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La New York Fashion Week pierde a otro de sus clásicos, DKNY

La firma estadounidense, que no pasa por su mejor momento, no desfilará en febrero. La baja se suma a las de Tommy Hilfiger, Tom Ford y otros, que se mudan a Los Ángeles

La modelo Karlie Kloss fotografiando a sus compañeras en el camerino del desfile de Diane von Furstenberg en la Semana de la Moda de Nueva York, en febrero de 2016.
La modelo Karlie Kloss fotografiando a sus compañeras en el camerino del desfile de Diane von Furstenberg en la Semana de la Moda de Nueva York, en febrero de 2016. Andrew Kelly / Reuters

Lleva las letras de la ciudad en su apellido, pero DKNY, la marca que Donna Karan fundó a finales de los ochenta, no estará en el próximo calendario de la New York Fashion Week (NYFW). Hace unos días la firma anunció que, en lugar de desfilar en la Gran Manzana el próximo febrero, organizará citas con prensa y compradores en su showroom.

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La baja se suma a otras que harán de esta una descafeinada edición de la pasarela. Tommy Hilfiger, Tom Ford, Rebecca Minkoff, Rachel Comey y Rachel Zoe han anunciado que mostrarán sus colecciones para el próximo otoño-invierno en Los Ángeles, en lugar de en Nueva York. Las razones principales son dos: buscan climas más cálidos y una exposición mediática que, aunque no será mayor, sí diferente. Tommy Hilfiger, que en la pasada edición de la NYFW montó un gigantesco festival en un muelle de la ciudad junto a la modelo Gigi Hadid, repetirá esta vez la experiencia pero en la playa de Venice. De los planes de Tom Ford poco se sabe, pero se rumorea que podría hacer coincidir su show con los Oscar, que tendrán lugar el 26 de febrero. En el pasado, el diseñador y director de cine ya rompió con el formato tradicional de los desfiles, cambiándolos por presentaciones privadas sin redes sociales y con la ayuda de amigas como Julianne Moore o Beyoncé.

El caso de DKNY es diferente. La empresa no pasa por su mejor momento. El verano pasado, el grupo LVMH vendió la marca a G-III Apparel Group, el conglomerado dueño entre otras firmas como la línea de moda de Ivanka Trump. El cambio no gustó ni a la presidenta ejecutiva, que dejó DKNY, ni a sus dos diseñadores, Maxwell Osborne y Dao-Yi Chow, que también la abandonaron. “Dada la venta de la empresa y el consiguiente cambio de estrategia, hemos decidido retirarnos y enfocarnos en nuestro propio negocio, Public School”, dijeron en un comunicado. A ninguno de los tres se les ha encontrado sustituto hasta la fecha.

La propia Karan se fue en 2015 de la empresa que fundó por sus desavenencias con LVMH. En su día, fue uno de los pilares que sustentó la New York Fashion Week junto a las otras grandes marcas estadounidenses que revitalizaron la moda local en los ochenta: Ralph Lauren, Tommy Hilfiger y Calvin Klein. Desde el principio, Karan se posicionó como “la mujer que entendía (y vestía) a las mujeres”, creando piezas separadas que podían combinarse entre sí para crear un vestuario completo y multifuncional. "Creó una manera de vestir que era femenina, práctica y empoderadora, y todo vino de un lugar personal e instintivo. Siempre dejó que su empático corazón dominase sobre su cabeza”, dijo Anna Wintour sobre ella cuando se retiró. 

Todo Prada, todo el tiempo

B.G.U.

Si las pasarelas están cambiando —festivales en lugar de desfiles, compra inmediata sin esperar a que las colecciones lleguen a las tiendas—, ¿por qué las campañas siguen igual que hace 20 años? A Miuccia Prada, que al contrario que Donna Karan no da muestra alguna de jubilarse, no le parecía coherente y se ha sacado de la manga Prada 365, lo que la marca define como una "corriente continua de datos visuales". El sistema sustituye a la idea de "una temporada, una imagen" y se hará visible en varios canales. La web que sustenta el proyecto está activa desde hace unos días e incluye centenares de retratos, todos de Willy Vanderperre, que sustituye a Steven Meisel como fotógrafo de cabecera de Prada, ordenadas en forma de "historias" protagonizadas por Jude Law y modelos como Saskia de Brauw y Kiki Willems.

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