11 estrellas del rock confiesan que estuvieron clínicamente muertos
A alguno incluso le certificaron la defunción. Otro dice: "Me di cuenta de que había abandonado mi cuerpo"
La historia de la música en general y del rock en particular está repleta de muertes trágicas derivadas del uso abusivo y descontrolado de todo tipo de sustancias adictivas. Demasiados talentos se han quedado en el camino al no ser capaces de zafarse de esa dichosa espiral que termina engullendo a quienes no se dan cuenta a tiempo de que este peligroso coqueteo suele carecer de vuelta atrás. A no ser que seas Keith Richards, claro.
En el extremo opuesto, también hay bastantes ilustres que se han mantenido eternamente limpios. Y todavía hay otro colectivo, este ya sí más reducido, de músicos que terminaron abrasándose de tanto jugar con fuego, aunque en el último momento fueron bendecidos con una nueva oportunidad. Hablamos de los que han tenido experiencias tan cercanas a la muerte que, de hecho, fueron dados por clínicamente muertos durante algunos segundos e incluso minutos, según sus propias confesiones. Los repasamos:
1. OZZY OSBOURNE: le salvó su guardaespaldas
Las memorias de Ozzy Osbourne (Birmingham, Reino Unido, 1948), I am Ozzy, pasan por ser de las más locas del rock debido, principalmente, a sus inclasificables e incuantificables excesos de todo tipo. Sorprendentemente, cuando el rockero vio más cerca la muerte fue en un accidente que sufrió en 2003 con un quad (vehículo de cuatro ruedas parecido a una moto) que conducía. "Me dijeron los médicos que estuve muerto por algún tiempo", dijo el cantante.
Tras volcar, se le cayó encima rompiéndole el cuello, la clavícula y ocho costillas. Sus pulmones se encharcaron y estuvo sin respirar y sin pulso durante algo más de un minuto, según reveló después su esposa Sharon, quien añadió que fue reanimado por su guardaespaldas personal.
Ozzy lo recuerda así en su demente autobiografía: "Tengo un vago recuerdo de mi guardaespaldas montándome en su moto y llevándome a través de los campos. Luego recuerdo estar en una ambulancia y un montón de médicos examinándome. Además, al romperse, la clavícula había seccionado la arteria principal del brazo, de modo que no circulaba la sangre y por un tiempo pensaron que tendrían que amputármelo. Después me sumieron en un coma inducido químicamente para soportar el dolor".
2. DAVE GAHAN (Depeche Mode): dos minutos muertos
El vocalista de Depeche Mode asegura que estuvo dos minutos clínicamente muerto por sobredosis en 1996, en una habitación del célebre Sunset Marquis Hotel de Los Ángeles. "Me encontraba flotando justo debajo del techo y pude observar lo que ocurría debajo de mí, con el equipo médico corriendo alrededor de mi cuerpo para intentar salvarme", declaró en 2013 al diario alemán Bild am Sonntag.
Y añadió: "Grité que no estaba ahí abajo sino arriba. Creo que fue mi alma la que gritó tras haber abandonado el cuerpo y la que fue testigo de lo que sucedía con mi cuerpo. Los segundos me parecieron horas y el miedo y la oscuridad me rodearon de repente, como si alguien hubiera apagado la luz". Gahan se salvó cuando los médicos ya se rendían a la evidencia de que le habían perdido.
3. SLASH (Guns N'Roses): "mi corazón se detuvo ocho minutos"
Ahora asegura que está más tranquilo, pero el guitarrista de Guns N'Roses sabe bien lo que es pasarse de la raya. Un episodio bien excesivo en la vida de Slash tuvo lugar el 24 de septiembre de 1992, cuando tras un concierto en el Oakland Stadium, se montó una buena juerga con una vieja amiga y su novio.
Así lo relata él mismo en su autobiografía: "Nos pusimos a ello y le dimos con ganas hasta quedar colocadísimos. Me levanto, me tiemblan las rodillas, la cabeza me da vueltas... Salgo de la habitación, arrastro los pies por la moqueta, dándome cuenta de que estoy mareado y no puedo hablar. Abro la puerta, no controlo nada. Veo a una señora de la limpieza y pregunto por el ascensor, pero escucho mi voz muy lejana. Caí al suelo del pasillo como un muñeco. Perdí el conocimiento y mi corazón se detuvo durante ocho minutos... Me desperté cuando los desfibriladores me golpearon el pecho y recargaron mi corazón para que pudiera latir. Recuerdo la luz intensa en mis ojos y un círculo de gente a mi alrededor".
