Por qué las mujeres deben apoderarse de la tecnología
Un estudio internacional señala que la única forma de alcanzar la igualdad es conquistar los puestos técnicos en el mundo digital
Para que las mujeres alcancen la igualdad en el nuevo mundo digital tienen que conquistar los trabajos técnicos, apoderarse de la tecnología. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio internacional de la consultora Roland Berger, que se ha presentado este jueves en Paris. Hasta ahora las nuevas tecnologías han favorecido la entrada en el mercado laboral, el desarrollo de su carrera y de sus redes de contactos profesionales. Pero la mayor beneficiada es la organización de la empresa, que ha ganado flexibilidad, facilitando la conciliación laboral.
El reto que se desprende del informe Digital Equality es conseguir que más mujeres se dediquen a los trabajos técnicos del mundo digital, como los de codificación de datos, ciencia informática o inteligencia artificial. “Se trata de que las mujeres se apoderen de las nuevas tecnologías”, resume Anne Bioulac, directora del estudio, que se ha realizado a través de Internet entre 3.000 trabajadores de diferentes sectores –no únicamente los relacionados con las nuevas tecnologías- y de 60 países del mundo. Se ha favorecido la participación de las mujeres –el 73% del total- El 20% de los encuestados son estudiantes, el 8% empresarios y el 63% empleados, la mitad de ellos en posiciones directivas.
"Es la única manera de que las mujeres puedan participar en igualdad de condiciones con los hombres en las conquistas tecnológicas que contienen las oportunidades profesionales del mañana", se dice literalmente en las conclusiones del estudio. "La implantación de políticas activas de contratación, promoción y retención de mujeres en los sectores más prometedores es un requisito previo para la igualdad profesional real".
El informe, realizado en colaboración con la publicación La Journée de la Femme Digitale, y presentado este 9 de marzo, con motivo de la Jornada de la Mujer Digital convocada en París, se detiene en las tres fases de la carrera laboral, la entrada en las empresas, el desarrollo profesional y el ascenso a puestos de responsabilidad. Para el 74% de los encuestados el que las tecnologías faciliten la conciliación ayuda a alcanzar la igualdad en la empresa. Así opinan sobre todo los más familiarizados con el mundo digital –como empresarios y directivos-, lo cual indica que serían los que más se benefician de ellas. El estudio recomienda también fomentar las formaciones digitales a todos los empleados, no solo a los de las categorías más altas.
Seis de cada diez hombres y mujeres encuestados consideran que las empresas que han llevado a cabo ya la transformación digital ofrecen mayores oportunidades de desarrollo a las mujeres. Pero esto no es suficiente a juicio de los entrevistados. Así, el 81% de las mujeres creen que implementar una política global de promoción de la igualdad debería ser una de las cinco prioridades de su empresa (es así para el 62% de los hombres). Por regiones, la zona más favorable a este tipo de política es la del Sur de Europa, y la menos Europa del Este. Y el 75% de las mujeres considera que es necesario implementar algún tipo de métrica de rendimiento (KPIs) en igualdad (el 60% de los hombres también).
Le encuesta también muestra cómo sobreviven los estereotipos de género. Así, el 40% define a las “mujeres digitales” como aquellas que usan las redes sociales, sólo el 6% la identifica como mujeres que trabajan en una empresa tecnológica y apenas el 3% asocia el concepto a una mujer fundadora o trabajadora en una start up digital. De los comentarios de los encuestados, el informe deduce también que las “mujeres digitales” se definen más a través de ciertas características, como el hecho de ser colaboradora y abierta, cuando en el caso de los hombres se relaciona con el conocimiento de las tecnologías en sí. “La clave es que las mujeres sean percibidas menos como usuarias y más como creadoras de las nuevas tecnologías”, resume Bioulac.
Tienen el potencial para serlo: un artículo de la Harvard Business Review de mayo de 2016 asegura que el 63% de las start ups creadas por mujeres superan a las de los hombres en crecimiento de valor de mercado. Sin embargo, aquí también se impone el prisma del género, sobre todo entre las propias mujeres: el 72% de ellas considera que las empresas o proyectos digitales femeninos son diferentes a los masculinos (entre los hombres, así opina el 56%). En general, consideran que difieren en temas de actitud, como en su enfoque de gestión (33%) y en la forma que tienen de dar a conocer su proyecto (24%).
“Pensar que los proyectos de las mujeres son por naturaleza diferentes no es un problema en sí”, indica el estudio. “Pero puede convertirse en uno si supone el confinamiento de las mujeres en algunos sectores en los que se sienten legítimadas”, añade. Y la realidad así parece indicarlo: el 63% de las mujeres que lanzan una start-up lo hacen en el sector del comercio electrónico y sólo el 16% en el de la programación informática, según datos de 2015-2016 del National Center for Women and Information Technology (NCWIT).
Por último, el estudio se detiene en la visión de las mujeres respecto a las posiciones de liderazgo en la empresa. Aquí es donde más patentes son las diferencias de opinión entre géneros: el 53% de las mujeres considera que no tienen el mismo acceso a los puestos de gestión, cuando el 66% de los hombres creen que sí es el caso. El 64% de las mujeres sienten que su género ha sido un freno para su carrera, entre las cuales un 59% cree que las nuevas tecnologías han ayudado a tratar de superarlo.
El estudio también muestra diferentes sensibilidades por zonas geográficas: Estados Unidos y Canadá son más entusiastas sobre las capacidad de las nuevas tecnologías para cerrar la brecha entre géneros, al tiempo que son menos sensibles a la diferencia (solo el 45% piensa que los proyectos digitales de mujeres son diferentes a los de los hombres). Europa está en el extremo opuesto (menos optimista y con más tendencia a diferenciar) y Asia es a la vez optimista y muy diferenciador (hasta el 93% considera los proyectos de las mujeres diferentes).
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