_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Replicantes

La uberización se mueve en el filo que separa lo legal de lo ilegal

Juan José Millás
Logotipo de UBER para reservar taxis
Logotipo de UBER para reservar taxisREUTERS

Acaba de inaugurarse en Barcelona un burdel en el que las prostitutas han sido remplazadas por muñecas cuyos cuerpos imitan la textura de la piel humana y sus formas. Se trata de un salto cualitativo en el proceso de sustitución del original por la copia. Si la copia venía generalizándose en el ámbito de la ropa y de los complementos de vestir, además de en las películas, discos y libros pirateados, solo era una cuestión de tiempo que el asunto afectara a las personas. Ignoramos si las prostitutas de carne y hueso podrán denunciar a estas muñecas por competencia desleal, pues está todo muy confundido, muy revuelto. Un taxista me decía ayer que su profesión se encuentra amenazada por los falsos taxistas de Uber. Los llamó así, “falsos taxistas”, confesándome luego que competían con mejores coches y menos impuestos.

El problema aparece cuando la copia supera al original. Uber ha dado lugar a un término nuevo, uberización, que significa algo así como que el usuario de determinados servicios puede buscarse la vida a través de las nuevas aplicaciones de Internet. La uberización se mueve en el filo que separa lo legal de lo ilegal. Hay luchas en los juzgados de todo el mundo para combatirla, pero sus promotores disponen de influencias y recursos financieros sin cuento. De momento, gana la batalla la uberización como ganan la batalla los sueldos bajos que conducen a la uberización absoluta.

Nos preguntamos, claro, si el burdel de imitación de Barcelona es producto también de la uberización económica, pero sobre todo si en vez de acudir a él seres humanos, lo visitarán asimismo hombres o mujeres de imitación. ¿Andan por ahí, sin que lo sepamos, copias nuestras? Yo he visto cosas que nunca creeríais.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Juan José Millás
Escritor y periodista (1946). Su obra, traducida a 25 idiomas, ha obtenido, entre otros, el Premio Nadal, el Planeta y el Nacional de Narrativa, además del Miguel Delibes de periodismo. Destacan sus novelas El desorden de tu nombre, El mundo o Que nadie duerma. Colaborador de diversos medios escritos y del programa A vivir, de la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_