Navidad sin móvil
Estamos en Navidad, y algo característico de estos días es reunirnos en familia durante Nochebuena y cenar todos juntos. Tengo 17 años y cuando hace varios meses perdí el móvil, decidí estar una temporada sin él. Estas Navidades, al no tenerlo, me he dado cuenta de cómo un aparato que se supone que mejora nuestra vida destruye la magia de estos días y la alegría de pasar tiempo con familiares a los que hacía mucho que no veíamos. Con móvil estamos pendientes de qué hacen y cómo lo celebran nuestros compañeros; nos mantenemos conectados en las redes sociales y buscamos la foto perfecta para subir. La casa queda llena de ruido pero vacía de conversaciones, un silencio cortante, un silencio que nos hace menos personas.— Verónica Rosas Llanos. Madrid.
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