A una heroína del incendio de 1908
Hace ya dos años, mamá, que te despediste de mí como cada mañana cuando te ibas a trabajar. Saliste de casa medio corriendo gritando adiós porque llegabas unos minutos tarde y eso era suficiente para que te descontaran unos días de sueldo, ese que apenas nos daba para subsistir. Así te dirigiste a afrontar 16 duras horas en Triangle Shirtwaist.
Aquel día no volviste: alrededor de las tres de la tarde se elevó, fundiéndose con la niebla, una nube de humo y ceniza sobre el cielo neoyorquino. Las camisetas malvas que tejías se tornaron negruzcas y en la asfixiante atmósfera caíste desplomada.
Otras, ante la desesperación de estar encerradas durante el incendio, se tiraron por la ventana. 123 mujeres asesinadas por reclamar lo que es justo son ahora mis compañeras, mis hermanas, mi apoyo y mi fuerza. Y ahora, dos años después, desde Copenhague, llegan noticias de que ese día, el 8 de marzo, ha sido proclamado como el Día Internacional de la Mujer.
Hoy, yo me pongo en el lugar de tu hija y quiero ser como tú. Esa mujer decidida, independiente, soñadora, insurgente y revolucionaria. No puedo evitar imaginar tu mirada aquella mañana de 1908. Que nuestra voz retumbe en todos los rincones y derribe todos los muros que nos han construido.— Eva Sánchez Tuero. Avilés (Asturias).
