menos por bebé durante toda su vida”.

Las mentiras

4. El 80% de los bebés en todo el mundo son alimentados exclusivamente con leche humana durante los primeros seis meses de vida. “A pesar de las sucesivas recomendaciones de instituciones y expertos sobre los beneficios de la leche humana, menos del 40% de los bebés son alimentados exclusivamente con leche humana en el mundo”, según los expertos reunidos en Florencia.

De acuerdo con Unicef y con un reciente artículo publicado en Lancet, menos del 40% de los niños están siendo amamantados exclusivamente de acuerdo con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud que recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida. En los países con altos ingresos, las mujeres suelen dejar de amamantar incluso antes. La tasa global de lactancia materna no ha aumentado sustancialmente en 20 años.

5. La leche humana pasteurizada con el método Holder conserva todas sus propiedades bioactivas. “Si la leche humana se administra al bebé dentro de las 24 horas siguientes a la extracción, no requiere un tratamiento térmico previo ni realizar un cultivo de rutina. En el caso de los bancos de leche materna, la leche humana se somete a un proceso de pasteurización (calentar la leche a 62,5°C durante 30 minutos) mediante el método conocido como Holder, que garantiza la seguridad microbiológica pero destruye numerosas propiedades nutricionales y bioactivas de la leche humana", se informó en el congreso.

"Hay distintos factores que impactan en la composición y bioactividad, entendida como las propiedades de la leche materna que pueden promover la buena salud del niño, sobre todo prematuros, de la leche donada", explica Robles. "Pero, principalmente, destacan tres: la pasteurización, la congelación y el periodo de lactancia en que la madre produce la leche. El proceso de pasteurización y congelación son inherentes al proceso de almacenamiento. En el caso de la pasteurización, sumado al refuerzo bovino que ha de añadirse, reducen la concentración de lactoferrina en la leche humana, y la congelación mata más células que la refrigeración", sostiene.

"Respecto a la capacidad de la leche materna donada para reducir patologías, la leche humana donada ha demostrado ser eficaz en la reducción del riesgo, incidencia y severidad de la enterocolitis necrosante –NEC- cuando reemplaza a la leche de fórmula. Puede, además, reducir la NEC al permitir una alimentación enteral temprana con leche humana", continúa. Sin embargo, su eficacia es menor en la reducción de septicemias o enfermedades pulmonares crónicas "debido fundamentalmente a que componentes que sí están presentes en la leche humana de la propia madre (mioinositol, antioxidantes, lactadherin, mucinas y factores de crecimiento relacionados con estas propiedades) están ausentes o se ven mermados en la leche humana donada", termina Robles.

6. La leche humana es solo una fuente de nutrición para el niño en crecimiento. La fórmula infantil la reemplaza fácilmente con los mismos ingredientes. “La leche humana proporciona beneficios para la salud del bebé a largo plazo como: menos obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Estos beneficios no son aportados por la leche de fórmula”, argumentan desde Italia.

7. La leche materna es igual en todos los mamíferos. La leche humana y la leche de vaca tienen aproximadamente el mismo número de oligosacáridos (azúcares). “En la leche de vaca, hasta la fecha, los científicos han identificado aproximadamente 40 oligosacáridos (azúcares), mientras que en la leche humana hay más de 200. Estos oligosacáridos sirven como prebióticos, estimulando la digestión infantil, destruyendo bacterias intestinales dañinas y activando el sistema inmunológico del bebé”, añadieron los mismos expertos.

8. Para un bebé nacido pretérmino la leche humana, ya sea donada o materna, es la mejor opción. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prematuridad es la principal causa de defunción en los niños menores de cinco años, y provocó en 2013 cerca de un millón de muertes. Cada año nacen 15 millones de bebés antes de tiempo en el planeta. En España nacen cada año unos 29.000 niños prematuros, es decir, antes de la semana 37, y representan el 75% de los ingresos hospitalarios en neonatos, según los últimos datos ofrecidos por la Sociedad Española de Neonatología (SENeo). En Europa, son 500.000 los que lo hacen anualmente. "Los bebés prematuros evolucionan de forma más satisfactoria si reciben leche de la propia madre fortificada. Si esta opción no es posible, la leche donada y la leche de fórmula son, por ese orden, las mejores alternativas a la leche de la propia madre”, así lo trasladó el doctor Luigi Corvaglia, profesor asociado de la UCIN del Hospital S. Orsola Malpighi de la Universidad de Bologna (Italia) durante su intervención en el 12º Simposio Internacional de Lactancia Materna de Medela.

"La mejor opción es siempre la leche materna de la propia madre. La leche materna es una sustancia viva y de gran complejidad biológica: contiene células vivas que van desde células madre hasta bacterias comensales que pasarán a formar parte de la flora intestinal del bebé. Además, se adapta a las necesidades y al desarrollo del bebé. Esta complejidad y esta adaptabilidad no se encuentran en la leche artificial", añade y concluye Robles.

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Sobre la firma

Carolina García
La coordinadora y redactora de Mamas & Papas está especializada en temas de crianza, salud y psicología, y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS. Es autora de 'Más amor y menos química' (Aguilar) y 'Sesenta y tantos' (Ediciones CEAC). Es licenciada en Psicología, Máster en Psicooncología y Máster en Periodismo de EL PAÍS.

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