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La playa segregada

La playa de Nordau o Hof Hadatiyim, al norte de Tel Aviv, está reservada para uso exclusivo de mujeres ortodoxas los martes, jueves y domingos.
La playa de Nordau o Hof Hadatiyim, al norte de Tel Aviv, está reservada para uso exclusivo de mujeres ortodoxas los martes, jueves y domingos. Michal Ronnen Safdie

El arenal de Hof Hadatiyim, en Tel Aviv, está reservado para el uso exclusivo de mujeres judías ortodoxas tres días por semana. Y otros tres, al de hombres. La fotógrafa israelí Michal Ronnen Safdi capturó durante varios veranos sus confidencias y momentos de esparcimiento junto a sus hijos, cubiertas casi por entero, hasta los tobillos y las muñecas, como manda la ley judía.

LA COSTA de Tel Aviv es una explosión de vida. Hacia el norte, en dirección a la Marina, surge una línea continua de playas en las que los jóvenes practican krav magá (el arte marcial israelí), vóley-playa o kitesurf. A un pequeño espacio de baño acotado para ir con mascotas le sigue una zona de acantilado donde el camino se estrecha y la playa se interrumpe, abruptamente, para dar paso a unos altos muros y vallas que penetran hasta el mar. Lo que esconden pasa desapercibido para la mayoría: la playa ultraortodoxa donde los religiosos judíos disfrutan del mar y el sol lejos de las miradas curiosas. Domingo, martes y jueves está reservado para las mujeres, y lunes, miércoles y viernes, para los hombres.

La fotógrafa israelí Michal Ronnen Safdie captó con su lente los momentos íntimos de disfrute de las mujeres de una comunidad donde las estrictas normas de comportamiento y vestimenta que rigen su día a día se respetan también en la playa.

Desde agosto de 2007 y a lo largo de sucesivos veranos, Safdie retrató a estas mujeres ataviadas, como dicta la ley judía, con camisas largas, batas hasta los tobillos, medias por la rodilla con chanclas, caftanes y redecillas o pañuelos para cubrir el cabello.

Con esta vestimenta que consideran expresión de su modestia, pocas osan adentrarse en el mar. La mayoría juega con los niños en la orilla o charla en grupitos en la arena. La única licencia que las más atrevidas se permiten utilizar es el color. Desprenderse del tradicional blanco y negro con el que visten a diario también es un privilegio.

La ropa les impide adentrase en el mar, por eso la mayoría se queda en la orilla charlando.pulsa en la fotoLa ropa les impide adentrase en el mar, por eso la mayoría se queda en la orilla charlando.Michal Ronnen Safdie

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