‘Love Actually’ | Niños en Navidad
Cuando tu película navideña pasa de ser 'La jungla de cristal' a 'Frozen', descubres que estas fiestas las verás con el filtro paternal
Cuando tu película navideña pasa de ser La jungla de cristal a Frozen, descubres que estas fiestas las verás con el filtro paternal.
Para muchos primerizos, esto se traduce como (léase con voz histérica y palpitaciones): ¡dos semanas sin guardería!
Se puede sobrevivir perfectamente sin guardería, pero a la que te acostumbras a una rutina... Estas semanas sin sus compañeros, nuestra pequeña estará menos expuesta a posibles pandemias, cosa que agradecemos porque Navidades en urgencias apetecen poco, pero tendrá un exceso de energía que necesitará gastar a todas horas.
Estoy por proponer en el WhatsApp de padres quedadas alternativas delante de la guardería, para que los niños sigan jugando a lo loco.
No me preocupa en qué ocupar el tiempo. Oferta hay de sobra (de repente hay 5 circos en la ciudad y siempre se puede ir al super a oír villancicos), y cuando reservo en la agenda los encuentros familiares y las quedadas con amigos que “vuelven-a-casa-vuelven”, veo que necesitaríamos pedir fiesta de las fiestas para llegar a todo.
Lo complicado es que, como autónomos, Navidad siempre nos coincide con trabajos para primeros de enero (mientras que los clientes, que lo podrían haber pedido en octubre, están de vacaciones). Esa espada de Damocles nos atormenta mientras la tele se llena de películas con padres que pasan de sus hijos y no llegan a verlos a la función final de curso porque hay atasco.
Así que para conciliar familia y entregas urgentes ya me veo trabajando de madrugada o con el portátil mientras el resto de la familia ronca en los sofás.
También me estresa la logística de las comilonas. Si se organizan en casa hay que comprar, cocinar y mover sillas y mesas, con los peques sintiéndose atraídos por el horno porque es una tele muy rara.
Si se celebran en restaurantes o casas ajenas, el frío durante el trayecto, los atascos y el aparcamiento hace pensar que quizá es más práctico vigilar que nadie se queme con el horno.
Y si vamos en transporte público y nos han dejado muchos regalos, ¿los traemos de vuelta en mochila a lo sherpa
Por lo menos, ya no hemos de preparar comida especial para la cría. El año pasado tomaba teta, pero ahora come lo mismo que nosotros y ella sola. Ahora tendremos que contenerla cuando vea las gambas y los turrones, por las posibles alergias y para que a su edad su propósito de año nuevo no sea apuntarse a un gimnasio.
Y mientras vamos cumpliendo día a día por los pelos, el móvil nos recordará toda la gente que aún no hemos podido ver. ¿Con cuántos amigos dará tiempo de quedar? ¿Se puede merendar con ellos si aún estamos con la digestión del día anterior? ¿Por qué en vez de Avecrem no tiramos directamente pastillas de Álmax a los caldos y cocidos y así adelantamos?
¡Feliz Navidad paternal a todo el mundo! (Y tranquilos, que ya falta menos para volver a la rutina)
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