Roman Polanski vuelve a intentar su regreso a Estados Unidos
En 90 días, el realizador sabrá si puede regresar a un país que no pisa desde 40 años sin cumplir condena por la violación que cometió en 1977
Los próximos 90 días serán cruciales para el futuro de Roman Polanski. El juez Scott Gordon de la Corte Suprema de Los Ángeles (Estados Unidos) ofrecerá en este plazo una respuesta por escrito al último intento del realizador francopolaco para volver a Estados Unidos. “Tiene 83 años y quiere acabar con este caso”, indicó su abogado, Harlan Braun, esta semana. “Polanski ha dejado claro que lamenta el crimen”, añadió en su comparecencia de este lunes ante el tribunal californiano.
El ganador de un Oscar por El pianista (2002) lleva 40 años prófugo de la justicia estadounidense tras declararse culpable de la violación de una menor en la casa de su amigo Jack Nicholson. El suceso tuvo lugar en 1977, cuando el realizador fue acusado de ofrecer a la joven Samantha Gailey champán y el sedante Quaalude antes de violarla durante una sesión privada de fotos para la que esta menor, entonces de 13 años, posaba como modelo. Cuando le fueron presentados los cargos, Polanski aceptó declararse culpable de los hechos como condición de que solo cumpliría 42 días de condena, para entonces ya servidos desde su arresto. Sin embargo, el día antes de que fuera leída su sentencia el director de La semilla del diablo (1969) y Tess (1980) se dio a la fuga y abandonó el país al recibir la información de que el juez encargado del caso, Laurence J. Rittenband, tenía intenciones de dictar una sentencia de hasta 50 años de prisión que sirviera de escarmiento en una comunidad vista en aquel entonces como libertina.
Desde entonces, Polanski ha mantenido su residencia en Francia, su país de nacimiento, saliendo libre de dos intentos de extradición por parte de las autoridades estadounidenses mientras se encontraba en Suiza y en Polonia. El nuevo intento de sus abogados quiere conseguir para el realizador de Chinatown (1974) garantías legales que le permitan regresar a Estados Unidos sin cumplir condena.
Su abogado aseguró que no está buscando trato especial para su cliente y le presentó como la víctima de un problema de conducta judicial, ya que el juez Rittenband no se atuvo al acuerdo alcanzado en 1977. El documental Roman Polanski: Wanted and Desired (2008) narró las ansias de popularidad del letrado y la presión que tuvo el juez Rittenband en este caso, elementos que, según la defensa de Polanski, forzó a su cliente a darse a la fuga.
Sin embargo, este nuevo intento de poner fin a un caso que la propia víctima ha dejado claro con anterioridad que también quiere cerrar está lejos de alcanzar una clara resolución. Durante la presentación del abogado, el juez Gordon mostró su escepticismo rebatiendo muchos de los argumentos de Braun. El letrado de Polanski quiere estar seguro de que su cliente no tendrá que cumplir tiempo en prisión dados los 42 días servidos para su evaluación psiquiátrica durante su detención y el año que estuvo en arresto domiciliario cuando estaba en tela de juicio su extradición por parte de las autoridades suizas. Pero Gordon le recordó al abogado que el juez encargado del caso nunca llegó a dictar sentencia con lo que no existe un número de días exactos que haya que cumplir de condena. Como indicó el fiscal del distrito Michele Hanisee, Polanski puso en marcha con anterioridad tres intentos de regresar a Estados Unidos y todos concluyeron con el mismo resultado. El juez Peter Espinoza ya resumió, en 2009, que el director no puede pedirle nada a los tribunales estadounidenses mientras siga prófugo de la justicia.
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