La guinda al mal ambiente que este incidente generó en el seno de Guns N'Roses la puso el vocalista Axl Rose en un encuentro colectivo para calibrar la situación: "Nos has dado un buen susto, pensábamos que habías muerto. Creí que tendría que buscarme un nuevo guitarrista".
4. NIKKI SIXX (Mötley Crüe): "me di cuenta de que había abandonado mi cuerpo"
En pleno despendole ochentero, el 23 de diciembre de 1987, el bajista de Mötley Crüe Nikki Sixx anduvo de correrías por Los Ángeles con amigos como Robbin Crosby, Slash (claro) y "algunos de Megadeth", como él mismo cuenta en la autobiografía coral de su banda, Los trapos sucios. En su afán por perpetuar la farra, se pasó, claro. "Cuando abrí los ojos, estaba de espaldas y alguien me llevaba por una especie de pasillo. '¡Lo estamos perdiendo!', dijo una voz. Para mi sorpresa, me puse en pie sin esfuerzo, como si no pesara nada. Sentí como si una fuerza sumamente amable me estuviera agarrando la cabeza y tirando hacia arriba. Sobre mí, todo era de un blanco brillante. Miré hacia abajo y me di cuenta de que había abandonado mi cuerpo".
Pero un enfermero le trajo de vuelta hasta su cuerpo en plena ambulancia no con una, sino con "dos inyecciones de adrenalina", en plan Pulp fiction. "Tenía una clavada en el lado derecho del pecho y la otra sobresalía del izquierdo", rememora el bajista, que estuvo dos minutos muerto antes de regresar desde donde fuera que hubiera estado. Aún sin recuperar y con la policía interrogándole, la radio propagó la noticia de su muerte.
5. PHIL ANSELMO (Pantera): yo me arrepiento
En el momento de mayor éxito comercial y más popularidad de Pantera tras editar los discos Far beyond driven (1994) y The great southern trendkill (1995), su vocalista Phil Anselmo sufrió una sobredosis. Fue en el camerino del Starplex Arena de Dallas (Texas), el 13 de julio de 1996. Allí mismo fue declarado clínicamente muerto durante casi cinco minutos, tras entrar en parada cardiorrespiratoria.
La fortuna estuvo de su lado. Los paramédicos lograron revivirle, se recuperó y difundió un comunicado cuatro días después: "Yo, Philip H. Anselmo, me inyecté una dosis letal de heroína en mi brazo y fallecí durante cuatro o cinco minutos. Me lo tomo como una señal de que no puedo ser irresponsable nunca más. No puedo regresar a esa etapa infantil en la que la gente tiene que cuidar de mí. Tengo mucho trabajo que hacer como para desperdiciar todo el tiempo". Aparte de este comunicado, el cantante terminó pidiendo perdón públicamente en diversas entrevistas.
6. JOSH HOMME (Queens of the Stone Age): ¡le hemos perdido!
El sexto disco de Queens of the Stone Age, ...Like clockwork (2013), llegó seis años después de su predecesor y no fue precisamente porque el líder del grupo, Josh Homme, estuviera de parranda perpetua. Más bien lo contrario. Todo se complicó en 2010 por problemas con la anestesia durante una rutinaria intervención quirúrgica en la rodilla, que le mantuvo clínicamente muerto en la mesa de operaciones durante unos instantes.
"Me desperté y ahí estaba el médico diciendo: 'Mierda, te habíamos perdido'. No pude levantarme de la cama en meses y los dos siguientes años fueron de frustración y angustia", relató en 2013 al periódico The Independent, añadiendo que en realidad esa mala racha le ayudó a "comprender cuales son las cosas realmente importantes de la vida".
7. AL JOURGENSEN (Ministry): muerte certificada en tres ocasiones
El líder de la banda de metal industrial Ministry, Al Jourgensen, es otro de los grandes supervivientes de la música de nuestro tiempo. Debido a sus brutales excesos, asegura en sus memorias que su muerte ha sido certificada oficialmente tres veces.
