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Stella McCartney, George Michael e Isabel II

La diseñadora celebra los iconos británicos en la Semana de la Moda de París

Las modelos del desfile de Stella McCartney bailando como homenaje a George Michael.
Las modelos del desfile de Stella McCartney bailando como homenaje a George Michael.Bertrand Rindoff Petroff (Getty Images)
Carmen Mañana
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En su desfile de este lunes en la Semana de la Moda de París, Stella McCartney ha decidido actualizar el estilo de la campiña británica. La presentación terminó, igual que hace seis meses, como una celebración: con las modelos bailando Faith, en un homenaje a George Michael. El cantante, fallecido el pasado 25 de diciembre, fue de los principales impulsores del fenómeno de las top models. Pero, además, como hija del beatle Paul McCartney que es, la diseñadora siempre ha encontrado inspiración en la música y en la cultura popular. Hoy, y aun siendo una acérrima defensora de los animales, hizo un guiño a una de sus figuras más recurrentes —la reina de Inglaterra— con un estilismo que emulaba el que su majestad utiliza cuando va de caza: un enorme abrigo acolchado en verde y un pañuelo de seda a la cabeza.

Watch the Winter 2017 show live from the Opéra Garnier in Pari...

Watch the Winter 2017 show live from the Opéra Garnier in Paris. #PFW

Posted by Stella McCartney on Monday, March 6, 2017

Como si de un cruce entre Balmoral y Amberes se tratase, la propuesta de la diseñadora británica emplea materiales tan clásicos como los cuadros príncipe de Gales, la lana cocida o el punto para dar forma a siluetas experimentales y deportivas. Los abrigos masculinos lucen cortes laterales hasta la altura de los bolsillos de los pantalones; las chaquetas perfecto y las gabardinas evolucionan para convertirse en vestidos cortos; y los pantalones de pesca mutan en monos de cintura alta. En sus bolsos, enormes y acolchados, cabrían seguro todos los corgis de Isabel II.

De izquierda a derecha: el marido de Stella McCartney, Alasdhair Willis, la modelo Natalia Vodianova, la actriz Pamela Anderson, la bailarina Marie-Agnes Gillot, Carlota Casiraghi, Salma Hayek y su marido y presidente de kering, Francois-Henri Pinault.
De izquierda a derecha: el marido de Stella McCartney, Alasdhair Willis, la modelo Natalia Vodianova, la actriz Pamela Anderson, la bailarina Marie-Agnes Gillot, Carlota Casiraghi, Salma Hayek y su marido y presidente de kering, Francois-Henri Pinault.Bertrand Rindoff Petroff (Getty Images)

Así, con las modelos coreografiadas por Blanca Li, McCartney ha recordado que la moda también puede y debe ser divertida, aunque se trate de un negocio muy serio. Como demostraba la presencia en primera fila de François-Henri Pinault. El presidente de Kering, el conglomerado de empresas de lujo al que pertenece la firma y que el año pasado obtuvo unos beneficios netos de 814 millones de euros, no se perdió detalle muy agarrado a su mujer, la actriz Salma Hayek. Junto a ellos, Carlota Casiraghi y la modelo Natalia Vodianova, que es pareja de Antoine Arnault, hijo del presidente del holding LVMH y máximo rival de Pinault.

Arnault posee una pequeña participación en la que es una de las últimas empresas familiares del mundo del lujo: Hermès. Su colección para el próximo otoño-invierno ha ido ganando fuerza y nervio según avanzaba el desfile de hoy. Los abrigos-capa en lana tejida y rematados en piel, dieron paso a una parte más juvenil y protagonizada por el cuero negro en forma de pantalones, faldas largas con cremalleras, chalecos y la indiscutible chaqueta perfecto. Pero ha sido cuando las blusas y vestidos camiseros elaborados con la seda de sus famosos Carrés han salido a escena cuando ha comenzado a subir el pulso de la propuesta de Nadège Vanhee, directora creativa del prêt-à-porter femenino de la firma desde julio de 2014. A varias piezas en negro con estampados de llaves les siguieron los abrigos masculinos cruzados a la espalda como un delantal y, finalmente, una serie de vestidos de seda y punto, que exhiben una compleja técnica de costura desarrollada por los artesanos de la casa francesa y de la que, de vez en cuando, les gusta alardear. La paleta de color, que remitía a los años setenta, iba del beige al verde musgo y violeta, pasando por el azul cerúleo y el mostaza.

Desfile de Hermès de este lunes en la Semana de la Moda de París.
Desfile de Hermès de este lunes en la Semana de la Moda de París.PATRICK KOVARIK (AFP)

Por su parte, dos elementos han definido la colección que Giambattista Valli ha presentado también hoy en Partís: los volantes y los corsés. Los primeros aparecen rematando sus faldas rectas por encima de la rodilla y los vestidos largos de encaje y tul transparente; también en los cuellos, las pecheras y sobre los hombros de las camisas simulando un escote bardot. Estos últimos modelos, en tafeta negra y con mangas balón, se han combinado con mallas deportivas de Nike: ha nacido el cross fit gótico.

Los volantes han sido una de las constantes de la colección presentada este lunes por Giambattista Valli.
Los volantes han sido una de las constantes de la colección presentada este lunes por Giambattista Valli.Pascal Le Segretain (Getty Images)

Entre los delicados bordados de lentejuelas que reproducían fresas y el encaje con forma de labios, los dos pares de leggins que el italiano ha subido a la pasarela resultaban muy difíciles de justificar. Más allá de esta licencia, Valli ha ofrecido a sus clientas esa costura romántica a la que siguen siendo fieles y que, en esta ocasión, parecía tener claros referentes flamencos con exaltación de los lunares incluida.

Modelo de conducta

La polémica de esta Semana de la Moda de París ha girado en torno al modo en que se trata a las modelos. El pasado 27 de febrero, y a través de Instagram, el director de casting James Cully acusó a dos reconocidos colegas, Maida Gregori Boina y Rami Fernandes, de haber obligado a esperar durante horas en una escalera de incendios y a oscuras a 150 chicas que hacían las pruebas para el desfile de Balenciaga. Boina aseguró en un comunicado que "les había ofrecido todas las comodidades posibles dentro las instalaciones existentes", aunque reconoció que se había producido un corte de luz. Balenciaga rescindió su contrato con ellos y varias modelos, entre ellas Helena Christensen, apoyaron a través de las redes sociales la versión de Cully. El director de casting también denunció que Lanvin había exigido que sus modelos fueran blancas. Hecho que la marca ha desmentido, pero que pone sobre la mesa un problema fácilmente verificable: la falta de diversidad racial en las pasarelas.

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