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MIRADOR
Columna
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Verás qué gol

Lo que propone Pedro Sánchez es un engendro. No hay en España ningún ambiente para establecer semejante ocurrencia

Jorge M. Reverte
Pedro Sánchez presenta en el Circulo de Bellas Artes el documento a seguir para su candidatura a Secretario General del PSOE.
Pedro Sánchez presenta en el Circulo de Bellas Artes el documento a seguir para su candidatura a Secretario General del PSOE. ©LUIS SEVILLANO ARRIBAS

Ramplín es un tipo estupendo y uno de los personajes más célebres de un pueblo asturiano tan pequeño como encantador, Ceceda. Hace casi 50 años, este hombre de cara redonda, que se parte en dos mitades casi iguales cada vez que aflora su sonrisa bonachona, dejó su sello en el fútbol, deporte que practicaba sin cobrar nada a cambio, haciendo de portero.

El partido no tenía trazas de pasar a la historia del balompié, a pesar de que enfrentaba a los de Ceceda con Nava, un pueblo mucho mayor. Ni siquiera por el resultado, que ya amenazaba con ser tan escandaloso como el de un PSG-Barça.

Ramplín acuñó ese día, sin adivinar su trascendencia, una frase que quedó para uso de Ter Stegen, por ejemplo: cada vez que la delantera adversaria se acercaba a su meta manejando el balón a su antojo, decía con la voz trémula “verás qué gol, verás qué gol”. Y el terrible pronóstico se cumplía con frecuencia.

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Pedro Sánchez ha decidido emular al estupendo asturianín, pero con propuestas estratégicas que amenazan con hacer temblar la estructura de la política española: ha hecho una propuesta de frente de izquierdas, en el que se tendrían que enrolar otros partidos y los sindicatos de clase, CC OO y UGT.

Verás qué gol, podría llamarse al nuevo engendro propuesto por Sánchez. No hay en España ningún ambiente para establecer semejante ocurrencia. Los sindicatos tienen otras cosas que hacer, como movilizar a sus disminuidas fuerzas para conmover a la sociedad por lo que denuncian desde Europa, que es la creciente desigualdad en España. Pero saben de sobra que esa movilización necesaria no se va a dar creando plataformas frentistas, que podrían enajenar voluntades quizá propicias como la de partidos del centro, y votantes a favor de las libertades pero en contra de crear enfrentamientos tan brutales como los que podría provocar una estrategia de confrontación como esa.

No hay que descartar que a una propuesta así se puedan sumar fracciones de otros partidos como Alberto Garzón, que ha decidido tirar a la basura todo su capital de inteligencia política sumándose a Nicolás Maduro, al atacar a la oposición venezolana diciendo que Leopoldo López está en la cárcel por golpista. En la nueva formación de Pablo Iglesias, este tipo de declaraciones pueden tener cabida. Y también aceptar propuestas como la de Pedro Sánchez, aunque el socialista se equivoca, porque Iglesias sólo aceptaría algo en lo que fuera el jefe.

Pedro Sánchez podría fichar a otro asturianín que definía así su estrategia de fútbol: “Tuya, mía, cabecina y gol”.

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