"Tres, eso lo sé seguro", recalcó en 2013 en declaraciones a Loudwire con motivo del lanzamiento de dicho libro. Y añadió que el coautor del libro, el periodista Jon Wiederhorn, "incluso rastreó los hospitales y encontró informes de su muerte en las salas de emergencias".
"He estado muerto tres veces. Una de ellas reconozco que me cambió desde un punto espiritual en el que sabes que hay vida después de la muerte. En las otras dos, creo que sencillamente estaba demasiado jodido como para saber que estaba muerto", comentó con macabro sentido del humor.
8. DON POWELL (Slade): el corazón dejó de latir
El batería del grupo inglés de glam rock Slade disfrutaba de los buenos tiempos en el verano de 1973 cuando, tras abandonar una fiesta en la que había estado bebiendo, sufrió un terrible accidente con su flamante Bentley en el que su novia falleció en el acto. Él fue trasladado al Wolverhampton Royal Hospital por una ambulancia a la que llamaron dos enfermeras que providencialmente pasaron por allí.
Don Powell pasó los siguientes seis días en coma y su corazón dejó de latir dos veces. Los médicos tuvieron que perforar su cráneo para aliviar la presión en su cerebro mientras luchaban por salvar su vida. Por si fuera poco, también tenía rotos los brazos, las piernas y las costillas.
"Cuando desperté había tubos por todas partes y entré en pánico. No sabía dónde estaba, así que me quité los tubos y salí de la cama. Pero las enfermeras me volvieron a acostar mientras yo preguntaba: '¿Qué estoy haciendo aquí?", escribe Powell en su autobiografía What I Dun: My Life In Slade, en la que confiesa, de paso, que la pérdida de memoria derivada del accidente no le permite saber si conducía él o había una tercera persona.
9. EMINEM: muerto por unos minutos
El rapero confesó en 2009 que durante una recaída de sus adicciones sufrió una sobredosis de píldoras que consiguió a través de un conocido. "Resultó que estas pastillas eran metadona. Si lo hubiera sabido, probablemente no las hubiera tomado, pero tampoco estoy seguro de eso. Mi médico me dijo que la cantidad de metadona que había tomado era el equivalente a cuatro bolsas de heroína. Tuve una sobredosis y estuve muerto unos minutos", relató Eminem a Vibe Magazine.
10. AARON LAZAR (The Giraffes): cómo sobrevivir a una muerte cardiaca súbita
Mientras conducía por el Manhattan Bridge en 2005, el líder de The Giraffes sufrió una muerte cardíaca súbita. "¿Sabes cuando das una calada a tu primer cigarrillo? Ese golpe de nicotina que recibes, esa náusea. Fue como eso, pero con una visión de túnel que avanzaba continuamente", relató en 2009 a New York Magazine.
Su cuerpo quedó tirado sobre el volante y su novia, aterrada, llamó a una ambulancia en la que la vida de Lazar fue en primera instancia salvada con un desfibrilador. Sin embargo, en el Beth Israel Hospital, su corazón volvió a detenerse y los doctores dijeron a la familia que seguramente no pasaría de esa noche.
Pero no era ese su final y a la mañana siguiente recuperó la consciencia. Los médicos le dijeron entonces que había muerto dos veces y que formaba parte del escueto cinco por ciento de personas que sobreviven al síndrome conocido como muerte cardíaca súbita. Entonces tenía 27 años y en la actualidad The Giraffes, oriundos de Brooklyn, siguen en activo.
11. TAYLOR HAWKINS (Foo Fighters): dos semanas en coma
En la actualidad sigue siendo una fiera con las baquetas, pero Taylor Hawkins es un hombre mucho más centrado que hace quince años, cuando era un fiestero inconsciente de esos que no diferencia la luz del día del reflejo de la luna en sus pupilas. Este desenfreno le llevó en 2002 a pasar dos largas semanas en coma por culpa de una sobredosis. Su (entonces y ahora) compañero y amigo Dave Grohl se sentó junto a su cama durante ese oscuro período, hasta que el batería de Foo Fighters por fin se despertó.
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