El plan paisajístico que cambiará la ciudad de Hamburgo
En 2034, los residentes de Hamburgo no necesitarían el coche para desplazarse por la ciudad.
Hamburgo, la segunda ciudad más poblada de Alemania después de Berlín, conocida por haber traído al mundo el prestigioso Mercedes y la Autobahn, decidió en 2014 apostar por el medioambiente y suprimir los coches de la ciudad en tan solo 20 años.
A pesar de ser quizás una ciudad percibida como industrial y gris, el 40 % de Hamburgo está conformado por espacios abiertos, parques, zonas de juego, cementerios y bosques. En 2011, la Comisión Europea le otrogó el premio "European Green capital" reconociendo Hamburgo como una ciudad que se ocupa del medio ambiente y del entorno vital de sus habitantes.
Espacialmente, la ciudad está bordeada por dos anillos verdes; el primero, se sitúa en los límites de la ciudad histórica, a un radio de 1 kilómetro desde el ayuntamiento. El segundo anillo se sitúa a un radio de 8-10 kilómetros y tiene un perímetro de 90 kilómetros, actuando como buffer entre la ciudad consolidada y las nuevas expansiones urbanas. Estos dos anillos se conectan entre sí por el lago Alster a través de ejes radiales de relación ciudad-campo.
En 2014, Hamburgo lanzó el plan de desarrollo urbano Grünes Netz o “Green Network” enfocándose en la sostenibilidad ambiental, creando rutas para transeúntes y ciclistas con el fin de conectar el centro con la periferia a través de sus dos anillos verdes, propiciando rutas seguras y libres de coches. La idea de este plan es reconectar la ciudad a través del verde urbano, quedando éste reforzado con el protagonismo del río Elbe y sus afluentes, los cuales nutren todo el territorio.
Se podría decir que la ‘Green Network’ (o red verde en español) se une a la nueva tendencia de las ciudades europeas, que a través de estrategias urbanas buscan posicionar sus territorios en un lugar ventajoso para ser más competitivas entre ellas. Pero, unas ciudades lo han hecho mejor que otras. Lejos de los conceptos ‘smart’, sostenible o resiliente, Hamburgo propicia rutas en bicicleta y persigue la suspensión total del coche en el centro de la ciudad en el 2034.
Jens Kerstan, del partido verde en el parlamento local, afirmó tal como se menciona en un artículo en The Guardian, que “la red verde tiene sentido desde la perspectiva de la adaptación al cambio climático, sobre todo porque nuestros residentes son bastante progresistas cuando se trata de adaptarse a él”. De hecho, Kerstan mencionó que algunos ciudadanos están dispuestos a renunciar a sus coches, un fenómeno un tanto inusual no sólo en Alemania, sino también en otras ciudades industriales.
#Copenhagen aims to be the world’s first CO2 neutral capital by 2025! #Cities4Climate 🇩🇰🌍🍃 pic.twitter.com/vMf6LgmoIM
— C40 Cities (@c40cities) February 6, 2017
Barcelona ha intentado recientemente disminuir el uso del coche con la propuesta de la “Supermanzana” (explicada en previas entradas del blog: aquí, aquí o aquí) pero, sin embargo, Copenhague es la única ciudad europea que tiene un plan para convertirse en la primera capital neutral en carbono; la ciudad danesa está construyendo una red de 26 autopistas para bicicletas, para mejorar el tráfico desde el centro a las afueras.
Regresando a Alemania, los objetivos de la red verde son múltiples. Además de querer redefinir Hamburgo como una metrópolis verde, el plan va unido a medidas innovadoras en el uso de energía limpia, promueve la reducción en la compra pública de productos contaminantes (botellas de plástico, cápsulas de café, etc.) así como refuerza proyectos de eficiencia energética desde las instituciones.
Además, Hamburgo reconoce la necesidad de enfocarse en los problemas que conlleva el calentamiento global y es que teniendo uno de los principales puertos de Alemania, estudios demostraron que, en los últimos 60 años, la temperatura de la ciudad ha subido de 1.2 a 9 grados Celsius; y durante el mismo período de tiempo, los niveles del río Elbe han aumentado 20 centímetros. Las estadísticas prevén que, en 2100, los niveles del mar crezcan de 30 a 110 centímetros, lo cual hace emerger una nueva preocupación para proteger Hamburgo de futuras inundaciones.
Mientras que una ciudad sin coches reducirá, sin duda, las emisiones de CO2, la red de espacios verdes ayudará a paliar el peligro de inundaciones que puedan ocurrir en un futuro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.