Debemos moderar la contaminación
A comienzos de los noventa compré mi primer coche de gasolina sin plomo. Cuando cambié de vehículo años después, me dejé aconsejar y me vendieron un diésel. Intenté buscar un combustible que contaminase menos, pero en cualquier marca el “guion” era el mismo y me acabaron convenciendo por el lugar que más duele al consumidor, que es el bolsillo. Ahora que me encuentro en la misma tesitura, aunque intentaré no dejarme “engañar” como la última vez, estoy seguro de que pasados unos años me volveré a sentir engañado pese a que ahora se contemplan más alternativas a la hora de elegir un vehículo menos contaminante. Lo ideal sería que los Gobiernos actuales impusieran un gravamen a los usuarios que contaminan más, pero ¿qué se puede esperar de Gobiernos que perdonan a las empresas automovilísticas que presuntamente han “timado” a sus ciudadanos? Solo nos queda tropezar de nuevo.— José Solano Martínez. Cartagena (Murcia).
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