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Fontanasanta Manzoni Bianco 2014, el agua que da la vida

Pablo Zamora

LAS CEPAS de Elisabetta Foradori, propietaria y viticultora, transmiten la identidad contemporánea de una tierra (en el norte de Italia, cerca de Trento) que ya vio cómo los etruscos hacían vino y musitaban con él palabras de amor hacia la tierra. La sonrisa de Elisabetta es el eco de esa sonrisa etrusca: viene de sus adentros, nace de la comprensión íntima de aquello que sucede en el campo y crece en la simbiosis entre personas y uvas. Sus vinos transmiten la serenidad de ese saber antiguo, son profundos pero no amordazan, seducen con su discreción. Manzoni Bianco 2014 habla de cosas sencillas: del aceite en una hogaza reposada, de la aurora que recorta con su luz fresca el perfil del monte, de la mimosa en flor, del panal en erupción cuando llega el primer calor: tiene el vigor y viveza de las abejas y huele a su miel libada en flor de acacia. Y esconde un alma verde, de musgo tierno y esponjoso.

Ficha técnica: Azienda Agricola Foradori, Fontanasanta Manzoni Bianco 2014

IGT Vigneti delle Dolomiti, con 11,5% de alcohol. Es un monovarietal de la uva incrocio manzoni, creada por el profesor Luigi Manzoni a partir de la riesling y la pinot blanca. Vinificada con sus hollejos en depósitos de cemento, reposa en bocoyes de acacia durante 12 meses.

Precio: sobre 20 euros.

Sensaciones: Es un vino fundamental: posee la fuerza oscura, casi incomprensible,

del basalto y, al mismo tiempo, muestra la pureza, blanca y delicada,

del alabastro.

A través del cristal: Bandeja de cerámica de Villeroy & Boch, cubilete dorado con lápices y tijeras de Natura Casa, y copas para vino blanco de la serie Vinova de Nachtmann, la marca del mejor cristal bávaro.

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