_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Lo saben

Pretender que vivamos tranquilos en la confianza de que los tribunales nos amparan a todos por igual es mucho pedir

Almudena Grandes
Rodrigo Rato saliendo de su oficina en Madrid.
Rodrigo Rato saliendo de su oficina en Madrid.Andrea Comas (REUTERS)

Es mucho pedir. Después de las declaraciones con las que el fiscal jefe de Murcia ha comentado su cese —y su sustitución por otro que parece más favorable a los intereses de un presidente imputado por corrupción—, después de que haya contado que informó al jefe de la Fiscalía Anticorrupción de las presiones y ataques que recibió, después de que haya llegado a precisar que informó igualmente a sus superiores de que la casa del delegado de Anticorrupción en dicha comunidad fue objeto de un robo en el que los delincuentes ni siquiera se llevaron el dinero, sólo el ordenador que contenía la información del caso que estaba investigando, pedirle a los españoles que crean en la independencia e imparcialidad de la justicia, es demasiado. Pretender que vivamos tranquilos, en la confianza de que los tribunales nos amparan a todos por igual, cuando Iñaki Urdangarin, que no vive en España, que ni siquiera vive en un país de la Unión Europea, elude el ingreso en prisión sin fianza, y ni siquiera se le retira el pasaporte fundando dicha decisión en el término “arraigo” —¡que alguien les regale un diccionario a esas magistradas, por favor!—, es mucho pedir. Que Rodrigo Rato le saque sólo un año de condena al rapero mallorquín Valtonyc, por muy injuriosas que le hayan podido parecer sus canciones al juez que le ha condenado, es mucho, muchísimo, demasiado, de verdad. Me pregunto si el Gobierno y los responsables del poder judicial saben en qué país vivimos todos los españoles que no somos ellos. Recuerdo lo que escribió Valle-Inclán en Luces de bohemia: “En España el mérito no se premia; se premia el robo y ser sinvergüenza. En España se premia todo lo malo”, y me respondo que sí, que por supuesto que lo saben.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Almudena Grandes
Madrid 1960-2021. Escritora y columnista, publicó su primera novela en 1989. Desde entonces, mantuvo el contacto con los lectores a través de los libros y sus columnas de opinión. En 2018 recibió el Premio Nacional de Narrativa.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_